El
reacomodo de cárteles está trasladando la violencia del norte hacia el centro y
el sureste de la República, donde se encuentran puertos estratégicos para el
tráfico de estupefacientes o insumos para la producción de drogas sintéticas.
Como grandes cárteles sólo sobreviven el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva
Generación, coinciden analistas de seguridad y la DEA. Sin embargo, el regreso
de Rafael Caro Quintero y la fragmentación de Los Zetas están multiplicando las
ejecuciones y la inseguridad en distintos estados.
Ciudad
de México, 21 de julio (SinEmbargo).– El regreso de Rafael Caro Quintero al
negocio de las drogas, la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y la
fragmentación de Los Zetas, modificaron la estructura de los grandes cárteles.
Hoy, dicen especialistas, sólo sobreviven dos: El Cártel de Sinaloa y el Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que no significa que la violencia haya
disminuido sino que de este reacomodo han surgido pequeños grupos criminales
regionales que hoy se disputan distintos territorios.
“El
derramamiento de sangre en México se debe a una fragmentación de los asesinos
de sangre fría, sin escrúpulos, que dirigen las organizaciones criminales. Son
deshonrosos, no tienen ningún código, y no respetan la Ley”, expresó Russel K.
Baer, coordinador de la sección de Relación con Medios de la Agencia Antidrogas
de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), en una entrevista con
SinEmbargo.
Otro
de los cambios importantes se manifiesta en la lista de los capos más buscados
elaborada por la propia DEA, que ahora tiene como el narcotraficante más
buscado a Caro Quintero, por quien el
Gobierno estadounidense ofrece una recompensa de 5 millones de dólares.
Estos
movimientos están recofigurando el mapa de los cárteles de la droga en México y
han trasladado la violencia del norte al centro y sur del país, principalmente
a las áreas rurales.
Entre
enero y junio, el número de ejecuciones aumentó 26 por ciento, al pasar de 829
durante el primer mes del año a mil 046 en junio, de acuerdo con la medición de
este tipo de delitos que elabora Lantia Consultores.
Las
cifras de Lantia muestran que los estados que a mitad de año ya rebasan el
total de ejecuciones registradas en 2015 son Colima, Quintana Roo, Puebla,
Zacatecas, Nuevo León, Sinaloa y Veracruz.
En
Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Morelos, Guerrero y Tamaulipas también
se ha observado un crecimiento importante en el número de ejecutados.
Esta
medición sobre la dispersión de la violencia en el país muestra que en junio se
registraron hechos violentos ligados al crimen organizado en 313 municipios del
país, en estas localidades vive entre 55 y 70 por ciento de la población de
México.
¿QUIÉN ES QUIÉN EN EL JUEGO DE CÁRTELES?
Eduardo
Guerrero Gutiérrez, experto en seguridad de Lantia Consultores, expuso que se
puede considerar como cárteles a las organizaciones delictivas que tienen
presencia en cuatro o más entidades y se dedican principalmente a la
exportación y comercio de drogas. Por tanto, destacó, estas características
sólo se pueden ubicar en las organizaciones criminales de Sinaloa y del CJNG.
“Ni
los zetas ni los golfos tienen ya esa capacidad, por eso funcionan como
organizaciones que cobran peaje; ya no son organizaciones que tienen capacidad
para transportar droga del norte al sur”, expresó Guerrero Gutiérrez.
Lo
anterior, explicó, no necesariamente significa que la droga sólo sea
transportada por Jalisco o Sinaloa sino que lo hacen en alianza con células que
van moviendo el producto por segmento. “Sabemos que eso sucede, pero es muy
difícil saber actualmente cuáles son esas células”, añadió.
Distintas
fuentes coinciden en que en el país sólo sobreviven dos grandes cárteles, pero
hasta ahora no se sabe con exactitud cuántos grupos delictivos derivados de los
aproximadamente siete cárteles que operaban al inicio de la guerra contra las
drogas del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa operan a lo largo del
territorio nacional.
“Una
vez detenidos los jefes de los cárteles más importantes de México, éstos se han
fragmentado en grupos más pequeños. El liderazgo dentro de muchas de estas
nuevas organizaciones es inexperto y débil, pero también la identificación de
los líderes de este tipo de organización criminal representa un reto”, expresó
el vocero de la DEA, Russel K. Baer.
Baer
consideró que es posible identificar ahora como una de las organizaciones más
vulnerables a Los Zetas, cuyo poder se empezó a debilitar tras la detención de
su líder Miguel Ángel Treviño Morales “El Z-40”, en julio de 2013.
No
obstante, asegura, con dos cárteles es suficiente para que al menos en Estados
Unidos no existan organizaciones criminales con el poder y la infraestructura
con la que cuentan el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
“El
Cártel de Sinaloa mantiene la presencia más significativa en los Estados Unidos
[…] es una organización compleja y altamente organizada que ha logrado
controlar diversas operaciones criminales dentro de todo México. El CJNG es uno
que preocupa mucho porque se ha convertido en una de las organizaciones más
poderosas en México y en algunos casos rivaliza con las operaciones de tráfico
del Cártel de Sinaloa en Asia, Europa y otros lugares del mundo. El CJNG –en
virtud de su creciente poder– continúa expandiendo sus operaciones de tráfico a
EU. Informes revelan que tiene cada vez más miembros y asociados para la
distribución de drogas en Estados Unidos”, señaló Russel K. Baer.
Mientras
en México se libra una batalla en contra de organizaciones enemigas, en Europa
la presencia del Cártel de Sinaloa se ha intensificado y encontrado nuevas
rutas.
“De
acuerdo con informes especializados, Irlanda se ha convertido en un destino
importante para el tráfico. Tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG están
buscando cada vez más mercados en el sudeste asiático, probablemente por los
altos precios que alcanza la cocaína”, dijo por su parte Antônio Sampaio,
analista del International Institute for Strategic Studies (IISS, por sus
siglas en inglés) de Londres.
A
pesar de que el CJNG ha ganado terreno, Sampaio consideró que el de Sinaloa
sigue contado con una fuerte red mundial para el tráfico de drogas que ha
venido construyendo durante un largo periodo, además de que en México cuenta
con “un músculo militar que le permite sobrevivir en un mundo criminal hostil y
competitivo”.
Para
Guerrero Gutiérrez, en tanto, el incremento de la violencia en la región de
Jalisco, Colima, Guanajuato, Zacatecas y Aguascalientes –por donde pasan muchas
rutas por las que se mueve la droga al norte del país– se relaciona con una
expansión del CJNG; también existe fuerte presencia del Golfo, Los Zetas y Los
Caballeros Templarios. En Colima, el incremento en la violencia se debe,
principalmente, a que los cárteles de Jalisco y Sinaloa rivalizan para tener el
control del puerto de Manzanillo. Mientras, en San Luis Potosí, Los Zetas
buscan posicionarse.
En
la zona del Noreste, específicamente en Tamaulipas, la disputa se da
principalmente entre el llamado “Grupo Bravo”, que se alió con una fracción de
Los Zetas llamada “Vieja Escuela” y otra más denominada Cártel del Noreste, que
también se disputa el territorio de Nuevo León con lo queda del Cártel del
Golfo.
“Esta
zona todavía tiene muchos problemas y sin duda Tamaulipas es donde hay más : ha
habido un nulo avance en la capacitación policial por la presencia de la
Marina, el Ejército y la Policía Federal. Se volvió crónica la debilidad
judicial en Tamaulipas porque se volvieron dependientes de la protección de la
Federación, por eso no conviene enviarle a los estados soldados y policías
porque se vuelven muy dependientes. Así, cuando las cosas salen bien se le
atribuye a los gobernadores y cuando salen mal se le echa la culpa a la
Federación y se vuelve algo muy nocivo”, expresó Eduardo Guerrero.
En
el centro y sur del país, Guerrero es un caso particular ya que la violencia
empezó a aumentar desde la segunda mitad de 2014, después de la intervención
federal por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. La
entidad está dominada por las mafias locales que se reparten las distintas
regiones. En la región centro del estado la pelea es entre Los Rojos –que
tienen presencia en Chilpancingo y Tixtla– contra Los Ardillos –que están en la
montaña y la Costa Chica–. En la zona norte la rivalidad es entre Guerreros
Unidos y Los Rojos; en la región de Tierra Caliente existe la disputa entre un
grupo denominado “Los Granados” contra “Los Tequileros”, un remanente de Los
Caballeros Templarios de Michoacán, mientras que en Acapulco se siguen
presentando episodios muy violentos entre La Barredora y el Cártel
Independiente de Acapulco.
Además,
la violencia que se ha registrado en los estados de México y Morelos se debe en
gran parte a la salida de células de Los Rojos y Guerreros Unidos, que han
buscado refugio en estas entidades.
Muy
cerca, en Puebla, se considera que la violencia va al alza por un conflicto
reciente entre Los Zetas, remanentes de los Beltrán Leyva y el CJNG.
“Otro
conflicto muy local es el que se da en Sinaloa, con estos rumores de que Caro
Quinteros salió con células de los Beltrán Leyva y que está peleando con el
Cártel de Sinaloa. También hay otra versión que considera que el hijo del
‘Mochomo’ [Alfredo Beltrán Leyva, actualmente preso en Estados Unidos] tomó las
riendas de un segmento de los Beltrán Leyva y trae una pelea contra la gente de
‘El Chapo’ Guzmán, lo que ha aumentado la violencia en Culiacán y también ha
afectado al puerto de Mazatlán”, expresó el consultor de Lantia.
Estos
enfrentamientos detonados por las organizaciones que lideran Caro Quintero y el
llamado “Mochomito” podrían expandirse hasta Colima y Baja California, donde ya
se han visto réplicas de las peleas que se libran en Sinaloa.
Pero
el Cártel de “El Chapo” Guzmán Loera también enfrenta conflictos internos.
“Muchos
de los problemas que tiene son derivados de los conflictos que hay entre la
nueva generación, los hijos de ‘El Chapo’, ‘El Mayo’…”, dijo por su parte
Carlos Rodríguez Ulloa, integrante del Colectivo de Análisis para la Seguridad
y la Democracia (CASEDE).
“Caro
Quintero juega con estas divisiones porque un gran defecto de las lecturas de
los cárteles es verlos como unidad cuando en realidad son grupos y en el caso
de Sinaloa es más una especie de consorcio. Entonces, en una lógica así tú
puedes jugar un día con uno y un día con otros, lo que forma las llamadas
alianzas inestables que se dan cuando un grupo se apodera de un nicho y se
queda con él y luego llega otro…”, agregó Rodríguez Ulloa.
El
pasado 8 de julio, el diario Reforma consignó en sus páginas que, de acuerdo
con fuentes extraoficiales, Caro Quintero –quien fue detenido el 4 de abril de
1995 y liberado el 9 de agosto de 2013– se internó en la sierra del municipio
de Choix, en Sinaloa, y desde ahí planea disputarle al Cártel de Sinaloa el
control de la siembra y trasiego de mariguana en el “Triángulo Dorado”, área
que comprenden las zonas serranas de Durango, Chihuahua y Sinaloa y que es
clave para estas actividades.
En
Ciudad Juárez, Chihuahua, operan Los Aztecas, que son una pandilla de origen
texano [integrada por mexicanos en una cárcel de Dallas] que trabajan para La
Línea o Cartel de Juárez y los Carrillo Fuentes [los descendientes de Amado
Carrillo, el llamado “Señor de los Cielos”]. También se menciona a otra pandilla
llamada “Los artistas asesinos”, que habría sido reclutados por la gente de
Ismael “El Mayo” Zambada –el socio de “El Chapo Guzmán”– en 2007.
Un
problema más que estaría enfrentando el Cártel de Sinaloa es la alianza entre
el Cártel Jalisco con lo que quedó del Cártel de Tijuana, que encabezaban los
hermanos Arellano Félix.
MÁS REACOMODO DE FICHAS
Eduardo
Guerrero expresó que se pueden detectar problemas fuertes en Quinta Roo,
relacionados con la presencia del CJNG, principalmente en Cancún, territorio
disputado también por un viejo grupo local llamado “Los Pelones” y una célula
del Cártel de Sinaloa. En otros municipios operan células del Golfo y los
zetas.
En
Veracruz los conflictos son entre células de los zetas, los Ántrax –que deriva
del cártel de Sinaloa– y el CJNG.
Cuestionado
sobre la situación en la Ciudad de México, Guerrero expresó, sin mencionar
grupos delictivos, que las delegaciones en las que se tiene detectada actividad
del crimen organizado son Iztapalapa, Venustiano Carranza, Benito Juárez y
Miguel Hidalgo.
Guerrero
y Rodríguez Ulloa coincidieron en que la fragmentación de los grandes cárteles
también detonó la creación de una especie de mercado de “protección ilegal” a
empresas o familias a las que les cobran la llamada cuota.
Pero
también, según el analista de CASEDE, disparó los índices de delincuencia
común, ya que los grupos más pequeños que sobreviven a la desaparición de su
cártel obtienen recursos de ilícitos como el robo de autos, a cuentahabientes u
otros delitos menores.
Sampaio
afirmó que un legado de las cárteles mexicanos es su estructura “altamente
militarizada” que les ha permitido librar enfrentamientos contra las
autoridades y contra organizaciones rivales.
“Este
enfoque se integró con Los Zetas durante su época de apogeo, pero se ha
extendido y convertido en una lección para los nuevos poderes criminales,
especialmente el CJNG. La principal lección que han aprendido es que las
muestras públicas de brutalidad y una estrategia agresiva y armada ante la
expansión de los operativos de seguridad vale la pena: los Zetas lograron
expandirse rápidamente siguiendo esta estrategia y ahora el CJNG ha logrado
repetir la hazaña. Esto, por supuesto, es una mala noticia para los mexicanos”,
expresó.
(SIN
EMBARGO,MX/ JULIANA FREGOSO/ JULIO 21, 2016 - 12:04 AM)