La trágica emboscada: cinco militares
muertos y 10 heridos en la entrada a Culiacán
Los hijos de Joaquín Chapo
Guzmán habrían cometido la peor embestida que ha sufrido el Ejército Mexicano
en el estado, en años recientes.
Cinco soldados muertos y 10
heridos, un paramédico de la Cruz Roja lesionado y dos vehículos oficiales
quemados, fue el saldo del ataque cometido la madrugada del viernes en la
entrada al fraccionamiento Espacios Barcelona, por la carretera México 15.
El Ejército informó que “muy
probablemente” la agresión fue ordenada por los hijos del Chapo–Alfredo e Iván
Archivaldo-, para rescatar a Julio Óscar Ortiz Vega, el Kevin, de quien según
la milicia, no se ha establecido las funciones que desarrollaba dentro del
grupo delictivo.
Ortiz Vega, de 33 años
cumplidos —nació en 28 de julio de 1983—, es uno de los principales operadores
de Aureliano Guzmán Loera, el Guano, hermano del Chapo, y fue uno de los
gatilleros que entregó a quien ordenó la ejecución de Édgar Jeovani Parra
Zambada, sobrino de Ismael Zambada García, el Mayo, asesinado a balazos el 26
de agosto, en el puente de la isla Musala, en Culiacán.
De acuerdo con la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena), hasta antes del viernes no se había registrado
un ataque en el que murieran y resultaran lesionados esa cantidad de militares.
En los ataques anteriores,
las bajas castrenses no superan los cuatro militares muertos. Desde 2006 en el
estado han muerto 36 militares en enfrentamientos y emboscadas de la
delincuencia organizada.
LOS HECHOS DEL VIERNES
El primer enfrenamiento del
viernes con agentes de la Sedena ocurrió en un puesto de control militar
instalado en la carretera que conduce a Bacacoragua, donde resultó lesionado
Julio Óscar Ortiz Vega, el Kevin.
Los militares trasladaron al
lesionado al hospital de Badiraguato pero debido a que no contaban con el equipo
para atenerlo, decidieron trasladarlo a Culiacán en la ambulancia 067 de la
Cruz Roja de ese municipio.
Resguardada por dos vehículos
Humvee con 17 soldados, la ambulancia tomó por la carretera Internacional
México 15 hacia esta ciudad.
Las autoridades militares
señalaron que “halcones” debieron reportar a los sicarios de Culiacán, que un
lesionado era trasladado hacia esta ciudad en calidad de detenido.
De acuerdo con el personal
castrense, alrededor de 60 hombres armados a bordo de al menos ocho camionetas,
algunas de ellas blindadas, los esperaban sobre la carretera, a la altura del
fraccionamiento Espacios Barcelona.
Los delincuentes dispararon
contra la ambulancia y lesionaron en la cadera al paramédico que la conducía.
Los militares que viajaban en
los vehículos oficiales fueron atacados a balazos y se inició un tiroteo que
duró más de 40 minutos.
Los delincuentes arrojaron
granadas a los vehículos militares y lograron incendiarlos.
En la refriega cayeron
abatidos cinco militares, diez resultaron con heridas de gravedad y dos más
salieron ilesos.
Los sicarios subieron a la
ambulancia y bajaron a Ortiz Vega, para llevárselo en otro vehículo.
En la ambulancia tiroteada
trasladaron al paramédico lesionado al hospital Civil.
Los militares asesinados
estaban destacamentados en el Mando Especial Badiraguato, instalado en el
llamado triángulo dorado desde mediados de 2014 con la misión de erradicar
cultivos y destruir pistas clandestinas, pero pertenecían a la 24 Compañía de
Infantería No Encuadrada, con sede en San Ignacio.
El comandante de la Tercera
Región Militar, Alfonso Duarte Múgica, dijo que se presume que el ataque fue
cometido por los hijos de Joaquín Chapo Guzmán.
“Hasta el momento no tenemos
la certeza de estos grupos, pero es muy probable que sean de los hijos del
Chapo”, indicó.
Mencionó que los militares
fueron sorprendidos y superados en número y tipo de armas por los delincuentes.
“Actuaron en forma
premeditada, cobarde, alevosa, y llevaron a cabo la acción con armas de fuego,
con granadas, en las cuales nosotros de acuerdo a la proporcionalidad de la
fuerza únicamente se cuentan con armas de carácter automático, nada más”,
manifestó.
Duarte Múgica señaló que el
primer enfrentamiento fue en Bacacoragua, pero se rehusó a dar a conocer
detalles sobre ese tiroteo, argumentando que no tenían información precisa
sobre si hubo muertos o decomisos.
Esa zona serrana de
Badiraguato, reconoció, es disputada por el cartel de Sinaloa y el de los
Beltrán Leyva.
“Ahí precisamente se
encuentra el conflicto entre el Guano(Aureliano Guzmán Loera, hermano del
Chapo) y las fuerzas del Mochomito(Alfredo Beltrán, hijo de Alfredo Beltrán
Leyva, el Mochomo) de acuerdo con la información de inteligencia y es donde se
están generando conflictos entre las comunidades de Huixiopa, Bacacoragua y sus
comunidades aledañas.Todo para precisamente tener el control de los medios de
producción que son los sembradíos de enervantes que quieren ellos controlar”,
indicó.
Dijo que después del
enfrentamiento en Badiraguato, la zona quedó en “aparente calma”.
FAMILIARES Y RIVALES
Los familiares de Joaquín
Chapo Guzmán mantienen una disputa con el grupo de Alfredo Beltrán, el
Mochomito, en Badiraguato.
Desde junio pasado, en la
sierra de Badiraguato se recrudeció la pelea por la siembra y trasiego de
enervantes entre el Cártel de Sinaloa y LosMochomitos, pero la guerra entre
ambos grupos viene desde 2008 cuando fue detenido Alfredo Beltrán Leyva, el
Mochomo; y señalaron a Joaquín el Chapo Guzmán, de haberlo entregado.
La ruptura entre los Guzmán y
los Beltrán desató una intensa ola de tiroteos y asesinatos en el estado en ese
entonces. La violencia se trasladó incluso a otras regiones del país.
Ahora, presos el Mochomo y el
Chapo, son Aureliano Guzmán Loera, el Guano; y Alfredo Beltrán Guzmán, hijo del
Mochomo y sobrino del Chapo y Aureliano, los que protagonizan esa rivalidad en
la zona de La Tuna , Huixiopa, La Palma, Arroyo Seco y otras comunidades
ubicados en la región.
Desde junio, entre ellos se
habían tenido constantes enfrentamientos en los poblados y el viernes ocurrió
el primero contra el Ejército.
En julio hubo un tiroteo con
elementos de la Marina que dejó un saldo de tres delincuentes muertos y ninguna
baja del lado de los agentes navales.
El grupo de los Beltrán Leyva
irrumpió el sábado 11 de junio en la comunidad de La Tuna, considerada hasta
entonces un sitio intocable para grupos rivales al Chapo Guzmán.
El comando de alrededor de
150 hombres entró y saqueó la casa de la mamá del Chapo, Consuelo Loera, y
tiroteó y quemó viviendas y vehículos.
Los hombres armados buscaban
al hermano del Chapo, Aureliano Guzmán Loera.
El asalto al pueblo natal del
líder del Cártel de Sinaloa dejó al menos siete muertos, pero las autoridades
solo reconocieron dos decesos.
Entre 150 y 200 familias de
varios poblados abandonaron sus hogares por la ola de violencia; entre los
desplazados se encontraba la mamá de Guzmán Loera.
Tras los enfrentamientos,
elementos del Ejército tomaron la zona y se apostaron en La Tuna y Huixiopa.
Hace aproximadamente tres
semanas los militares se retiraron de Huixiopa y apenas se fueron incursionó un
grupo armado a ese poblado.
En esta ocasión fueron los
Guzmán quienes tomaron por asalto una comunidad controlada por los Beltrán,
después de un tiroteo que duró varias horas.
Las autoridades estatales
negaron la presencia del grupo armado en la comunidad pero Ríodoce confirmó con
una visita al sitio que hombres del Guano tenían tomado el pueblo.
Desde el sábado 24 de agosto,
elementos castrenses subieron nuevamente a Huixiopa y a unos kilómetros de ahí
se encuentra Bacacoragua, donde ocurrió el tiroteo del viernes pasado y del que
derivó la emboscada a militares en Culiacán.
“TODA LA FUERZA DEL ESTADO” CONTRA LOS CHAPITOS
Apenas las balas tocaron al
Ejército y anunciaron que enfocarían toda la fuerza contra los responsables de
la agresión.
Horas después del ataque al
convoy, la Comandancia de la Novena Zona Militar convocó a una conferencia de
prensa para informar sobre lo que había ocurrido, algo inusual en una
institución que únicamente suele dar información muy escueta por medio de
comunicados.
Ante el Gabinete de Seguridad
Estatal, el Gobernador y los medios de comunicación, el comandante de la
Tercera Región Militar, Alfonso Duarte Múgica, advirtió que actuarán con toda
la fuerza contra los que atacaron al Ejército.
“En esto se va poner toda la
fuerza del Estado para llevar a cabo la detección de todos los elementos
involucrados hasta sus últimas consecuencias, así está la instrucción y así se
va actuar”, dijo.
Horas más tarde en su cuenta
de Twitter, el Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que no quedará impune la
agresión.
“El ataque a los elementos
del Ejército Mexicano en Sinaloa no quedará impune. Los responsables de estos
hechos responderán ante la Ley”, escribió.
Minutos después, el
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong secundó: “Las Fuerzas
Federales no descansaremos hasta llevar a los culpables ante la Ley. Estos
actos no quedarán impunes”.
Con el ataque del viernes,
suman nueve elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional asesinados en
este año.
Los homicidios ocurrieron en
dos ataques cometidos en enero y el viernes pasado.
De acuerdo con la Sedena
cuatro militares murieron en una emboscada el 30 de enero en la comunidad La
Huerta, Mocorito.
En el lugar murieron dos
sargentos, un subteniente y un soldado; mientras que de los delincuentes no
hubo fallecidos ni detenidos.
Los otros cinco soldados
asesinados en Sinaloa, fueron los que fallecieron el viernes pasado.
LA NOCHE EMPIEZA EN BACACORAGUA
Los integrantes del convoy
militar integrado por dos vehículos y 17 soldados no imaginaron cómo terminaría
la noche del jueves cuando pernoctaron en Bacacoragua, una comunidad ubicada en
los altos de Badiraguato.
A la media noche del viernes,
los militares establecieron un puesto de control para revisar vehículos y
evitar el paso de criminales.
A los pocos minutos
observaron que bajaba una camioneta a la que le indicaron hiciera alto, pero su
conductor aceleró mientras que el resto de los ocupantes empezaron a disparar
en contra de los uniformados.
Los militares repelieron la
agresión, al tiempo que observaron que otra fila de vehículos bajaba de la
sierra, pero de otro ángulo de donde bajó la primera.
A bordo de sus vehículos, los
militares iniciaron la persecución y vieron cómo un vehículo empezó a hacer
movimientos extraños mientras seguía avanzando, para posteriormente detenerse y
arrojar al suelo a un hombre, dos armas largas y una corta.
Los militares revisaron el
sitio y observaron que había un civil herido que les solicitó ayuda, por lo que
aseguraron las armas y al hombre para que recibiera atención médica y
posteriormente ponerlo a disposición de las autoridades.
El hombre herido en la pierna
derecha y un hombro se identificó como Julio Óscar Ortíz Vega, conocido con el
alias de Kevin, y a quien se le trasladó a la Cruz Roja de Badiraguato.
Como no encontraron servicio
adecuado, fue llevado a la clínica del pueblo, en la que tampoco se pudo hacer
mucho por él. Fue entonces que los militares decidieron llevarlo a bordo de una
ambulancia de la Cruz Roja a Culiacán.
Escoltado por las dos
camionetas militares, la ambulancia fue embestida al llegar a Culiacán por una
camioneta blindada, que de un golpe transversal la sacó de la carpeta
asfáltica.
Intempestivamente, las dos
camionetas militares que iban escoltando al herido se vieron rodeadas por al
menos tres vehículos blindados que eran conducidos por gatilleros, según
revelaron los sobrevivientes del ataque.
Fueron 40 minutos los que
duró la agresión con armas automáticas y lanzagranadas, mismo tiempo en el que
las corporaciones policiacas nunca hicieron su aparición.
Fue el uso de lanzagranadas
con lo que lograron incendiar los dos vehículos militares, muriendo cinco
soldados, diez más heridos y dos ilesos.
Cinco de los militares
heridos, los menos graves, fueron llevados al Hospital Militar Regional de
Especialidades de Mazatlán, donde se recuperan, mientras que los otros cinco
permanecen en los hospitales del IMSS y Civil de Culiacán, bajo un fuerte
resguardo militar.
La ambulancia en la que
viajaba el herido recibió 15 disparos de arma automática. Del detenido ya no se
supo nada.
LAS CÉLULAS
Según fuentes del gobierno,
las primeras investigaciones apuntan que fueron tres células las que atacaron a
los militares:
La célula de René, el Rino;
Los Chimales, que es comandada por el Pelón Chimal, también conocido como el
23, y la célula del Juancho, conocido como el 22.
(RIODOCE/ Alejandro Monjardín/ 3 octubre, 2016)