El aumento del precio de la gasolina
provocó ayer una intensa ola de protestas y bloqueos en todo el país. El costo
político de la decisión se podrá medir en las elecciones de este año
“El
Gobierno de la República ha actuado de manera responsable, ha eliminado el
precio artificial de los combustibles y, en consecuencia, pudimos salvar los
programas de seguridad social”
Enrique
Ochoa
Presidente
nacional del PRI Enrique Ochoa
Los
otros partidos intentan evitar el costo político que sufrirán, ya sea por haber
aprobado la reforma fiscal o la energética
Hoy,
los priistas intentan justificar la medida tomada por el Gobierno federal de
aumentar el precio de los combustibles, dicen que se trata de una medida
necesaria
Por
primera vez en mucho tiempo, un tema económico podría tener injerencia directa
en la decisión que tomen los votantes en junio próximo
Pocas
cosas pueden influir en el voto de los electores como aquellas que pegan
directo a su bolsillo.
La
decisión de aumentar el precio de la gasolina podría tener incidencia directa
en el voto que ejercerán los ciudadanos en los procesos electorales por venir.
Aunque
en 2017 solo habrá elecciones en cuatro estados del país -Estado de México,
Coahuila, Nayarit y Veracruz-, la proximidad de la sucesión presidencial
también puede provocar que los resultados se vean empañados por las
implicaciones directas que tendrá el aumento a la gasolina en la economía de
las personas.
El
voto en las próximas elecciones será de castigo; y no solo para una fuerza
política.
Casi
ninguno de los partidos podrá sacar raja política de este aumento; tanto el PRI
como el PAN y el PRD ayudaron al Gobierno federal en la aprobación de las
reformas estructurales que hoy pasan la factura -literalmente- a los
ciudadanos. Todos son culpables.
Quizá
uno de los pocos que pueda salvarse de los señalamientos es Morena, que
sistemáticamente se opuso a las reformas estructurales desde la trinchera que
tenía.
Aunque
todavía no era un partido constituido legalmente, su líder, Andrés Manuel López
Obrador se pronunció contra los cambios constitucionales que hoy tienen de
cabeza a la Administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Mientras
que en el PRI se intenta minimizar el golpe para aminorar el costo político que
les traerá la medida, desde el PAN y el PRD se quiere culpar al Gobierno
federal por la crisis que viene, tratando de que la gente no recuerde la firma
del Pacto por México y el voto del PAN a favor de la reforma energética, y del
PRD a favor de la reforma hacendaria.
La
lucha ideológica también se da entre quienes pretenden culpar al Gobierno
federal, y quienes cargan la responsabilidad a diputados y senadores del
Congreso de la Unión.
En
redes sociales y a través de otros medios de contacto, como Whatsapp, los
ciudadanos llaman a rechazar el aumento a los combustibles y a manifestarse con
marchas y bloqueos.
Aunque
en algunas ciudades del país las protestas fueron poco atendidas, conforme los
efectos en el bolsillo vayan resintiéndose es posible que las movilizaciones
aumenten y suban de tono.
Tener
una de las gasolinas más caras del mundo tendrá un precio muy alto para toda la
clase política del país.
MALA MEMORIA
Fuerte
retumbaban los golpes a las cacerolas que los priistas de Coahuila daban contra
los gasolinazos.
Era
febrero del 2010, y el entonces presidente del PRI en ese estado, Rubén Moreira
–hoy gobernador- sacó a las calles a miles de personas del tricolor a protestar
contra la medida impulsada por el presidente Felipe Calderón, del PAN.
“El
gobierno del presidente Calderón ya no puede conducir esta Nación (…) están
todos aquí para, unidos, decirle al presidente Calderón que tiene que
rectificar su Gobierno (…) la gente tiene hambre.
“El
presidente Calderón tiene una cualidad: no escucha, no sabe escuchar. Por eso
compañeros, hay que gritarle al presidente Calderón que ya basta”, lanzó
Moreira en su mitin, a lo que la gente contestaba con gritos de: “¡Fuera,
fuera!” y agitaba mantas donde se leía: “Calderón, bájale a los huevos,
tortillas y gasolina”.
Hoy,
en una postura totalmente diferente, los priistas intentan justificar la medida
tomada desde el Gobierno federal.
Enrique
Ochoa, presidente nacional del tricolor, se ha empeñado en decir que el aumento
en el precio de los combustibles obedece a circunstancias externas y que se
trata de una medida necesaria.
“Ante
el aumento del precio del petróleo, el
aumento del valor del dólar con respecto al peso y otras monedas del mundo, el
Gobierno de la República ha actuado de manera responsable, ha eliminado el
precio artificial de los combustibles y, en consecuencia, pudimos salvar los
programas de seguridad social, de atención a la pobreza, de construcción de
infraestructura que tanto necesita nuestro país, que estaban en riesgo ante la
posibilidad de mantener el precio artificial de los combustibles”, soltó Ochoa,
el domingo pasado.
Aun
así, el líder del tricolor dijo que su partido se solidariza “profundamente”
con los ciudadanos ante ese escenario.
Las
otras fuerzas políticas intentan evitar el costo político que inexorablemente
sufrirán; sea por haber aprobado la reforma fiscal o la energética, la
oposición también tendrá consecuencias por sus votos en el Congreso.
El
2 de diciembre del 2012, un día después de haber asumido la Presidencia de la
República, Enrique Peña Nieto logró que los tres partidos políticos más grandes
–el PRI, el PAN y el PRD- se sentaran en la misma mesa para firmar el Pacto por
México, una serie de compromisos para aprobar reformas estructurales.
Los apoyos se dividieron
buscando que las reformas se aprobaran, pero intentando no cargar con el costo
político de las decisiones.
LAS REFORMAS Y EL PRECIO DE LA GASOLINA
El
aumento de hasta el 20 por ciento en el precio de los combustibles, así como su
precio diferenciado por regiones, son producto de las reformas aprobadas en
años pasados por los partidos políticos mayoritarios representados en el
Congreso.
En
octubre del 2013 la mayoría del PRD apoyó al PRI en la aprobación de la reforma
hacendaria, con la cual ahora se cobra el Impuesto Especial a la Producción y
Servicios (IEPS), que compone la cuarta parte del precio total de cada litro de
gasolina.
En
la Cámara de Diputados, la reforma hacendaria se aprobó el 17 de octubre del
2013. Ahí votaron a favor todos los diputados presentes del PRI (207); del PVEM
(25); y de Nueva Alianza (10). La apoyaron también 73 de los 100 diputados del
PRD y 2 de 10 del PT. Los panistas (113) y los legisladores de Movimiento
Ciudadano (18), votaron en contra.
En
el Senado, las bancadas del PRI (55) y el PVEM (7) votaron a favor. El PRD se
dividió: 10 senadores votaron a favor y nueve en contra. El PAN (36) y el PT
(5) votaron en contra.
Con
la reforma hacendaria subió el IVA, se unificó su cobro a nivel nacional (antes
en la zona fronteriza se pagaba menos), y se creó el IEPS.
A
partir de 2017, el cobro del IEPS en gasolinas es fijo. Fue tasado –por la
Secretaría de Hacienda y aprobado por el Congreso- en 26 por ciento del precio
por litro.
El
IEPS (26 por ciento) y el IVA (16 por ciento) concentran el 42 por ciento del
precio por litro de gasolina. Poco más del 40 por ciento se refiere al precio
internacional de referencia; y el resto (alrededor de 16 a 18 por ciento)
corresponde a ganancias de los comercializadores, gastos de transporte y otros.
Es
decir, gracias a la reforma hacendaria aprobada por el PRI, el PVEM, Nueva
Alianza y parte del PRD, casi la mitad del precio del litro de gasolina
corresponde al pago de impuestos.
A
esto se suma la reforma energética, aprobada principalmente por el PRI y el
PAN, gracias a la que ahora se liberalizará la venta de gasolinas, con la
entrada de competidores diferentes a Pemex, y que dividirá al país en regiones
de venta con precios diferenciados.
En
diciembre del 2013, en el Senado se aprobó la reforma energética con el voto de
los senadores del PRI (53); del PAN (35) –aunque dos votaron en contra-; y del
PVEM (7). En contra estuvieron las bancadas del PRD (19) y del PT (5).
Al
día siguiente, el 12 de diciembre, en fast track los diputados aprobaron la
reforma.
Las
bancadas del PRI (209); del PAN (107); del PVEM (28); y de Nueva Alianza (10),
se encargaron de aprobar la reforma energética. En contra votó una diputada del
PRI; tres del PAN; 95 del PRD; 13 del PT y 19 de MC.
Frente
al rechazo a la reforma energética, el Gobierno federal comenzó una estrategia
de comunicación para defenderla. El propio presidente Enrique Peña Nieto
apareció en decenas de spots y con mensajes en redes sociales, anunciando que
ya no aumentaría el precio de los combustibles y bajaría el costo de la
electricidad.
Ahora
los ciudadanos le cobran su error, que podría afectar no solo a su
Administración, sino a su partido en las próximas elecciones.
PANORAMA ELECTORAL
Para
junio próximo se medirá el verdadero impacto que tendrá el crecimiento en el
precio de la gasolina y la cascada de aumentos que, como consecuencia, habrá en
otros productos y servicios.
El
primer domingo de ese mes, los votantes del Estado de México, Coahuila y
Nayarit acudirán a las urnas para elegir a su nuevo gobernador/a. En Veracruz
se elegirá a nuevos alcaldes.
Y
aunque el tema del aumento a los combustibles será una de las principales armas
de la campaña, lo cierto es que los tres partidos mayoritarios tuvieron que ver
con el estado de cosas actual.
En
el caso de las elecciones a gobernador, los estados más relevantes para el PRI
serán el Estado de México y Coahuila, donde no ha habido alternancia y el
tricolor podría perder su hegemonía.
La
decisión de aumentar el costo de los combustibles se da también a unos meses
del inicio de la sucesión presidencial del 2018.
En
octubre próximo, el Instituto Nacional Electoral deberá declarar la apertura
del proceso electoral del 2018, donde se elegirá al nuevo ocupante de la
Residencia Oficial de Los Pinos.
Por
primera vez en mucho tiempo, un tema económico podría tener injerencia directa
en la decisión que tomen los votantes. El descontento es generalizado.
Tanto
organizaciones sociales, campesinas y empresariales han expresado su rechazo al
aumento al precio de las gasolinas.
Esto
puede derivar no solo en que el Gobierno federal pierda apoyos, sino que se
ejerza un voto de castigo en las próximas elecciones.
“En
la determinación de los nuevos precios, nos parece desproporcionado que el
gobierno le traslade toda la carga al consumidor final y que no haya voluntad
para revisar esquemas de reducción de cargas fiscales”, expresó ayer la
Coparmex en un comunicado.
Los
empresarios y otros sectores han llamado a mejorar la capacidad de refinación
de productos petroleros para dejar de importar gasolina tasada en dólares, cuyo
valor ya supera los 21 pesos por dólar.
Las
únicas fuerzas electorales que se ha opuesto a las reformas impulsadas desde el
Gobierno federal han sido Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, y
Movimiento Ciudadano.
Ambos
partidos son los únicos que podrían aprovechar electoralmente el tema. Sin
embargo, los otros partidos han dicho que tienen “estrategias” para procurar el
voto ciudadano en las próximas elecciones. ¿Serán suficientes?
(REPORTE
INDIGO/ IMELDA GARCÍA/ MARTES 3 DE ENERO DE 2017)