martes, 22 de septiembre de 2015

EPN-SALINAS: GOBIERNOS GEMELOS… HASTA EN LOS MALOS RESULTADOS


En 1990, en el segundo año del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el diario Los Angeles Times dedicó al Presidente mexicano un artículo elogioso con el siguiente encabezado: “Carlos Salinas. Empujando a México del Tercer Mundo al Primero”. Veinticuatro años después, también en el segundo año del sexenio de Enrique Peña Nieto, la revista Time incluso le dio su portada al Primer Mandatario y la tituló: “Salvando a México”.

Ésta y otras similitudes, particularmente la ola de reformas aplicadas en los dos primeros años de sus gobiernos e incluso los mensajes de sus discursos, se encuentran en las administraciones de ambos priistas.

De acuerdo con especialistas ambos comparten la ideología neoliberal, por la apertura y la obediencia a los mercados. Aunque la diferencia es que Salinas de Gortari inició ese camino formalmente, sobre todo con el Tratado de Libre Comercio, y Peña Nieto es el heredero de esas medidas.

Pero a más de dos décadas de distancia, dicen, está claro que los resultados son negativos. Lo de Salinas fueron promesas que no cristalizaron. Ahora, con Peña, esas promesas de cambio han vuelto pero, afirman, la realidad es que en los últimos tres años México ha retrocedido en todos los ámbitos, especialmente en pobreza y desigualdad.


 Los-Angeles-Times-Salinas

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).– Veinticuatro años antes de que la revista Time dedicara su portada al presidente Enrique Peña Nieto y la encabezara con la frase “Salvando a México”, el periódico Los Angeles Times elaboró, el 25 de noviembre de 199o, un encabezado similar para el entonces joven Presidente mexicano: “Carlos Salinas. Empujando a México del Tercer Mundo al Primero”.

También como hizo Time el 24 de febrero de 2014, cuando el medio con sede en Nueva York elogió cómo “las profundas reformas de Peña Nieto (sobre todo la Energética) estaban cambiando la narrativa de su país manchado de narco”, el periódico californiano destacó en su momento que el motivo de su halago era la temeridad de las reformas que Salinas planteaba entonces: “En un cambio radical de la postura nacionalista de las anteriores administraciones, la ruta hacia este futuro para Salinas es a través de una zona de libre comercio en América del Norte. Las negociaciones con Estados Unidos sobre un acuerdo de libre comercio estará en la cima de la agenda cuando se encuentre con el Presidente George Bush el lunes en México”. Además, el texto aparecido en una columna de opinión y que, también como hizo Time con Peña Nieto, dio trato de héroe al Primer Mandatario: “Carlos Salinas, Presidente de México de 42 años, ha adoptado una misión más heroica que meramente ambiciosa: quiere levantar a su nación de 82 millones de personas del Tercer Mundo hacia el Primero”.

Ambos artículos coincidieron además en haber sido publicados entre el primer y segundo año de cada sexenio y, también, en haber aparecido en el contexto de un encuentro de mandatarios de México y de Estados Unidos. Concordaron, también, en el tono de adulación que utilizaron con los Presidentes mexicanos. “Hace cinco años, la violencia de las drogas estaba explotando, la economía mexicana se tambaleaba y un informe del Pentágono comparaba a la nación azteca con el caso perdido de Pakistán”, indicó el artículo de Time. “Ahora las alarmas están siendo reemplazadas con aplausos. Después de un año en el despacho, Peña Nieto ha sacado adelante el más ambicioso paquete de reformas sociales, políticas y económicas de las que se tenga memoria. Las fuerzas económicas globales, también, se han movido en dirección al país. Lanzado por la apertura de las reservas de petróleo a la inversión extranjera por primera vez en 75 años, y el dinero inteligente ha empezado a apostar al poder del peso”, agregó el artículo.

Enviar desde los medios más influyentes de la prensa extranjera el mensaje de que las reformas y privatizaciones lograrían transformar a México y sacarlo de la pobreza –aunque en el caso de Peña Nieto este argumento pudiera sostenerse únicamente dos años– es sólo uno de los varios paralelismos advertidos entre los dos presidentes emanados del PRI y que han sido ampliamente reseñados por los medios. Desde la detención que ambos hicieron en los primeros días de sus respectivos sexenios de sendos otrora poderosos líderes sindicales opuestos a sus candidaturas –Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y arrestado un mes y 10 días de iniciado el sexenio de Salinas; y Elba Esther Gordillo, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y detenida el 26 de febrero de 2013, a dos meses y 25 días de haber iniciado el sexenio de Peña Nieto– hasta el afianzamiento de acuerdos clave desde el segundo día de sus respectivos mandatos, como el Programa Nacional de Solidaridad que decretó Salinas el 2 de diciembre de 1988, y el Pacto por México que Peña Nieto alcanzó con los Partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, también un 2 de diciembre, en 2012.


El salvador de la Patria, según Time. Foto: Archivo

Pero es la profundidad de las reformas constitucionales que ambos encabezaron y que la prensa extranjera celebró en cada caso la semejanza entre ambos mandatarios con mayor trascendencia para la vida pública de México. Entre estas reformas están la que cada uno hizo, con 22 años de diferencia, al Artículo 27 Constitucional, al cual el primero le modificó, en 1992, un párrafo para eliminar el carácter inalienable de las tierras comunales o ejidos para que pudieran ser propiedad privada y vendidas a empresas extranjeras; y al que, en diciembre de 2013, en el primer mes de su sexenio, Peña Nieto le adicionó el permiso para que empresas privadas pudieran participar en actividades de exploración y extracción de petróleo e hidrocarburos, o “reforma energética”.

Este tipo de reformas –Peña Nieto presumió en su Tercer Informe 90 modificaciones a 51 artículos Constitucionales– fueron además la respuesta con la que ambos llegaron a los informes de Gobierno posteriores a sus peores crisis políticas, de violencia y derechos humanos. “Este año hemos enfrentado hechos insólitos que han traído momentos de desconcierto, preocupación y dolor”, dijo Salinas el 1 de noviembre de 1994, en el discurso ante el Congreso por su Sexto Informe de Gobierno y en medio del trance generado ese año por el alzamiento zapatista y los magnicidios del candidato priísta Luis Donaldo Colosio y del dirigente del mismo partido y cuñado del Presidente, José Francisco Ruiz Massieu. “Las instituciones republicanas sufrieron graves embates y las convicciones íntimas de los mexicanos fueron puestas a prueba. No obstante, por las reformas realizadas y la respuesta serena de la población, el compromiso con el cambio se ratificó y la vida institucional del país salió fortalecida”, agregó Salinas en un mensaje ante el Congreso.

Una construcción parecida utilizó Peña Nieto 20 años después. “Los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del Estado de Derecho”, dijo en su mensaje del 2 de septiembre pasado con motivo de su Tercer Informe. “Qué vamos a hacer como país ante los retos y dificultades que enfrenta México? Nuestra respuesta es contundente: vamos a enfrentar los desafíos (…) Vamos a seguir moviendo a México, implementando las reformas transformadoras”, agregó.

En ese mismo mensaje de 1994, Salinas destacó cómo la “transformación mundial” –el fin de la Guerra Fría, la caída de la Unión Soviética, el inicio del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT)– confirmaron “la pertinencia” de las decisiones de México, como el haber ingresado, en 1993, a la Conferencia Económica de los países del Asia-Pacífico (APEC) y haber ingresado, ese 1994, a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, “que agrupa a las economías más industrializadas del planeta”. En enero de ese año, presumió también Salinas en su informe, “entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y avanza en sus objetivos de regular con claridad el creciente comercio entre nuestros países, alentar la inversión y la creación de empleo”.

Peña Nieto, por su parte, reiteró en el documento de su Tercer Informe el compromiso de su Gobierno “con el Libre Comercio, la movilidad de capitales y la integración económica” e informó que México “continuó con el proceso de apertura comercial con una participación activa en la negociación y profundización de los acuerdos y tratados comerciales y de inversión (11 con 46 países)”.

Ambos, al cierre de cada mensaje, enfatizaron en lo prometedor que ven el porvenir de la Nación. “México es una gran Nación de cambio, tiene un amplio futuro y una identidad añeja”, dijo Salinas en su último mensaje. “Nuestro país tiene todo para ser una potencia en los siguientes años”, dijo por su parte Peña Nieto a principios de este mes. “México está destinado a ser una de las naciones más prósperas, de mayor bienestar para su gente y motivo de inspiración para el mundo”, agregó.


Dos presidentes emanados del PRI. Composición de fotos de archivo

MISMO DISCURSO, DIFERENTE CONTEXTO

Claras las similitudes desde casi los primeros días del sexenio Peñanietista, lo que interesa ahora, explican académicos, es observar las marcadas diferencias que también existen entre ambas administraciones. La principal, coinciden, es el tiempo transcurrido entre los años en los que Salinas promovió su discurso reformista y el de Peña Nieto, cuando queda claro, dice Saúl Escobar Toledo, profesor e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que no se han cumplido ni las promesas del primero.

“Los dos comparten la ideología neoliberal, por la apertura y la obediencia a los mercados. La diferencia es que Salinas inicia este camino formalmente, sobre todo con el Tratado de Libre Comercio, y Peña Nieto es el heredero de estas medidas, 20 años después, cuando hay un camino recorrido que, sin embargo, es muy negativo”, dice Escobar. “Y lo que con Salinas eran promesas, 20 años después está claro que no han funcionado”, agrega.

Desde diciembre de 2014, Escobar publicó un artículo que encuentra cómo los salarios registraron una caída marcada a partir de 1982, año en el el entonces Presidente Miguel de la Madrid inicia la aplicación de políticas de apertura de mercado que Salinas intensifica.

“De 1969 a 1977, el salario mínimo real crece a 5.7 por ciento anual, llegando a su punto más alto en este último año. Luego seguirá un periodo más corto, de 1977 a 1982, en que el salario mínimo tiene un ligero decrecimiento de 1.3 por ciento anual. En cambio, entre 1982 y 1992 se da la peor caída del salario mínimo en la historia del país: 6.36 por ciento anual acumulando un baja de 63.6 por ciento”, dice el artículo académico Salarios Mínimos: Desigualdad y Desarrollo.

“Posteriormente entre 1992 y 1995 la caída es un poco más suave, de 2 por ciento anual, para luego volver a incrementarse entre 1995 y 2003 a un ritmo negativo de 2.5 por ciento anual. Finalmente entre 2003 y 2014 el salario mínimo se mantiene constante, ni crece ni decrece”, agrega el trabajo de Escobar.

De acuerdo con sus conclusiones, la causa de esta caída en los salarios es, precisamente, la política económica “neoliberal” que tiende a abaratar la mano de obra con el fin de atraer inversión extranjera. El resultado, sin embargo, es un aumento en la pobreza y la desigualdad.

“Hubo un cambio de paradigmas. Hasta los años ochenta se consideraba que un aumento de los salarios reales generaría un mayor crecimiento económico. Ahora se considera que el impulso económico proviene de la demanda externa. De esta manera, en la globalización neoliberal, debido al outsourcing o subcontratación, las políticas de ajuste y la velocidad de movimiento de los flujos de capitales, se dio una competencia por abaratar los salarios para mejorar la competitividad en el mercado mundial”, explica el reporte de Escobar, disponible en el portal de revistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“El salario ya no se consideraba, como en el pasado, un factor de crecimiento sino una variable residual, que se mide por los índices de productividad. Ello propició además a flexibilizar el empleo y abaratar aún más el salario”, agrega.

A partir de los años 80, dice el texto, aumenta también el empleo informal y la migración, provocando en conjunto un empeoramiento general de las condiciones de trabajo.

“Está claro que en la primera fase hay un efecto que generaliza los beneficios, mientras que en la segunda hay un deterioro general de los ingresos de la mayoría de la población”, dice.

Por eso, agrega Escobar en entrevista con SinEmbargo, que Peña Nieto afirme ahora que las reformas se convertirán en beneficios para la población es un discurso que se escucha desgastado ante los hechos.

“Es un rumbo que ha profundizado la desigualdad y nos ha causado llegar adonde estamos, a estos niveles de violencia, de descrédito de las instituciones”, dice el investigador. “Entonces, es muy grave que se insista en este discurso, porque no es demostrable que tenga efectos benéficos o que sea el camino acertado, y porque seguir haciendo lo mismo que ha resultado mal, es lógico que seguirá resultando mal”, agrega.

Con él coincide Daniel Vázquez Valencia, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

“Hay casi 30 años de diferencia, y no es una diferencia menor, porque cuando Salinas propone alinearse a las medidas neoliberales, que no eran únicas de México sino globales, a las que México llegaba incluso tarde, estaba razonablemente bien visto, había un acuerdo cerrado en cuanto a esto; pero eso no sucede ahora. Ahora ya pasamos por una vuelta a la izquierda en América Latina y el neoliberalismo no goza de ser bien visto ni de ser la única o la mejor solución”, agrega.

Otra diferencia que mencionan ambos entrevistados es la distancia que separa a Peña Nieto en términos de preparación intelectual, por lo que los consensos  que logró Salinas con diferentes sectores de la izquierda, dice Vázquez, son ahora impensables.

Otro contraste, agrega el académico y también experto en democracia y mercados, es que el antecedente del discurso reformista de Salinas estaban las crisis económicas, mientras que en el caso de Peña Nieto se encuentran las profundas crisis de derechos humanos y de violencia que el ex Gobernador del Estado de México no quiere ni mencionar.

Esta divergencia en la forma en la que cada uno aborda las crisis políticas está también documentada en los mensajes de sus informes: mientras que Salinas se refirió una docena de ocasiones a Chiapas y a su “conflicto armado”, Peña Nieto dedicó menos de una línea de su discurso a “los hechos ocurridos en Iguala”, sin mencionar siquiera que se trataba de la desaparición de 43 jóvenes estudiantes.

(SINEMBARGO.MX/ Sandra Rodríguez Nieto/ septiembre 22, 2015 - 00:00h)

NORMALISTA DEL QUINTO CAMIÓN, EL “BORRADO” POR PGR, NARRA LA NOCHE DE IGUALA


Alex, sobreviviente del ataque en Iguala, Guerrero, a los normalistas de Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ayotzinapa, Guerrero, 22 de septiembre (SinEmbargo).– La mañana del 27 de septiembre de 2014, ante personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PGJEG) y a quien identifica como de “derechos humanos”, Alex, un sobreviviente del ataque a los normalistas de Ayotzinapa, declaró lo sucedido durante la noche anterior con el quinto autobús que tomaron 14 estudiantes en la Central Camionera Estrella Blanca de Iguala.

El joven estudiante, entonces de primer grado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, llevó personalmente a las autoridades y a quienes se identificaron como defensores de derechos humanos hacia la salida a Chilpancingo, frente al Palacio de Justicia, para indicarles cómo llegaron hasta ahí en un autobús Estrella Roja y la forma en la que desapareció antes de las 11 de la noche.

“Fui yo y otro compañero sobreviviente quienes declaramos y llevamos a personal de derechos humanos a una reconstrucción. Ellos, los de derechos humanos, se llevaron las declaraciones, los informes, todo lo que declaré en la Procuraduría, por eso se me hace extraño que no se haya investigado eso”, dice en entrevista con SinEmbargo en una visita a la Normal de Ayotzinapa.

El 6 de septiembre, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe final sobre sus investigaciones en México en torno al caso y reveló que la Procuraduría General de la República (PGR), entonces bajo el mando del priista Jesús Murillo Karam, pasó por alto y omitió en el expediente la existencia del quinto autobús en el caso Ayotzinapa: un Estrella Roja con 14 normalistas, que fue vaciado a punta de balazos por elementos de la Policía Federal (PF) a la altura del Palacio de Justicia, en la salida Iguala-Chilpancingo.

Lo omitió bajo el pretexto de que ese camión fue abandonado por los normalistas inmediatamente después de sacarlo de la Central de Camiones de Iguala, porque se pusieron nerviosos y pensaron que no servía, de acuerdo con la declaración del chofer.

Esa declaración bastó para que la PGR desechara ese quinto autobús como evidencia y no consignara el hecho ni considerara ese autobús como escena del crimen, reveló el informe.

Pero Alex estuvo ahí esa noche y sobrevivió junto con sus otros 13 compañeros que tomaron el autobús Estrella Roja alrededor de las nueve de la noche en la central camionera.

El joven normalista fue uno de los ocho estudiantes que en un primer momento arribaron a la central de autobuses en un Costa Line y que fueron encerrados por el chofer del vehículo.

Luego de que el resto de los normalistas arribaran al lugar en dos autobuses Estrella de Oro en apoyo de sus compañeros, decidieron llevarse otros tres autobuses. Uno de ellos un Estrella Roja que estaba a punto de salir de la terminal sin pasajeros.

“El Estrella Roja ya había prendido, se estaba empezando a mover cuando lo paramos. Yo fui el penúltimo en subirse. El chofer nos dijo: ‘Sí vámonos. Yo tengo familia en Tixtla, ahorita nos vamos’”, relata.

Los estudiantes se relajaron. Empezaron a bromear, iba contentos. Entonces el chofer recibió una llamada, afirma Alex:

“Nos vamos para Tixtla con los chavos de la escuela de Ayotzinapa. Me agarraron y llevo un Estrella Roja”, dijo al teléfono.

Después de la llamada, el chofer les dijo a los 14 jóvenes que debía detenerse para entregar unos documentos. Llevaba un sobre de papel manila cerrado.

“Ya no voy a ir a donde iba. Les pido un favor: va a venir una persona por estos documentos”, les indicó.

–Está bueno, le damos cinco minutos párese por ahí, esperamos que vengan–, respondió el líder del grupo de los estudiantes.

Una mujer y un hombre llegaron enseguida en una motoneta, recogieron el sobre cerrado y se retiraron.

–Ahora sí vámonos. Yo tengo familia en Tixtla. Vámonos ya quiero tomar unas vacaciones–, les dijo el chofer, de acuerdo con lo que ahora cuenta Alex.

El autobús Estrella Roja siguió su camino y tomó Periférico Sur. Antes de llegar al Palacio de Justicia el chofer se detuvo. A unos 500 metros había alrededor de 10 patrullas y uno de los autobuses Estrella de Oro detenido. Varios policías municipales bajaban a los estudiantes y se los llevaban en las unidades.

En ese momento los 14 normalistas del Estrella Roja ya sabían que uno de sus compañeros estaba muerto.

EL AUTOBÚS QUE SE HIZO HUMO

El chofer se detuvo y se bajó del autobús para hablar con los policías que se encontraban en el lugar. Mientras ellos hablaban, los municipales apuntaron con sus linternas y sus armas a los rostros de los estudiantes. Empezaron a insultarse mutuamente.

–Son unos perros, ya mataron a uno de nosotros. Jálale, jálale, a ver si van a matarnos a nosotros también–, les gritó uno de ellos.

Los jóvenes empezaron a retroceder y a alejarse poco a poco del autobús. Caminaron dos cuadras. Los policías no los siguieron en ese momento. Entonces echaron a correr por el periférico y luego se escondieron en el monte

Empezaron a caminar alrededor y un poco antes de las 11:00 de la noche bajaron de nuevo a la carretera. El autobús Estrella Roja ya no estaba. Sólo permanecía en el lugar el Estrella de Oro con los cristales rotos y no había ni un alma.

Se reunieron los 14 estudiantes y decidieron caminar hacia el escenario de la Bodega Aurrerá, en donde fueron detenidos tres de los autobuses.

Caminaron sobre la carretera y vieron pasar las dos camionetas que entraban a Iguala para apoyar a los normalistas y ofrecer una rueda de prensa, en donde serían asesinados dos de ellos más tarde a quemarropa.

Entonces miembros de la Policía Federal vieron a los normalistas a bordo de sus patrullas y empezaron a perseguirlos a punta de balazos.

“Nos alcanzaron las patrullas. Luego llegaron camionetas de Protección Civil y se nos pusieron a los lados. Por detrás llegaron otras tres patrullas. Quedamos encapsulados en un espacio de 50 metros”, narra Alex.

Había entre los policías, hombres armados vestidos de civil apuntándoles, afirma el joven.

A un lado de la carretera había un arroyo y unas tablas. Los estudiantes se echaron a correr en medio de los vehículos.

–¡Ahora sí ya valieron madre! ¡Pinches chamacos cabrones!–, les gritó uno de los federales.

Alex relata: “Empezaron a aventar piedras y corrimos. Hubo insultos de ambas partes y nos empezaron a tirar y corrimos. Había un callejón y nos metimos por ahí, apenas alcanzamos a salir del callejón porque venía otra patrulla para encapsularnos, pero no alcanzó a llegar”.

Los normalistas corrieron despavoridos hacia un cerro y empezaron a subir unas gradas como pudieron. Se empujaban, gritaban, el miedo se apoderó de todos.

Una mujer gritaba desde los lejos: “¡No les hagan nada, los muchachos son inocentes no les están haciendo nada!”, recuerda Alex.

Entonces pasaron frente a la casa de la mujer que lloraba y gritaba y le pidieron auxilio. La mujer abrió la puerta y 10 de ellos se refugiaron, los otros cuatro, presos del terror, continuaron corriendo.

– ¿Por qué vinieron  a Iguala muchachos? No hubieran entrado aquí. Ese pendejo del Presidente [el perredista José Luis Abarca Velázquez] tiene bien vigilado todo. No hubieran entrado a Iguala–, les dijo la mujer.

Entonces les ofreció agua y accedió a que los jóvenes se quedaran hasta las cuatro de la mañana, escondidos en su casa.

Había un ventanal y desde ahí se podía ver hacia la carretera. Había patrullas rondando. Los estudiantes se acostaron en el piso. Algunos se quedaron dormidos, otros se mantuvieron en vela. A las cuatro de la mañana Alex se puso en pie y salió a buscar al monte a los cuatro normalistas que hacían falta. No los encontró y regresó.

A las cuatro y media de la madrugada salieron de la casa que fue su escondite y bajaron las gradas.

Caminaron agotados, hambrientos y asustados por la carretera, cuando sonó un celular.

Era uno de los normalistas que le avisaba al líder del grupo que una patrulla blanca los recogería y así fue. La unidad pasó delante de ellos y se estacionó 20 metros después. Luego dio reversa.

–¡Súbanse chavos!–, les dijo un oficial.

“Teníamos miedo. ¿Cómo nos íbamos a subir a una patrulla si nos habían perseguido? Luego vimos que venían otros dos compañeros nuestros ahí y nos subimos. La verdad yo tenía mucho miedo y mientras avanzaba yo pensaba en cómo le haría si nos querían hacer algo. Me iba a tirar de la patrulla”, dice Alex.
Los jóvenes fueron trasladados a las instalaciones de la PGJEG para que rindieran su declaración.

Ahí había sólo 60 de los más de 100 estudiantes que habían salido de Ayotzinapa el 26 de septiembre por la tarde.

Les dieron café y pan. Alex empezó a declarar lo sucedido en el quinto autobús. Más tarde empezaron a llegar los padres a preguntar por sus hijos.

Muchos se dieron cuenta, entrada la mañana, como a las nueve –doce horas después de la persecución–, que sus hijos estaban desaparecidos.

Cuarenta y tres normalistas que viajaban en los dos autobuses Estrella de Oro, se esfumaron esa noche.

UNA OPORTUNIDAD, PERO BAJO AMENAZA

La vida de Alex después de esa noche cambió. Hoy sigue en la Normal de Ayotzinapa. Ahora está en segundo grado y casi la mitad de su generación está desaparecida.

“Yo tengo metas, tengo sueños, siempre he tenido el objetivo de estudiar, salir adelante. Ese día fue algo feo y pues hay que sacar lo bueno de cada experiencia. Marcó mi vida y la de todos los compañeros. A lo mejor un día se me olvida, quien sabe, pero hoy me siento afortunado de vivir”, dice.
El 28 de septiembre Alex regresó a su comunidad y labró la tierra con su padre. Todo el día estuvo pensando en lo sucedido.

“Estuve pensando en mis compañeros y que yo tuve una nueva oportunidad más para seguir aquí. A veces pienso que cualquier cosa que me pueda pasar, son pequeñeces porque mis compañeros quisieran estar aquí, aunque les pasaran pequeñeces”, dice.

Cualquier situación es mejor que estar desaparecido, indica.

Aunque hace unos días recibió unos mensajes amenazantes de números desconocidos.

– No que muy cabroncito. Déjate de tus cosas, no vas a ser el primero, ni el último de Ayotzi–, le escribieron a través de Whatsapp.

Alex borró los mensajes.

“Me trataban de sacar información, me preguntaban que si de donde era. Aquí hay mucha gente que está amenazada”, dice.

El joven omite su lugar de origen y se cubre el rostro con un paliacate para tomarse una fotografía. No da apellido, ni apodo. Nada que lo pueda identificar.

No le gusta cubrirse el rostro, dice. Pero en esta ocasión, tiene miedo. Ha tenido miedo desde que sus 43 compañeros desaparecieron.

Miedo, tristeza y mucho dolor.


EL QUINTO AUTOBÚS EN EL INFORME DEL GIEI

El grupo de expertos de la CIDH presentó el pasado 6 de septiembre el informe del caso Ayotzinapa. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
El grupo de expertos de la CIDH presentó el pasado 6 de septiembre el informe del caso Ayotzinapa. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

El quinto autobús que desapareció de la escena, que nunca investigó la PGR, ni consignó en su expediente, pudo ser el detonante de la agresión a los estudiantes, al ser un vehículo posiblemente cargado con droga o con dinero, según el informe de los expertos.

“La acción de tomar autobuses por parte de los normalistas, a pesar de que tenía otros objetivos, como era obtener transporte para que los normalistas provenientes de diferentes escuelas normales pudieran participar en la marcha del 2 de octubre, podría haberse cruzado con dicha existencia de drogas ilícitas (o dinero) en uno de los autobuses, específicamente en ese autobús, Estrella Roja”, dice la investigación.

El experto Francisco Cox explicó que fuentes de Estados Unidos se refieren al menos a una investigación en curso, una declaración jurada de un agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), en donde se ordenaron escuchas a miembros del grupo de Guerreros Unidos, que coinciden con la desaparición de los normalistas.

Los fiscales de la DEA indicaron a los expertos que no hay antecedentes que apunten a los jóvenes, pero sí sobre la utilización de autobuses para movilizar droga según una causa iniciada en Atlanta.

“Según las informaciones recogidas, Iguala es un lugar de tráfico de heroína muy importante y, según la información pública, una parte de ese tráfico se haría mediante el uso de algunos autobuses que esconden dicha droga de forma camuflada”, dice el informe.

De acuerdo con el informe de GIEI la declaración del chofer del autobús Estrella Roja, contradice la versión del grupo de normalistas sobrevivientes.

“Los testimonios de los sobrevivientes son consistentes entre sí, en que fueron obligados a bajar del bus, estando a unos 100 metros del autobús, Estrella Oro, y que huyeron a un cerro. Existen varias evidencias en el C-4 de llamadas sobre movimientos de jóvenes en dicha zona y la colonia Pajaritos y la colonia 24 de febrero que concuerdan totalmente con las declaraciones de nos normalistas y que fueron finalmente confirmadas ante la propia PGR en declaración nuevamente rendida en julio de 2015. Un testigo señala que en ese escenario, a unos 100 metros del autobús, antes de donde se encontraba el autobús, Estrella de Oro, el autobús, Estrella Roja fue detenido por una patrulla de la Policía Federal. Una declaración manuscrita en el expediente de otro testigo lo señala también. Estas circunstancias no se han investigado hasta ahora”, dice el informe.
El transporte existió, aceptó después de la PGR, pero no fue escena del crimen porque fue abandonado por los estudiantes, casi inmediatamente después de sacarlo de la Central de Autobuses.

Al presentar el autobús Estrella Roja que habría sido abandonado, los expertos del GIEI determinaron a través de un peritaje, que podría no tratarse del mismo camión que fue tomado por los 14 estudiantes y que aparece en un video que lograron recuperar del momento en que salen los autobuses de la central camionera de Iguala.

“El hecho de que el autobús no apareciera registrado en la investigación y se hubiera narrado sobre el mismo un suceso que no ocurrió (que fue destruido a la salida de la estación) es en sí mismo un elemento de sospecha. ¿Por qué se omitió? ¿Por qué no se procesó, por qué no se tomaron evidencias? ¿Por qué no se identificó hasta que el GIEI señaló su existencia?”, cuestionan los expertos.

INCONSISTENCIAS SOBRE EL BUS IGNORADO

En síntesis los expertos encontraron siete contradicciones graves y omisiones en torno al quinto autobús:

1) La inexistencia de un autobús Estrella Roja en la historia oficial y el expediente de la PGR, a pesar de que los normalistas habían informado en sus declaraciones iniciales sobre ello y había sido recogido por la primera consignación elaborada por la PGJ. No se ha proporcionado ninguna información oficial de esta omisión.

2) El señalamiento en el mismo expediente de un autobús, que fue tomado, salió de la central de autobuses y posteriormente fue inutilizado por los normalistas, del que no se tiene conocimiento ni se dan más detalles, ni se analiza como escena. En las consignaciones del 20 de diciembre de 2014 y del 2 de enero de 2015, se afirmó que: “(…) y el tercer camión el cual fue destrozado y dejado a las afueras de la Central Camionera”.

3) Las enormes diferencias en el trayecto y circunstancias del autobús Estrella Roja, entre el testimonio del chofer incluido en la declaración ante la PGR, y que finalmente fue tomado en junio de 2015, y los testimonios recogidos de los normalistas y sus declaraciones ante la PGJ y PGR tanto en el momento de los hechos (27 de septiembre de 2014) como meses después (octubre y julio 2015).

Además del video solicitado por el GIEI a la PGR de la Central Camionera del Sur donde se recoge dicha salida, y de una inspección in situ del GIEI sobre el trayecto posterior de los normalistas.

4) Las diferencias evidentes entre el autobús, presentado como el que salió esa noche con normalistas de la estación de autobuses de Iguala y las imágenes tomadas por el GIEI en la inspección de dicho bus, diferencias señaladas por un peritaje especializado y por el grupo de normalistas que lo tomaron.

5) Las contradicciones entre el testimonio del chofer sobre su recorrido posterior, yendo a Jocutla, y la hoja de registro de esa noche del trayecto de dicho autobús, que señala que salió 10 minutos antes de lo registrado en el video de la estación de autobuses, y cuya hora fue comprobada por el GIEI, que en la hoja de incidencias no se señala que dicho autobús fue tomado por un grupo de normalistas, así como que refiere que el autobús, se dirigió normalmente a Cuautla que sería su destino y no a Jocutla como señaló el chofer en su declaración.

6) La existencia en el expediente de dos declaraciones contradictorias sobre estos hechos, con dos firmas diferentes, una declaración y un manuscrito. Todas esas inconsistencias y contradicciones evidentes muestran la sospecha de que bajo esas circunstancias se esconden aspectos importantes a considerar. Y que estos pueden tener que ver con el modus operandi y la motivación de la agresión.

7) Se da la circunstancia de que dicho autobús, fue el único que no fue atacado violentamente esa noche (lo fueron los Costa Line 2012 y 2510, los Estrella de Oro 1531 y 1568 y el autobús Castro-Tours de Los Avispones).


(SIN EMBARGO.MX/ Shaila Rosagel / septiembre 22, 2015 - 00:03h 20)

LA ALIANZA CONTRANATURA


Todos contra el PRI. Es el mensaje que envía el PAN y el PRD con su intento de crear una alianza electoral que logre disputarle a los priistas la presidencia en la elección del 2018

Esa unión es promovida en el seno del PAN y el PRD por dos personajes polémicos por sus posturas y declaraciones: Gustavo Madero, y Guadalupe Acosta

La premisa de los coalicionistas es que nadie es pequeño y todas las fuerzas políticas pueden sumar para formar un frente común e impulsar un gobierno de cambio

"Le tienen mucho miedo a Andrés Manuel. Yo les digo a los empresarios: no le tengan miedo a Andrés Manuel, ténganle miedo a los Andrés Manueles"
Gustavo Madero
Senador del PAN

Quien también busca convertirse en abanderado de una posible coalición de oposición es Manuel Espino

21.02 por ciento de los votos tuvo el PAN en las pasadas elecciones

10.87 por ciento de los votos tuvo el PRD en las pasadas elecciones

14.5 por ciento cayó el PAN en las preferencias electorales en 2015

31  por ciento cayó el PRD en las preferencias electorales en 2015



Desesperados por la caída que sufren en las preferencias electorales, el PAN y el PRD recurren al pragmatismo para tejer desde hoy un gobierno de coalición para enfrentar en las elecciones al PRI.

Panistas y perredistas –tan disímbolos en su ideología y plataformas– buscan conformar una alianza para enfrentar al PRI y sus aliados en las elecciones del próximo año y en la presidencial del 2018.

Los primeros indicios de este bloque opositor que se busca crear ya se presentaron en Durango, donde el PAN y el PRD postularán por segunda ocasión a la gubernatura al senador del PAN, José Rosas Aispuro Torres, junto con Movimiento Ciudadano.

Esa unión es promovida en el seno del PAN y el PRD por dos personajes polémicos por sus posturas y declaraciones: Gustavo Madero, en el albiazul, y Guadalupe Acosta Naranjo, en el Sol Azteca.

La coalición de fuerzas opositoras no es nueva a nivel estatal.

Ya algunos mandatarios estatales han llegado al poder cobijados por alianzas entre fuerzas tan disímiles como el PAN y el PRD, la izquierda y la derecha unidas.

El proceso electoral del próximo año será el gran laboratorio de un posible gobierno federal de coalición.

Además de los acuerdos entre las fuerzas políticas, los partidos deberán sortear un reto más antes de constituirse en alianza: la falta de la legislación secundaria sobre los gobiernos de coalición.

Aun así, en entidades como Durango ya se ha concretado la alianza opositora al menos en los dichos, porque la autoridad electoral aún no ha emitido los lineamientos para la conformación de coaliciones.

Los diputados Gustavo Madero (PAN) y Guadalupe Acosta Naranjo (PRD) son los promotores del posible nacimiento de una coalición opositora para el 2018.

En ella han pensado incluir a todas las expresiones políticas. Incluso, han buscado un acercamiento con Morena para hacerle ver que la única oportunidad que tienen de vencer al PRI es compitiendo juntos en las próximas elecciones presidenciales.

Gustavo Madero, ex presidente nacional del PAN y hoy diputado federal, busca ser el impulsor de la creación de este bloque opositor conformado no solo por partidos políticos, sino por diferentes sectores ciudadanos.

“Para 2018 yo estoy convencido de que debe haber un proyecto más amplio de un gobierno de coalición que agrupe una pluralidad transversal de fuerzas políticas que tengan la potencia y, sobre todo la propuesta, de concluir una transición democrática que está detenida en México.

Es eso creo; más que en los candidatos de personas o caudillos, son las ideas y las propuestas las que nos van a sacar adelante (...) Esto exige renunciar a los proyectos de caudillos, personales, y trabajar en ideas transformadoras que atiendan los problemas de fondo de nuestro país que no han podido ser resueltos en generaciones”, expuso Madero en entrevista.

Esto, agregó el legislador panista, no puede ser logrado por un solo hombre, sino que se requiere una fuerza política que impulse las medidas necesarias sin arriesgar la estabilidad del país.

La idea de los opositores al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto es conformar un gobierno de coalición, figura que fue establecida en la Constitución Política en la reforma política aprobada en el 2014.

Madero reveló que los acercamientos entre las fuerzas más importantes de la oposición ya han comenzado, con el fin de buscar puntos de encuentro que les permita construir una propuesta común rumbo a las elecciones del 2016, primero, y avanzar a las del 2018, sin el liderazgo de un caudillo, sino fortaleciendo las instituciones.

“Aquí le tienen mucho miedo a Andrés Manuel. Yo les digo a los empresarios: no le tengan miedo a Andrés Manuel, ténganle miedo a los Andrés Manueles. A la situación política y económica que está haciendo posible que surjan candidatos caudillos que entusiasmen aunque no tengan una propuesta viable.

“Yo quiero organizar (…) un almácigo de ideas; promover reuniones con intelectuales internacionales –porque este problema es mundial, el del desgaste, el desprestigio, el desencanto- porque tenemos que encontrar salidas y en eso estamos trabajando”, afirmó Madero.

Guadalupe Acosta Naranjo, el otro impulsor de la coalición rumbo al 2018, sostuvo que la única manera de darle la vuelta al tablero político del país es que la oposición compita junta en esas elecciones.

El primer paso es concluir la reglamentación de la figura de gobiernos de coalición pues, aunque quedó aprobado el cambio constitucional, las leyes secundarias quedan pendientes.

“Esta unidad debe ser no solo en lo electoral para vencer al PRI, sino alrededor de un programa de gobierno que se comprometa; porque ahora con la figura de gobiernos de coalición, estos programas se convertirían en una obligación de ley, no quedarían a que si el gobernante que llegó los quiere cumplir o luego se raja o se olvida de ellos”, apuntó Acosta, en entrevista.

El perredista aseveró que la mejor forma de consolidar un gobierno de coalición es que en él participen todas las fuerzas políticas de oposición, incluyendo a los más reticentes.

ACOSTA SEÑALÓ QUE YA HAN INVITADO A ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR Y SU MORENA

“(Nos acercaremos) con paciencia, lo estamos invitando. No se trata de rogar. Algunos compañeros nos preguntan por qué le rogamos tanto. Yo les digo que no es ruego, es una política correcta ir unidos. Él decidirá si sí o si no”, recalcó Acosta.

La historia de 1988 podría repetirse, asentó el perredista, pues ese año, cuando Heberto Castillo era el abanderado presidencial por el Partido Mexicano Socialista, Cuauhtémoc Cárdenas era el candidato del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), el Partido Popular Socialista (PPS) y el Frente Cardenista, se aferró a la candidatura de la izquierda.

“El movimiento dio que quien creció fue Cuauhtémoc Cárdenas. Cada vez que invitábamos a don Heberto a unirse a nosotros nos decía ‘¿Cómo creen, con ese expriista? Viene del PRI, es el hijo del Tata (Lázaro Cárdenas) y ustedes van ahí’. Batallamos cinco o seis meses para convencerlo, hasta que él decidió unificarse en junio de ese año con Cárdenas.

“A veces la unidad no es sencilla. Es un proceso de mediano, largo plazo; uno no debe de desesperarse. Por eso yo digo que con paciencia. A lo mejor a Andrés Manuel, dentro de dos años, le da que no le da solo, y quizá él nos vaya a buscar después. Uno no sabe”, sentenció Acosta.

La premisa de los coalicionistas es que nadie es pequeño y todas las fuerzas políticas pueden sumar para formar un frente común e impulsar un gobierno de cambio en la próxima elección presidencial.

PAN-PRD, UNA HISTORIA COMPARTIDA

En un principio, las alianzas entre el PAN y el PRD fueron cuestionadas y repudiadas por sus adversarios.

No se trataba de un cuestionamiento sin sentido. Son las dos fuerzas políticas más antagónicas de la escena nacional. Para muchos, era como mezclar el agua y el aceite.

Posturas contrarias en temas como el aborto, el matrimonio igualitario o el enfoque de la ayuda social, hacían impensable que prosperara una alianza de esas características.

Empero, el pragmatismo dominó en la decisión de ir juntos. Ante un PRI que crecía como la espuma era necesario unirse para intentar construir un contrapeso electoral al tricolor.

Fue en el 2010 cuando se planteó la posibilidad de que ambas fuerzas políticas conformaran alianzas para buscar el poder en los estados.

Aunque Felipe Calderón Hinojosa (PAN) estaba en el poder, poco a poco el PRI se iba reposicionando en los estados del país.

Fue entonces que el PAN y el PRD negociaron para ir juntos por primera vez en las elecciones del 2010, coaliciones que comenzaron a conformarse desde el 2009 y se conformaron después de meses de negociaciones.

En ellas no participaron solamente el PAN y el PRD, sino que se unieron otros partidos de izquierda y algunos locales en las entidades.

Triunfaron así en Oaxaca, donde se coaligaron el PAN, el PRD, el PT y el entonces Convergencia –hoy Movimiento Ciudadano- con el nombre de la alianza Unidos por la Paz y el Progreso.

En esa elección se decidió que el candidato fuera Gabino Cué, de Movimiento Ciudadano, hoy gobernador de la entidad, quien venció con el 50.1 por ciento de los votos a Eviel Pérez Magaña, candidato de la coalición Por la Transformación de Oaxaca, conformada por el PRI y el PVEM, que solo obtuvo el 41.9 por ciento de los sufragios.

Ocurrió así también en Puebla, donde el PAN, el PRD, Convergencia y Nueva Alianza conformaron la coalición Compromiso por Puebla, con el panista Rafael Moreno Valle al frente.

En ese entonces, Nueva Alianza era manejado totalmente por Elba Esther Gordillo, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien operó para consolidar este triunfo llevando a uno de sus más cercanos –Moreno Valle- a la gubernatura.

Rafael Moreno Valle venció a Javier López Zavala, candidato de la alianza Puebla Avanza –del PRI y el PVEM-, por una diferencia de 10.3 puntos porcentuales.

En Sinaloa la historia fue similar. El PAN, el PRD y Convergencia se unieron para formar la coalición El Cambio es Ahora por Sinaloa y postularon al expriista Mario López Valdez.

Venció a Jesús Vizcarra Calderón, quien representó a la alianza Para Ayudar a la Gente, del PRI, PVEM y Nueva Alianza, con apenas una diferencia de 5.4 por ciento.

A pesar del éxito que tuvieron estas alianzas en los estados del país, en otras elecciones no fue posible consolidar una propuesta conjunta. Esto, derivó en que el PRI continuara manteniendo el poder.

Fue el caso del Estado de México donde un año después, en el 2011, hubo acercamientos para intentar conformar un gran bloque opositor y quitar el poder al PRI, partido que ha gobernado ese estado desde la década de los años 20, en los tiempos del todavía Partido Nacional Revolucionario.

En el 2011 se buscó que la coalición incluyera al PAN y al PRD como fuerzas principales; sin embargo, a eso se negó Alejandro Encinas, el candidato de la izquierda y uno de los personajes más cercanos a Andrés Manuel López Obrador.

Encinas no aceptó negociar con el PAN, partido que fue declarado ganador en las elecciones presidenciales del 2006, en perjuicio de López Obrador.

El político solo quiso conformar la alianza con otros partidos de izquierda, con los que nació la coalición Unidos Podemos Más, en la que participaron el PRD, el PT y Convergencia. El PAN compitió por su lado, abanderando a Luis Felipe Bravo Mena como su candidato.

Ambos fueron vencidos por Eruviel Ávila Villegas, candidato de la coalición Unidos por Ti, del PRI, el PVEM y Nueva Alianza, quien alcanzó una votación de 61.9 por ciento; mientras, Encinas obtuvo el 20.9 por ciento y Bravo el 12.2 por ciento de los sufragios.

Una nueva alianza electoral pudo alcanzarse hasta el 2013 en Baja California, donde se conformó la coalición Unidos por Baja California, en la que participaron el PAN, el PRD, Nueva Alianza –ya sin Elba Esther Gordillo- y el local Partido Estatal de Baja California. Esta coalición lanzó a Francisco Vega de Lamadrid como candidato.

El panista venció al priista Fernando Castro Trenti, quien compitió por la alianza Compromiso por Baja California, del PRI, el PVEM, el PT y el entonces local Partido Encuentro Social (PES) –hoy con registro a nivel nacional-.

Ya en las elecciones del 2015 no se concretó ninguna alianza entre el PAN y el PRD, lo que llevó a pulverizar los votos que se dieron a los partidos de oposición y a la consolidación del PRI como primera fuerza nacional.

LA PRIMERA COALICIÓN DEL 2016

Ahora, una nueva coalición está a la vista.

En el 2016 se disputarán las gubernaturas de Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y Durango.

Es en Durango, gobernado por el PRI desde la década de los 20 y en el que no ha habido alternancia, que el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano han acordado conformar una coalición rumbo a los comicios del 2016.

La coalición, que ahora solo se encuentra pactada de palabra, pretende postular al hoy senador panista José Rosas Aispuro Torres como su candidato.

Rosas Aispuro es un expriista que había tratado de conseguir la candidatura de su partido en el 2010; sin embargo, al habérsele negado, renunció al PRI y encabezó la coalición opositora al tricolor. Perdió las elecciones frente a Jorge Herrera Caldera; y en el 2012 fue electo senador por el PAN.

Empero, quien también busca convertirse en abanderado de una posible coalición de oposición es Manuel Espino, exdirigente nacional del PAN y hoy diputado por Movimiento Ciudadano

En otros estados, como Zacatecas, también han comenzado las fuerzas locales a negociar la posibilidad de una alianza opositora. Se prevé que en ese estado el PRD lleve mano en la designación de su candidato a gobernador.

¿LA ÚNICA SALVACIÓN?

Además de la consolidación del PRI –junto al PVEM, su principal aliado- como la principal fuerza política del país, el PAN y el PRD tienen especial interés en conformar una coalición para los procesos electorales que vienen por el debilitamiento de sus propios partidos.

Ambos tuvieron resultados adversos en las elecciones de este año.

El PAN pasó de tener el 26.9 por ciento de los votos en el proceso electoral anterior al 21.02 por ciento en el 2015; el PRD, por su parte, pasó del 15.28 por ciento al 10.87.

Al tener una caída en los votos que recibieron este año, tendrán una disminución también en los recursos públicos que reciban para su operación.

Tomando como base la fórmula para la asignación de recursos contenida en el artículo 31 de la Constitución Política, es previsible que ambos partidos tengan una merma considerable en sus ingresos a partir del próximo año y hasta el 2018, fecha en que volverá a haber comicios federales.

De acuerdo a los resultados de la votación y con los parámetros establecidos en la Constitución Política nacional, el PRD tendrá la caída más dramática, con una disminución de más de 200 millones de pesos, un 31 por ciento menos.

El PAN será el segundo partido político con una mayor pérdida, pues tendría una disminución de casi 129 millones de pesos en sus ingresos, comparados con el 2015. Esto representa una caída del 14.5 por ciento.

Estas dos circunstancias, la caída en las preferencias electorales y en los recursos económicos de que dispondrán, podrían ser un factor determinante para que ambos partidos decidan unirse a partir de las próximas elecciones, en el 2016, misma que pudiera seguir hasta el proceso presidencial del 2018.


(REPORTE ÍNDIGO/ IMELDA GARCÍA/ Martes 22 de septiembre de 2015)

AYOTZINAPA: POR ACCIÓN U OMISIÓN, SERVIDORES PÚBLICOS DELINQUIERON


MÉXICO, D.F. (Proceso).- Existen elementos para sancionar administrativa y penalmente a los involucrados en la fallida indagatoria sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, y las sanciones pueden ir desde la inhabilitación vitalicia para desempeñar el servicio público hasta 10 años de cárcel, afirman abogados consultados por este semanario.

El 7 de noviembre de 2014 el ex procurador Jesús Murillo Karam presentó la versión de la PGR, apoyada en declaraciones de cinco sicarios. El pasado 27 de enero la elevó a verdad histórica, supuestamente con base en los estudios de fuego y explosivos realizados por los peritos de la PGR Marcos Soto Villalobos, ingeniero en comunicación y electrónica, y Moisés Moreno Gallegos, con estudios inconclusos de ingeniería civil y arquitectura.

El estudio de las plantas y larvas es de Mauricio Cerón Solana, entomólogo del Instituto de Biología de la UNAM y subdirector de Genética Forense de la procuraduría.

El pasado domingo 6, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer que la indagatoria de la PGR está plagada de irregularidades en todos los peritajes.

Por ese motivo, los expertos independientes pidieron reorientar cada hipótesis del informe: “No sabemos si se podrá determinar el destino de los desaparecidos, pero sí creemos que es el único modo de poder llegar a la verdad sobre el caso y acabar con la impunidad”.

Horas después de que se presentó el informe, la procuradora Arely Gómez anunció que se realizaría un nuevo peritaje; pero al día siguiente Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR, afirmó que la postura oficial se mantenía y que el dictamen del CIEI no implicaba que se abriera otra línea de investigación.

Para Daniel Márquez Gómez, experto en función pública adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, el informe del GIEI hace una presunción muy sólida de que en la investigación se cometieron irregularidades que violan la Ley Orgánica de la PGR, la de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Púbicos y la Federal de Responsabilidades, así como protocolos en manejo de evidencia y técnicas básicas de peritación, además del Código Penal Federal.

“Estamos frente a deficiencias en la integración de la investigación, en peritajes; hay diligencias que no se realizaron. A partir de aquí, la visitaduría de la PGR tendría que abrir una investigación, documentar todas estas irregularidades. Habría por lo menos tres clases de responsabilidades claramente identificables.”

La primera de ellas, dice, les atañe a funcionarios de alto rango, como secretarios de Estado y directores, como los titulares de la AIC y de la SEIDO, y consiste en juicio político, responsabilidad administrativa y una violación al artículo 8 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, además de responsabilidad penal vinculada a colusión de servidores públicos u obstrucción de la justicia.

–¿Para fincar responsabilidades es suficiente el informe del GIEI de la CIDH?

–Sí, es una presunción muy sólida de que existe en la investigación un manejo deficiente, desaseado, inadecuado; de que hay complicidades, encubrimiento.

Por una parte, dice que el informe tiene validez porque “el propio Estado mexicano fue el que solicitó la coadyuvancia, y por otra parte México es parte de la Organización de Estados Americanos (OEA, a la que pertenece la CIDH) y está sujeto a su orden jurídico.

Considera importante que la OEA despliegue su diplomacia para que el Estado mexicano cumpla sus responsabilidades:

“Difícilmente se puede valorar el papel que hicieron los expertos de la CIDH si se empieza a generar ruido para descalificarlos, cuestionar el informe o su mandato legal –apunta el académico–. Creo que hay que darnos una oportunidad. Guatemala para nosotros es un buen ejemplo. Allá, un grupo de expertos independientes de la ONU hizo una investigación sobre corrupción y ya vimos las consecuencias: a un expresidente corrupto en la cárcel, sujeto a un posible juicio, y un pueblo que empieza a confiar en sus instituciones. Habría que valorarlo aquí también.”

A decir de Márquez Gómez, la CIDH abrió un paréntesis para revisar tres problemas estructurales: la manera en que se investigan los delitos, la forma en que se construyen las supuestas verdades históricas y una oportunidad para mejorar esos esquemas.

Indica que la Ley Orgánica de la PGR delimita el papel de todos los participantes en la investigación: el MP, el policía como auxiliar del MP que se ocupa de averiguar ilícitos y los procesos vinculados al desempeño eficiente de un empleo, cargo o comisión.

–¿La sanción se aplica aunque exista falta de capacidad para investigar?

–Por lo que haya sido: falta de capacidad o dolo. Pero en caso de que se probara el dolo, lo que pondría en evidencia serían ilícitos de naturaleza penal. Y aquí, por lo que destacan los expertos, el dolo es evidente: encontraron evidencia, como ropa, no integrada a actuaciones, que apenas se mandó a Innsbruck para su peritaje. Tampoco se investigó la línea que apuntaba a la posible participación de militares. Todo es demasiado evidente como para ignorarlo.

–¿Qué consecuencias jurídicas tiene la proclamación de la versión de Murillo Karam como “la verdad histórica”?

–En principio es una afirmación temeraria. La verdad histórica sólo la fija el juez una vez que valoró evidencia. Lo de Murillo Karam fue precipitado. También se toma en una segunda dimensión, que pone en evidencia la prisa por cerrar el expediente, y quizá tendrá que indagarse si se quiere buscar la responsabilidad de los servidores públicos que hayan incurrido en las omisiones y comisiones de delito en el caso Ayotzinapa.

–¿El Estado mexicano no tiene la voluntad de esclarecerlo? El titular de la AIC, Tomás Zerón, afirma que nada cambia el rumbo de la investigación.

–Esta es una cuestión de incumplimiento fuerte de la Ley. En esto también tiene responsabilidad la actual procuradora, Arely Gómez, porque a su llegada pudo ordenar los peritajes a la ropa y llamar a los militares, pero tampoco lo hizo. Se puede tipificar, entre otras conductas, la obstaculización de la administración e impartición de justicia.

“El procurador, el subprocurador, los directores, los peritos como auxiliares de la investigación de los delitos, el MP, cada uno tiene una obligación. Por eso cuando los padres de los jóvenes afirman que fue un crimen de Estado, tienen razón. En el caso Ayotzinapa, reconocemos como un hecho indubitable que la investigación se hizo mal. Por ejemplo, aparecen peritajes de una persona experta en informática haciendo un peritaje sobre el incendio.”

–¿Considera que la responsabilidad jurídica puede llegar al presidente Enrique Peña Nieto?

–En este país se dice que el presidente es el hombre mejor informado, pero muchas veces lo está a través de tres personas, lo que me lleva a pensar que posiblemente no esté tan bien enterado. Si el presidente sabía y no actuó en consecuencia, estaríamos en un caso como el de Guatemala: en un grave problema.

Entrevistado aparte, el abogado Porfirio Martínez, miembro de la Asociación Civil Mexicanos Unidos, opina sobre este último punto:

“De acuerdo con el artículo 108 constitucional, el presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, podrá ser juzgado por traición a la patria y delitos graves del orden común. Aquí hablamos de desaparición y homicidio, de ocultar evidencias, tergiversar una investigación, no decir la verdad.”

Y todavía habría que analizar la responsabilidad que le resulte a Peña Nieto por no haber sancionado a Murillo Karam cuando se mostró que sus conclusiones no eran verdaderas:

“Como jefe de Estado, al tener conocimiento de la ‘verdad histórica’ llena de graves mentiras y errores, la avaló como versión de su gobierno. Por eso Peña Nieto incurre en colusión, encubrimiento o coparticipación.”

En cuanto a los altos funcionarios, señaladamente Murillo Karam, pueden haber ejercido indebidamente el servicio público, lo que conlleva una pena de dos a siete años de prisión (artículo 214). También puede imputársele un delito contra la administración de justicia, como aparece en el artículo 225, fracción VIII, es decir, que retarde o entorpezca la administración de justicia maliciosamente o por negligencia.

Y en la fracción 21, dicho artículo sanciona los actos de “alterar, destruir, perder o perturbar indistintamente el lugar de los hechos, los indicios, huellas”, mientras que la siguiente prevé las penas por desviar u obstaculizar la investigación de hechos delictuosos a favor del inculpado y se sustraiga a la acción de la justicia… Para esos delitos se prescriben de tres a ocho años de cárcel, y las últimas fracciones son de cuatro a 10 años de prisión”.

“Lo cierto es que el Estado mexicano está acorralado por la verdad científica”, concluye Martínez.

(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ PATRICIA DÁVILA/ 21 DE SEPTIEMBRE DE 2015)