Foto: Internet/Mauricio fue identificado
como sicario por la Policía Municipal. Era albañil
En la persecución de los homicidas de un
narcomenudista en la colonia 3 de Octubre, Mauricio, de 19 años de edad, murió
de un disparo a la cabeza. Aun cuando nada lo pone en la escena del asesinato
previo, quedó atrapado en una persecución, acusan padres. Señalan a los
policías municipales como homicidas, pero en el peritaje aún no se determina si
la bala que mató al joven salió de un arma oficial, o de la utilizada por los
sicarios. El homicidio fue justificado por la corporación al presentarlo como
uno de los sicarios perseguidos, pero los testimonios indican otra cosa: que el
joven albañil no estuvo en la escena del crimen
Mauricio López Ruiz quedó
tirado sobre un camino de terracería en un pequeño río de su propia sangre. El
joven fue abatido cuando policías municipales iban en persecución de dos
hombres que habían asesinado a un tercero. López iba llegando a su casa en la
colonia popular 3 de Octubre de Tijuana, luego de cumplir con su jornada
laboral. Le faltaron 80 metros para entrar a su hogar, a ver a su hija de un
año y a su esposa.
Era la tarde del viernes 29
de julio. A pesar de aparentar menos edad, Mauricio dejó de respirar a los 19
años por el plomo de las armas. Un disparo en la parte posterior de la cabeza y
otro en el cuello. Quedó tendido sobre su costado derecho, con los brazos
cruzados en el pecho y el rostro ligeramente volteado hacia arriba.
Vestía de negro, sudadera,
shorts de baloncesto y tenis. Traía consigo la lonchera en la que todos los
días llevaba su comida a una obra de construcción, donde era albañil. Los
peritos no le encontraron arma ni rastros de haber disparado, pero la Secretaría
de Seguridad Pública Municipal (SSPM) de Tijuana sigue asegurando que era uno
de los sicarios que momentos antes había asesinado a “El Borrego”, un
narcomenudista de la colonia.
Familiares testigos de los
hechos, aseguran que a Mauricio lo asesinó la Policía Municipal. Que lo
confundió con los sicarios a los que perseguían. La participación de los
oficiales es confusa, y al cierre de esta edición no había peritaje oficial que
determinara quién disparó al joven que se presume inocente.
Extraoficialmente, ZETA pudo
conocer que en el parte informativo remitido por la corporación como primer
respondiente, ninguno de los agentes que participaron en los hechos del 29 de
julio admite haber disparado contra Mauricio.
De hecho incluyen la
declaración de un testigo, que afirma haber visto cómo uno de los detenidos
identificado como “El Pablito”, fue quien baleó al joven que corría frente a
él.
Sin embargo, en el expediente
no existe ninguna declaración en la que el detenido admita o rechace haber
detonado arma alguna contra López.
En estas circunstancias
resulta necesario hacer las pruebas
balísticas que determinen de cuál pistola provinieron las balas que dieron muerte al joven padre de
familia.
Foto: Cortesía
Morir inocente, pero como perseguido
Desde junio Mauricio comenzó
a trabajar como albañil en una obra de construcción en Playas de Rosarito.
Antes de eso, laboraba en una fábrica, pero los problemas de salud de su hija
de un año y medio de edad lo hicieron cambiar de oficio.
Cada día, Mauricio, su padre
y su hermano, salían de sus casas a las 6:30 de la mañana en el vehículo de su
hermano para iniciar la jornada a las siete en punto.
A las cuatro de la tarde
dejaban las carretillas, mezcladoras y llanas para continuar el trabajo hasta
la mañana siguiente.
El viernes 29 de julio, antes
de regresar a Tijuana, Mauricio compartió una fotografía en su cuenta de
Facebook.
“Saliendo del jale”, es la
leyenda que acompaña la imagen que muestra un montículo de tierra y una pared
con vigas expuestas.
“Llegó a mi casa, le ofrecí
un taquito, le dije que comiera y luego me dijo que iba a ir por la niña porque
teníamos ratito que no la mirábamos”, recuerda su mamá.
La familia López Ruiz vive en
la colonia 3 de Octubre, también conocida como Mi Ranchito, desde que Mauricio
tenía un año.
Pasaba de las cinco de la
tarde cuando Mauricio tomó camino a su casa. “Él bajó solo. A lo mucho fueron
tres o cuatro minutos. Era una bajadita, bajaba siempre por ahí con la niña”,
recuerda su hermano.
Eran menos de 200 metros de
distancia desde la Avenida Miguel Hidalgo, pero el camino no era plano, tenía
que bajar por un pequeño cañón.
El trayecto, que incluía el
cruce del Cañón Palmeras con la calle Lirio, le tomaba unos cinco minutos. Ese
cruce de caminos fue el punto donde dos sicarios, identificados por
corporaciones de Seguridad Pública como integrantes de un narcomenudista
identificado como “El Chapito”, dejaron el vehículo donde huían después de
asesinar a un rival.
Los delincuentes corrían en
la misma dirección que Mauricio caminaba, pero perseguidos por agentes de la
Policía Municipal, cuando inició el supuesto intercambio de disparos entre los
uniformados y los delincuentes.
El resto de la familia del
joven, su hermano, padres, tía, cuñada y sobrina seguían en la casa de sus padres,
cuando escucharon el estruendo de las sirenas, las patrullas y luego las
detonaciones. Fueron esos disparos los que le quitaron la vida a Mauricio.
“Yo lo reconocí desde arriba.
Me arrimé a la bajadita. Dimos la vuelta por el otro lado y no nos dejaron
arrimar. Le pedíamos a los policías que nos dejaran acercarnos o que ellos
fueran a ver si todavía estaba vivo, pero ni ellos pasaron ni nos dejaron
pasar”, recuerdan su hermano y su madre.
La Policía Municipal acordonó
el lugar con un perímetro de varios metros, pero los cañones de la colonia
permitían ver de lejos el cuerpo sin vida de Mauricio.
Su familia lo vio inerte más
de tres horas sobre la terracería hasta que personal de Servicios Periciales de
la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) terminó la recolección de
evidencia.
Ya en la PGJE, se determinó
que Mauricio no tenía un arma consigo al momento de caer muerto y la prueba de
rodizonato de sodio arrojó que el joven no accionó un arma de fuego.
Tampoco cuenta con
antecedentes penales, arrestos previos ni está ubicado en organigramas de
Inteligencia de corporaciones policiales como miembro de alguna banda criminal.
De hecho, la esposa del
hombre ultimado por los dos sicarios a quienes perseguían los municipales y que
están en calidad de detenidos, no lo identifica entre las personas que se
presentaron a su casa, buscando a su marido para matarlo.
Foto: Cortesía/A 80 metros de su casa,
recibió los disparos.
Así justificó la Policía la
ejecución extrajudicial Horas después de la persecución y homicidio de
Mauricio, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal lo victimizó sin tener
prueba alguna.
Hizo circular las primeras versiones de lo
sucedido. Primero anunció que eran tres delincuentes quienes habían participado
en una ejecución de un narcomenudista.
A decir de la Policía
Municipal, los tres hombres eran perseguidos por elementos del Grupo de
Operaciones Estratégicas (GOE) del Distrito de Los Pinos, al ser los presuntos
responsables del asesinato de “El Borrego”, integrante de un grupo rival.
Sin embargo, las áreas de
Inteligencia únicamente identificaron a dos de ellos, los heridos: “El Pablito”
y “El Nene”, como integrantes y gatilleros de la célula de “El Chapito”.
El tercer supuesto “sicario”
-a decir de la SSPM- quedó muerto a metros del lugar donde abandonaron el carro
sedan color arena para emprender la fuga a puga.
De él no fue revelado ni su
apodo ni nombre, el día de la ejecución que ocurrió alrededor de las 5:30 de la
tarde en el Cañón Palmeras de la colonia 3 de Octubre.
Para justificar el accionar
de las armas, los oficiales reportaron que uno de los delincuentes les disparó
antes de intentar escapar y por ello se le abatió en el momento.
El supuesto tirador se trata
de Mauricio, el trabajador que se dirigía a su casa luego de una jornada
laboral como albañil, que portaba una lonchera, que no llevaba arma y que no
resultó positivo en las pruebas para determinar que accionó un arma.
La misma corporación, ya con
la presencia de la Policía Estatal Preventiva (PEP), persiguió a uno de los
delincuentes quien tomó como rehén a una familia hasta verse rodeado por los
uniformados y entregarse.
La PEP y la Policía Municipal
encontraron al tercer hombre, también herido, en los alrededores del lugar.
Ninguno de los dos detenidos quedó herido de gravedad, por lo que fueron
presentados ante un juez, quien declaró la detención de legal y fijó la
audiencia de vinculación a proceso para hoy viernes 5 de agosto.
Se trata de Juan Pablo Valdés
Gómez “El Pablito” y Édgar Figueroa García “El Bebo”. Según la información
recolectada por los agentes investigadores, estos dos hombres llegaron al
domicilio de Carlos Valles Borrego en la colonia 3 de Octubre, cerca de la casa
de la familia de Mauricio.
Al no encontrarlo en la
vivienda, salieron y al dar la vuelta a la banqueta lo vieron de frente. “El
Borrego”, como también era conocida la víctima, había ido a la tienda. Los dos
hombres dispararon contra “El Borrego”, quien cayó muerto y abordaron un
vehículo para escapar, pero fueron alcanzados por la Policía Municipal y así
inició la persecución que finalizó cuando los hombres dejaron el automóvil e
intentaron escapar corriendo.
Carlos Valles “El Borrego”,
de 47 años de edad, es identificado como un conocido narcomenudista en el área
y rival de “El Chapito”.
Ésa es la principal teoría de
su homicidio. En julio de 2013 fue detenido por agentes de la PEP con tres
kilogramos de marihuana.
La corporación informó en ese
entonces que el hombre fue denunciado como vendedor de droga en las
inmediaciones de una estancia infantil ubicada sobre el Bulevar 3 de Octubre.
Cuando policías estatales lo
abordaron, cargaba consigo una mochila, donde tenía la droga valuada en 6 mil
dosis y fue puesto a disposición de la Procuraduría General de la República
(PGR).
LAS
INVESTIGACIONES
Dos familiares de Mauricio
testificaron respecto al crimen. Dieron los detalles de su trabajo, de su vida,
negaron conocer a los detenidos por el homicidio, así como cualquier vínculo
del joven de piel morena con alguna banda delictiva.
Quienes lo conocieron y
dieron su testimonio a ZETA lo describen como un joven aficionado de los
videojuegos, de la música metal y de las animaciones japonesas. A veces
dedicaba dibujos a su esposa.
Sin embargo, la SSPM afirma
tener testimonios de quienes relacionan a Mauricio como conocido de “El
Pablito” y “El Bebo”, mas no de haber sido visto en el momento de que
asesinaron a “El Borrego”.
Será hoy viernes 5 de agosto
cuando el juez a cargo del caso, determine si el homicidio de Mauricio López
Ruiz será investigado como un caso aparte, y si fueron los policías quienes le
dispararon, también serán presentados como presuntos responsables.
Lo anterior porque la muerte
del joven de 19 años se encuentra dentro de la carpeta de homicidio de Carlos
Valles “El Borrego”, en la cual aparecen “El Pablito” y “El Bebo” como posibles
imputados.
“Él solo iba caminando en ese
momento. Es inocente, no es cierto que sea asesino ni criminal. Ni siquiera
sabía manejar, así que no podía ir manejando el carro. No tenía que morir así”,
comparte la madre de Mauricio. “El soldado”, “El Smile” y “El Güero”,
señalados en asesinato de “Don Charly” Carlos de la Torre Méndez “Don
Charly”, propietario de Clamatos La 20 en Tijuana, fue baleado afuera de su
negocio el lunes 1 de agosto y murió en el Hospital General el miércoles 3, día
en que Luis Francisco Álvarez Hernández,
de 23 años de edad, fue detenido por agentes de la Secretaría Seguridad Pública Municipal, señalado por unos vecinos
como quien arrojó gasolina al expendio de clamatos.
En cuanto a quienes
dispararon en contra de Torres y huyeron en una camioneta Explorer dorada,
fueron identificados por testigos de los hechos como “El Soldado”, “El Smile” y
“El Güero” -sin precisar cuál de ellos accionó el arma-; de los tres
mencionaron “venden droga en la Zona Norte”.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ /INÉS GARCÍA RAMOS /LUNES,
8 AGOSTO, 2016 12:00 PM)