Después
de los periodistas, los sacerdotes son el gremio que más sufre las
consecuencias de la guerra contra el narcotráfico
Michoacán
es el estado que más ha abonado a la estadística, para que se considere a
México como el segundo país más peligroso para el ejercicio sacerdotal
La
cifra mexicana solo es comparada por la estadística de Colombia, en donde han
muerto también 25 sacerdotes en ese mismo periodo
8 sacerdotes
En Michoacán podrían estar amenazados de muerte
Como
víctima colateral de la guerra contra el narcotráfico, después del de los
periodistas, el gremio más golpeado en México es el de los sacerdotes. Desde
que inició la guerra contra el crimen organizado solo en Michoacán han perdido
la vida cinco sacerdotes católicos y uno más se encuentra en calidad de
desaparecido.
Michoacán
es el estado que más ha abonado a la estadística, para que se considere a
México como el segundo país más peligroso para el ejercicio sacerdotal. Desde
el 2006 a la fecha se han registrado en
todo el país 25 asesinatos contra ministros de la iglesia católica. La cifra
mexicana solo es comparada por la estadística de Colombia en donde han muerto
también 25 sacerdotes en ese mismo periodo.
Por
eso, el Padre Gregorio López Gerónimo, párroco de Apatzingán, no baja la
guardia. Sabe que las denuncias que ha hecho le han pegado fuerte al crimen
organizado. Sabe a ciencia cierta que ha iniciado una guerra frontal contra el
cartel de los Caballeros Templarios y que eso le puede costar la vida.
Por
eso el Padre Goyo no se descuida y no deja de portar nunca su chaleco
antibalas.
Igual
que el padre Goyo, al menos una veintena de sacerdotes, que atienden las
parroquias y capillas de los municipios más violentos de Michoacán han recibido
la instrucción de la Arquidiócesis de Morelia, para que en la medida de sus
posibilidades no dejen de tomar acciones de seguridad extrema, y de ser posible
se recomienda el uso de chalecos antibalas.
Las
amenazas del crimen organizado sobre los sacerdotes, católicos desplegados por
todo el territorio de Michoacán, arreciaron desde el momento en que los
religiosos comenzaron a hacer denuncias -desde el púlpito- sobre la existencia
de las células delincuenciales.
El
que comenzó las denuncias contra los carteles fue el obispo de Apatzingán,
Miguel Patiño Velásquez.
A
la fecha el obispo Miguel Patiño se encuentra jubilados luego de ser desplazado
de su cede diocesana. Tuvo que salir de la zona de Apatzingán ante el riesgo
que cobraba su vida. Fue sacado de la región con el apoyo de las fuerzas
federales, y a la fecha se mantiene como espectador de los que sucede en su
diócesis desde un lugar no informado públicamente.
El
pecado del obispo fue denunciar una serie de desapariciones a manos del crimen
organizado.
El
contador que lleva la iglesia católica en México sobre asesinatos de sus
ministros se ha comenzado a mover muy rápidamente en los últimos años,
principalmente en Michoacán, lo que es preocupante, reconoce una voz autorizada
del Episcopado Mexicano.
La
estadística proporcionada por la Conferencia del Episcopado Mexicano revela que
en todo el país -en los últimos 24 años- 39 religiosos han perdido la vida. Las
víctimas de la iglesia católica han perecido en 36 atentados certeros, otros
tres corresponden a sacerdotes desaparecidos en todo el territorio mexicano.
El
listado de victimas al servicio de la iglesia católica lo encabeza un cardenal,
30 sacerdotes, 3 religiosos, 1 Diacono, 4 laicos, y una periodista católica,
todo ellos asesinados a causa de su ministerio religioso.
CHALECOS Y SERMONES
En
Michoacán no se descarta que al menos 8 sacerdotes locales estén siendo
amenazados de muerte por lo que han dicho desde el púlpito
Pese
a que el número de amenazas de muerte han ido en aumento en contra de los
ministros de la iglesia católica que ofician en Michoacán, se sabe que pocos
son los sacerdotes que han iniciado una guerra abierta contra los capos del
crimen organizado, oficialmente se estima que las amenazas de muerte se derivan
ante la negativa de los sacerdotes de no ceder a la pretensión de extorsiones de
los delincuentes.
Pero
no se descarta que al menos 8 sacerdotes locales estén siendo amenazados de
muerte por lo que han dicho desde el púlpito, en donde han hecho señalamientos
que han molestado a los encargados de las células criminales que aún se mantienen
activas. Ante esa situación, la Arquidiócesis de Morelia ha emitido
recomendaciones de seguridad, en donde se recomienda el uso de chaleco
antibalas.
La
Secretaría de Gobernación, a través de la Policía Federal Preventiva, ha hecho
entrega de al menos una treintena de chalecos antibala a la Arquidiócesis de
Morelia, desde donde el blindaje se ha distribuido en apoyo a los sacerdotes
amenazados de las diócesis de Apatzingán, Tacámbaro y Zamora.
La recomendación del Cardenal Alberto Suarez
Inda para todos los sacerdotes ha sido en el sentido de extremar sus
condiciones de seguridad.
El
reclamo de la iglesia católica en Michoacán para dotar de mayor seguridad a sus
ministros, se hizo desde el mes de diciembre del 2013, cuando el obispo de
Apatzingán señaló en una carta el descarado actuar de los grupos criminales. El
ejemplo de denuncia siguió en el padre Goyo, quien abiertamente comenzó a
mencionar el nombre de Servando Gómez Martínez, jefe del cartel de los
Caballeros Templarios, como el principal responsable de homicidios y
desapariciones en la zona de Tierra Caliente.
Ante
agentes del ministerio público de la Procuraduría Justicia del Estado de
Michoacán se han presentado –en los últimos 8 años- al menos 18 denuncias
penales de sacerdotes católicos en contra de quien resulte responsable por el
delito de amenazas y extorsión. A la fecha no se ha resuelto uno solo de los
casos de amenazas de muerte en contra de los sacerdotes ofendidos.
DESAPARICIÓN Y SILENCIO
Al
igual que las denuncias por amenazas o extorsión –que han levantado diversos
sacerdotes en Michoacán-, tampoco hay avances en las investigaciones que se
llevan a cabo entorno a la desaparición del sacerdote Santiago Álvarez
Figueroa. El caso se maneja con hermetismo por parte de la autoridad ministerial,
pero en la Arquidiócesis no están contentos con el desempeño del gobierno
estatal en ese renglón.
El
padre Santiago Álvarez Figueroa desapareció el 27 de diciembre del 2012. La
última vez que se supo de él fue cuando viajaba en su automóvil. Partió del municipio de Jacona para
encontrarse con sus familiares en una comunidad rural de Jiquilpan. Nunca llegó
a su destino.
El
gobierno estatal de Michoacán no ha sido capaz de resolver la desaparición.
En
una mezcla de reclamo y dolor, la iglesia católica de Zamora no se olvida de la
desaparición del sacerdote y de manera frecuente emite comunicados en donde
comparte que “Las autoridades a quienes
compete la investigación han estado realizando su labor, pero hasta hoy todo ha
sido infructuoso: no se sabe nada ¡Cuántas familias como la del Padre Santiago
han sufrido situaciones semejantes; cuánto dolor han experimentado y cuántas
lágrimas han derramado sin encontrar respuestas satisfactorias!”.
El
Padre Chago, como se le conocía, estaba asignado a la diócesis de Zamora.
Recibió la ordenación sacerdotal apenas un año antes de sus desaparición, el 16
de diciembre de 2011. Es uno de los tres Sacerdotes que promovían las
vocaciones sacerdotales en las familias y en los ambientes juveniles y de adolescentes
de Zamora y su región, en donde nadie desconoce la violenta interacción entre
miembros de los carteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Caballeros Templarios, los que siguen
en disputa por el control del territorio.
El
gobierno estatal de Michoacán no ha sido capaz de dar cabal investigación a los
hechos violentos en donde han perdido la vida otros sacerdotes. Las
investigaciones que mayor retraso presentan a la fecha son las que tienen que
ver con los homicidios de los sacerdotes católicos Miguel Ochoa Ávila, Abelardo
Espinoza Aguilera, Miguel Marzan Arriola, Macario Nájera Cisneros y Víctor
Diosdado Ríos.
OTROS ASESINATOS DE SACERDOTES EN MÉXICO
2004
>
Ramón Navarrete Islas, de 56 años, fue acuchillado en Ciudad Juárez, Chihuahua.
>
Macrino Nájera Cisnero, de 42 años, era párroco de Jilotlán, Jalisco. Fue asesinado
por defender a una niña durante una fiesta de 15 años.
2005
>
Manuel Delgado, de 42 años, vicario del Templo de Cristo de Burgos, Jiménez, Chihuahua. Su cuerpo fue encontrado con indicios de
tortura.
>
Luis Velázquez Romero, de 51 años. Su
cuerpo fue encontrado en la cajuela de un automóvil, tenía las manos
atadas. El sacerdote era Juez del
Tribunal eclesiástico diocesano de Tijuana.
2006
>
Diácono Juan Francisco Castrejón, de 34 años, fue asesinado cuando iba
circulando abordo de su automóvil. El delincuente le dio dos balazos.
2007
>
Misionero Ricardo Junious Sanders, de 76 años, fue golpeado y estrangulado
dentro de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de
México. Trabajaba con drogadictos y
alcohólicos.
>
Fernando Sánchez Durán, de 68 años, secuestrado y asesinado en Santiago
Tlatepoxco, Tepeji del Rio, Querétaro.
>
Humberto Macías Rosales, de 52 años, baleado al interior de su automóvil.
Párroco en Nuestra Señora de la Luz, en Aguascalientes.
2008
>
Julio César Mendoza Acuña, de 33 años, fue atacado por dos sujetos; le dieron
un tiro en la cabeza. Era párroco de
Nuestra Señora de Fátima, en el DF.
>
Gerardo Manuel Miranda Ávalos. Un sicario, presuntamente de La Familia
Michoacana, le disparó en el pecho. Era director del Instituto Fray Juan de San
Miguel, en Los Reyes, Michoacán.
2009
>
Habacuc HernÁndez Benítez y los seminaristas Eduardo Oregón y Silvestre
González fueron acribillados mientras viajaban en una carretera. El asesinato fue en Arcelia, Guerrero.
2010
>
José Luis Parra, vicario en el DF. > Florentino Carmona, párroco en Xalapa,
Veracruz. > Carlos Slavaro Wotto, de 83 años. párroco en Antequera, Oaxaca. > Francisco
Escamilla Sánchez, enfrentó a la mafia que obligó a las escuelas particulares
del DF a contratar el servicio de camión obligatorio. Era director del Colegio
Instituto Marista México, allegados aseguran que dejó una carta donde
denunciaba un fraude de 10 millones de pesos y amenazas de muerte.
2011
>
Santos Sánchez, Mecapala, Puebla, descubrió a un ladrón dentro de la parroquia.
> Salvador Salgado, El Porvernir,
Sinaloa; crimen atribuido a El Cártel de Sinaloa. > Marco A. Durán, Matamoros, Tamaulipas,
por una bala perdida durante un enfrentamiento.
>
Salvador Ruiz, La Mesa, Baja California, denunció a delincuentes de la zona.
>
José F. Sánchez, acuchillado para quitarle 90 mil pesos de limosnas, en la
iglesia Patrocinio de San José, en Coyoacán, DF.
2012
>
Teodoro Mariscal Rivas. Fue encontrado atado de pies y manos, con una bolsa en
la cabeza. El sacerdote tenía 45 años,
era de Tala, Jalisco y estaba a cargo de la iglesia de Santa Cecilia en
Mochicahui, Sinaloa.
>
Gerardo Ávila, de 64 años, párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción,
en Villas de la Hacienda en Atizapán, fue torturado, le cortaron tres dedos, lo
golpearon y le dieron un tiro en la cabeza.
2013
>El
padre José Flores fue golpeado por unos ladrones dentro del templo de Cristo
Rey en Colima.
>
Hipólito Villalobos, de 45 años, y Nicolás De la Cruz Martínez, de 31 años,
encontrados muertos en la Parroquia de San Cristóbal en el municipio de
Ixhuatlán de Madero, en Veracruz. La
Diócesis de Tuxpan dice que la zona la controla el Cártel de Jalisco Nueva
Generación y Los Zetas.
El cuerpo del sacerdote católico de origen
Ugandés, > John Senyondo de 62 años de edad, fue encontrado en noviembre
pasado en una fosa clandestina, cuando se buscaban los cuerpos de los 43
normalistas de Ayotzinapa. El padre africano había sido desaparecido desde mayo
del 2014. Presuntamente fue secuestrado por un grupo de sicarios que lo
confundió con un turista.
El
padre > Ascensión Acuña Osorio, sacerdote de la diócesis de Ciudad
Altamirano, también fue encontrado muerto. Al parecer fue martirizado antes de
matarlo. El padre Acuña se había distinguido por sus denuncias sociales desde
el pulpito.
2015
El
padre Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de 60 años, fue ejecutado el 9 de abril
de este año. Se presume fue asaltado y secuestrado en las inmediaciones del
municipio de Salvatierra, Guanajuato, donde amorosamente ejercía su ministerio
bajo la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo.
(REPORTE
INDIGO/ J. JESÚS LEMUS - Lunes 21 de septiembre de 2015)