lunes, 3 de agosto de 2015

SOLDADO DESCUBRE INFIDELIDAD DE SU ESPOSA AL REGRESAR DE LA GUERRA


La infidelidad de la esposa de un militar estadunidense fue capturada en un video que ya es viral


'Jody' es un término peyorativo usado para referirse a quienes se quedan en casa mientras los demás van a la guerra.

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de agosto.- Un militar estadunidense que regresó a su hogar tras una larga ausencia para reunirse con su familia sorprendió a su mujer desnuda junto a otro soldado en el baño de su casa. El video en el que se descubre el engaño ya es viral.

Publicado originalmente en una cuenta de Facebook en la que veteranos de guerra y soldados publican detalles de su vida, el video ya ha acumulado más de tres millones de vistas.

En el material se aprecia como el soldado engañado amenaza al otro con revelar su nombre y rango para que la corte militar lo degrade.



Al ser descubierta, la esposa pregunta '¿qué estás haciendo aquí?' al soldado que había comenzado a grabar el video porque sabía que había un intruso en su casa.

¿Quién dijo que la frase 'Semper Fidelis' (Siempre fieles) que usan los Marines se aplicaba a sus relaciones maritales?


(EXCELSIOR/ Redacción/ 03/08/2015 13:58)

VIDEO: OTRO ACCIDENTE DE ESCALERAS ELÉCTRICAS EN CHINA; HOMBRE PIERDE UNA PIERNA




Un trabajador de limpieza queda atorado en un centro comercial en Shanghai; las heridas en una de sus piernas fueron tan graves que tuvieron que amputársela



PEKÍN, 3 de agosto.- Un trabajador de limpieza de un centro comercial sufrió la amputación de una de sus piernas luego de que quedara atrapado en una escalera eléctrica, en el tercer incidente de este tipo que se registra en China en los últimos días.

Las cámaras de seguridad del complejo, ubicado en la ciudad de Shanghai, registraron el momento en que el hombre, de 35 años, queda atorado en el mecanismo de la escalera.

73 personas han muerto en lo que va del año en accidentes de este tipo en China.

Pese a que la escalera fue detenida de inmediato y rescatistas lograron liberar al individuo, su pierna sufrió lesiones tan graves que los doctores no tuvieron más opción que amputarla, informó la prensa local.

La compañía que da mantenimiento a la escalera está investigando el accidente y los primeros reportes indican que el sistema operaba de manera incorrecta.

De acuerdo con familiares del afectado, el hombre apenas llevaba tres meses trabajando en el centro comercial.

Este incidente ocurre pocos días después de un caso fatal en el que una mujer murió ‘tragada’ por el mecanismo de una escalera eléctrica en Hubei, el pasado 27 de julio.

Otro accidente similar ocurrió el 29 de julio cuando un niño de un año quedó atrapado de un brazo en el mecanismo de una escalera eléctrica, luego de tropezar y caer, mientras jugaba sin la supervisión de sus padres.

En lo que va del año, las autoridades chinas han reportado 73 personas muertas y otras 82 lesionadas en accidentes de este tipo en todo el país.



(EXCELSIOR/ REDACCIÓN / FOTOS: TOMADAS DE SHANGHAIIST.COM/ 03/08/2015 08:16)

CAZADORA DE EU ATIZA LA POLÉMICA; PRESUME CADÁVERES Y DEFIENDE ASESINATO DE CECIL



Difunde por redes sociales sus recientes aventuras de caza por Sudáfrica; también ha expresado su apoyo al dentista que asesinó al león más querido de Zimbabue

JOHANNESBURGO, 3 de agosto.- Un nuevo caso de cacería de animales salvajes que involucra a estadunidenses ha desatado indignación en redes sociales.

La cazadora Sabrina Corgatelli es blanco de severas críticas tras publicar una serie de fotografías en Facebook en las que presume como trofeos los cadáveres de varios animales durante un viaje por Sudáfrica, informa el diario británico The Telegraph.

En sus mensajes por redes sociales la mujer incluso ha desafiado y dedicado insultos a quienes se oponen a la cacería de animales.

Corgatelli, al parecer originaria del estado de Idaho, comenzó a difundir sus aventuras por el Parque Nacional Kruger desde el 25 de julio, justo después del escándalo provocado por el asesinato del león Cecil, el más querido de Zimbabue, a manos del dentista norteamericano Walter Palmer.

Durante su viaje por Sudáfrica, Corgatelli ha compartido fotografías de ella junto a los cadáveres de una jirafa, un antílope, un jabalí y un ñu.



Junto a las imágenes, la cazadora ha añadido comentarios de alegría.

¡Un animal increíble! ¡No puedo estar más feliz! La emoción que siento luego de matarla es un sentimiento que nunca olvidaré”, escribió Corgatelli junto a la fotografía que la muestra al lado del cuerpo de una jirafa.

La mujer, una contadora que gestiona una compañía de ropa llamada Racks and Ridges, también subió una imagen de su novio, identificado como Aaron Neilson, con el cuerpo de un cocodrilo muerto.

A su vez, Neilson ha dejado constancia de la caza de dos leones en las dos últimas semanas y ha confesado el asesinato de un león con collarín de geolocalización en el mismo lugar donde fue muerto el león Cecil, en Zimbabue.

El hombre también ha expresado su apoyo al dentista palmer, cazador de Cecil.

Quienes son ustedes para determinar la ética de otras personas. Tenemos leyes para determinar que está bien y qué está mal, la ética es una decisión propia”, escribió.

Los perfiles de la pareja han recibido miles de comentarios en contra y a favor de sus actos, aunque Neilson ya ha dado de baja su cuenta de Facebook.

La compañía Old Days, que gestiona safaris de cacería en Sudáfrica, confirmó que entre sus clientes figuran Corgatelli y Nielson, pero declinó hacer más comentarios.






(EXCELSIOR/ Redacción / Fotos: Facebook/03/08/2015 11:07)

VIDEO EXHIBE A ALCALDE ELECTO DE GUERRERO 'PACTANDO' CON PRESUNTOS NARCOS


Una videograbación subida a YouTube muestra al edil perredista de San Miguel Totolapan, Juan Mendoza, hablando con personas armadas



En el video se asegura que el edil está pactando protección a un grupo del crimen organizado: Foto: Tomada del video.

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de agosto.- Un video subido a redes sociales muestra al alcalde electo de San Miguel Totolapan, Guerrero, Juan Mendoza Acosta, en una reunión con supuestos integrantes del crimen organizado.

El 5 de mayo, Juan Mendoza fue secuestrado por unas horas junto con dos miembros de su equipo de campaña

En la videograbación subida a YouTube por el usuario “El justo llegó”, se asegura, a través de un mensaje, que el político de extracción perredista está pactando apoyar a los criminales -quienes aparecen armados- una vez que tome posesión.


El video, de 4 minutos y 45 segundos de duración, y titulado “Alcalde electo de San Miguel, apoyado por la delincuencia organizada” muestra a Mendoza Acosta en un terreno platicando con otras tres personas, una de ellas armada con un AK-47 y otra que porta un chaleco y equipo de radiocomunicación.

Todos, al parecer, están bajo el influjo de bebidas alcohólicas.

Ponte verga, cocho, así como te hicimos ganar, verga, échanos la mano y no se vale”, le dice un hombre al edil, éste contesta: “¿Cuándo te voy a fallar? Por eso dime, ¿cuándo te voy a fallar cabrones a usted?”.

Minutos después, un hombre de playera rosa le asegura al alcalde: “Te voy a matar hijo de tu pin... madre”.  El edil responde: “¡No me hables así, te estimo a lo ver...!”

Casi al final de la grabación, la persona que está filmando los hechos inquiere:

“¿Vas a jalar con nosotros?, tú sabes que estás con nosotros viejo, ¿sí o no?”.

 “¡Tenemos!. Jamás voy a jalar con otros cochos”, contesta Mendoza Acosta.


(EXCELSIOR/ REDACCION/ 03/08/2015 17:09)

FOTOGRAFÍA CAUSA CONTROVERSIA EN AGUASCALIENTES


Aparentemente la sesión fotográfica fue realizada en un altar dedicado a San Antonio; la diócesis de Aguascalientes ya investiga la autenticidad de la imagen




"Noche No Santa" ha causado reacciones a favor y en contra Fotografía: Karla Méndez

AGUASCALIENTES, 3 de agosto .- En Aguascalientes, una fotografía ha generado controversia, pues en ella aparece un grupo de jóvenes a los pies de un altar, encima de un féretro.

La fotografía titulada “Noche No Santa” circula en redes sociales y desde su publicación ha provocado todo tipo de reacciones al haber sido relacionado el escenario con el templo de San Antonio, considerado la máxima obra arquitectónica de la entidad.

Los habitantes de Aguascalientes se pronunciaron ante la controversial imagen, al cuestionarles si se debe dar un respeto a los recintos sagrados. 

Yo digo que sí, porque tiene que respetar ciertamente es un templo debes tener cierto respeto”, dijo Vianey Espinoza, habitante de Aguascalientes.

Por su parte, el sacerdote Fray Bernal Ricades, manifestó que  el altar debe de ser utilizado solo para celebraciones religiosas, por lo que considera que la fotografía es una falta de respeto al recinto sagrado.

El altar es para la celebración de la eucaristía y por lo tanto, yo creo que no debemos rebajar el altar su dignidad a cualquier tipo de fotografías”, dijo Fray Bernal Ricardes.

En contraparte, un sector de la población asegura que la fotografía es una obra de arte.

No es una falta de respeto porque no están cargando una imagen religiosa , ni haciendo otra cosa no aparece una imagen más que ellos sentados en el atrio, además yo creo que alguien debió darles permiso porque no te puedes tomar una imagen así como así ahí en el templo “ dijo Cristian Aro  , habitante de Aguascalientes.

Pues sé, es que el arte se expresa de diferentes maneras y se puede hacer de diferentes formas  y en ocasiones a la gente últimamente tiene la mente más cerrada y las cosas para uno son arte, para otros está mal”, precisó Tere, habitante de Aguascalientes.

Hasta el momento se desconoce la autoría de la fotografía y los fines de la misma; por lo pronto, la Diócesis de Aguascalientes ya investiga su autenticidad, que ha causado revuelo en las redes sociales.

Las autoridades eclesiásticas en la entidad en varias ocasiones han mostrado tener reglas estrictas en los templos como impedir el uso de escotes y minifaldas, al igual que  no permitir la entrega de limosna en el interior a gente de escasos recursos.



(EXCELSIOR/ Karla Méndez/Corresponsal 03/08/2015 15:12)

MILITARES GUATEMALTECOS DAN GOLPIZA A JÓVENES HASTA PROVOCARLES VÓMITO


GUATEMALA, 3 de agosto.- El Ministerio Público y la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala abrieron una investigación en contra de dos soldados del Ejército del país centroamericano, quienes atacan a golpes a dos niños en un video divulgado por medios locales.

La Procuraduría indicó en sus redes sociales que solicitará un informe al Ministerio de Defensa para investigar sobre el caso, al que catalogó de "grave violación a los derechos humanos", mientras el Ministerio Público (MP) detalló que iniciará una pesquisa de oficio para conocer lo sucedido.

Condenamos de manera enérgica el accionar de elementos del ejército en contra de dos adolescentes y exigimos el pronto esclarecimiento", añadió la oficina del ombudsman guatemalteco, Jorge de León Duque.

La grabación muestra a dos soldados del Ejército de Guatemala golpeando a dos menores hasta provocarles el vómito.

Los militares acorralan a los dos adolescentes contra una pared, los cuestionan por haber escapado al detectar su llegada y posteriormente les lanzan patadas y puñetazos en el cuerpo, durante más de un minuto.

La agresión fue grabada por un teléfono móvil en un lugar y en una fecha que no han sido determinadas.

El representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Alberto Brunori, calificó las imágenes como "altamente impactantes" y aseguró que el hecho "debe ser investigado", en declaraciones divulgadas por medios locales.

El MP precisó que será la Fiscalía de la Mujer y Niñez la que realizará las pesquisas correspondientes para dar con los responsables.

Las fuerzas armadas de la nación centroamericana disponen de alrededor de 24.000 soldados, incluidos 4.000 que llevan a cabo tareas de vigilancia y seguridad ciudadana dentro del territorio guatemalteco.


(EXCELSIOR/ EFE / Foto: YouTube/ 03/08/2015 17:54)

REDISEÑAN SECUESTROS EN TAMAULIPAS


Un nuevo delito está surgiendo en Tamaulipas. Se trata de una mutación entre el secuestro tradicional con el secuestro exprés

MATAMOROS.- Un empresario, cuyo hijo fue secuestrado, detalló la nueva forma de operar de las bandas criminales dedicadas al secuestro.

“A mi hijo lo pararon en una avenida, le dijeron que era una revisión de rutina --como si fueran policías-- y después de sacarle su cartera se lo llevaron a una casa de donde seguramente nos estuvieron pidiendo el dinero”, indicó.

El joven permaneció cautivo 12 días. En el estado de cuenta de la tarjeta, se pueden observar retiros de 7 mil pesos diarios, además de compras en tiendas de autoservicio.

CRISIS DE SEGURIDAD

Los asaltos en las carreteras, a autobuses en la zona urbana, a camiones de carga y a representantes de empresas dedicadas al ramo abarrotero causan crisis a las autoridades, empresarios, comerciantes y población en general.

Además persisten en Matamoros los robos a comercios y domicilios, secuestro y la extorsión.

De acuerdo con Lauro Peña García, directivo de la Unión de Comerciantes y Empresarios del Noreste (UCEN), los asaltos a camiones de carga y a representantes de empresas dedicadas al ramo abarrotero, han provocado el desabasto de algunos productos de forma temporal.

Algunas empresas han limitado sus viajes a Matamoros, y otras plazas ya no mandan a sus agentes de ventas porque son asaltados cuando se desplazan de Nuevo León a esta frontera en sus vehículos.

(Agencia Reforma)


(EL MAÑANA/ Foto: Especial/ Agencia Reforma | 03/08/2015)

MORIR EN EDOMEX | UNA MUJER QUE ENFRENTÓ A TODA LA CADENA FEMINICIDA


Más allá del oriente del Estado de México, pocas personas conocieron el nombre de Emerenciana López, una mujer que vivió para contener la muerte de otras mujeres en un pedazo de tierra en la que se ha vuelto común el hallazgo de niñas hinchadas en los canales de aguas negras, de mujeres desmembradas y sus restos arrojados en los basureros.

Ahora que a regañadientes el Gobierno mexiquense ha solicitado la Alerta de Género en apenas 11 de los 125 municipios, y cuando los funcionarios se felicitan a sí mismos por la medida, la historia de una anciana que encaraba policías judiciales y enfrentaba jueces toma relevancia.

Esta es la vida de Emerenciana López Martínez, una guerrerense convertida en mexiquense; una luchadora social como pocas, con lengua de diablo y alma de ángel que vio a la muerte a la cara.

La entrevista fue realizada en 2012, dos años antes de su muerte. Su historia, narrada por ella misma, es presentada en primera persona…


Foto: Eduardo Loza, SinEmbargo

Chimalhuacán, Estado de México, 30 de julio (SinEmbargo).- Soy Emerenciana López y yo no fui a la escuela, no tengo preparación. Soy lírica, pero me he llevado a varios jueces y judiciales a la cárcel yo sola.

Con perdón de ustedes, pero a los chingadazos nadie le entra.

Nadie, nadie, nadie.

Porque no todos los procuradores trabajan. Ojalá que al señor Alfredo Castillo —entonces Procurador de Justicia del Estado de México— no lo quieran poner en la PGR.

No sirve para mandar ni para servir.

Las mujeres necesitan justicia y ni siquiera respeto tienen. Una mujer denuncia que su marido la golpea y le dicen que se aguante y vaya al día siguiente. Entonces vienen conmigo. Aquí viene el pobre el rico, todo mundo. Allá voy a pelearme con ellos nomás con el escudo de Dios nuestro señor.

Nací en San Luis Acatlán, Guerrero, y llegué aquí, a Chimalhuacán, en 1983. Tenía 22 años.

Esto era un llano, no había casas, ni nada, yo fui la primera en llegar. La madre de quien nos vendió lo terrenos se llamaba Elena y, por eso, llamó la colonia Santa Elena. Guadalupe Buendía, La Loba —una invasora de terrenos militante del PRI y ahora presa— ya andaba en la política, ya fraccionaba los terrenos.

Ahora el dueño de Chimalhuacán es Román Tolentino —Alcalde saliente, Diputado Federal entrante y líder de Antorcha Campesina—, un desgraciado que nos mata de hambre y manda a matar con bala a quien le quiera quitar el hueso.

Es malo, en verdad lo que se dice malo.


Foto: Eduardo Loza, SinEmbargo

***
Yo ya tengo tiempo trabajando, pero empecé duro, duro en 1987. Aquí era un desierto en que los hombres dejaban a sus mujeres y luego ni para comer tenían. Y me venían a ver. Yo les daba frijoles para que le llevaran a sus hijos o llevábamos a los niños al hospital mi marido, Vicente, y yo, porque por dinero yo no sufrí. Luego Vicente se fue con otra y a esa la dejó por otra y así.

El primer caso en que yo hice algo por una mujer muerta no les va a gustar. Esa una historia muy cabrona, más cabrona que acostar a los hijos sin tener para darles de cenar.

Había una secundaria, la única en el pueblo de San Agustín. Desde aquí sólo un camino llegaba hasta allá, una calle de tierra como todo lo era entonces, y de perros muertos, de carros robados en el DF y desvalijados por acá.

Por ese sendero subían y bajaban los chiquillos. Nada más había una combi, pero los chamacos se comían el dinero del pasaje y regresaban en bola. Se oían sus risas dentro de la polvareda.

Donde ahora está el deportivo del Pípila había un árbol grandote; ya no está, porque una inundación lo arrasó. Aquí no se inunda con agua: aquí se anega con mierda.

En ese tiempo, sigo en 1987, empezó a pasar que junto a ese árbol mataban y robaban y las madres y los vecinos y las mujeres andábamos como viruelas locas.

Decían que andaba un fulano por ahí matando, violando.

El 16 de noviembre de 1987 venían cuatro muchachos de la secundaria: tres niñas y un niño. Dos de las niñas ya tenían 15 años y la otra era más chica, como de 14, que estaba pachona como almohada, venía con el chamaco atrás y, las otras dos niñas, una de ellas muy bonita, venían adelante.

Y les salió el fulano.

Les sacó una y pistola y se los llevó y los jaló para adentro de los sembradíos que había.

A la gordita y al chamaco los desnudó completamente y, con su misma ropa, los amarró y lo metió en una pileta de agua sucia que usaban para regar los plantíos. A las dos niñas se las llevó hasta el fondo, por donde ahora está Soriana y violó a la bonita.

—¡Párate! —le ordenó. La chica se quiso parar, pero vomitó verde. Creo que su hígado explotó. —Tú ya no me sirves —y le disparó en la cabeza.

A la otra la tenía bocabajo y desnuda.

—Tú estás muy flaca —y le dio un balazo en la espalda.

Y se fue el hombre.

Junto a lo que ahora es la tienda Elektra siempre había una patrulla.

Los muchachos que estaban en la pileta se desataron y, desnudos, salieron al camino. Ellos avisaron que se habían llevado a las niñas. La gente se movilizó.

A la muchacha herida en la espalda se levantó y caminó. A la altura de Elektra se encontró un hombre.

—¿Qué te pasó, hija? —le preguntó el señor.

La muchacha no podía hablar. Él se quitó la chamarra y la envolvió. Los patrulleros los encontraron y se llevaron a ese hombre a la cárcel. Otras personas buscaron un carro y trasladaron a la niña al Seguro Social y no la querían recibir.

Al día siguiente, el 17, robaron la escuela. El ratero se quiso llevar la única máquina de escribir que había, pero lo agarraron. La gente decía que el ladrón y el asesino era el mismo.

Las mamás me pidieron ir al juzgado porque el muchacho que se metió a robar resultó ser hijo de una lideresa de entonces, Esperanza González Peralta, además quinta regidora del Ayuntamiento.

Su hijo, Gilberto Jesús Peralta, de apenas 19 años, ya era comandante de Santa Elena y, desde los 12 años, ya tenía su banda y nadie podía hacer nada porque su madre tenía mucho poder.

Era priista. Aquí, en Chimalhuacán, sólo el PRI o, más correctamente, Antorcha Campesina, nos ha robado.

Total, que ya querían soltar al hijo de la regidora. Nos querían hacer tarugas con la fecha de la audiencia en que querían dejar libre al tal Gilberto, pero yo me fui a las universidades y a las preparatorias y me fui con el montón de chamacos a protestar.

Yo siempre he sido entrona y grosera. ¡¿Qué chingados?! ¡Y mi arma es un rosario!

Y nada de que salió ese cabrón a quien el diablo tenga en el maldito infierno.


Foto: Eduardo Loza, SinEmbargo

***
Llevo y llevo asuntos. Mire, estos recortes de periódicos, estas cartas que me traen las mamás y yo entrego a las autoridades. A veces ni sé para qué chingados.

Vea todas estas averiguaciones previas. Mire esta. ¿Es justo?

Acta: CHIM/II/1000/2006
Delito: Homicidio por estrangulamiento
Agraviado: Inés Martínez Fuentes, diecinueve años
Inculpado: Quien resulte responsable
Lugar de los hechos: Gardenia 26, Barrio Portezuelos, Chimalhuacán
Hora de los hechos: 12:30 horas (21 de febrero de 2006)

Hechos: se realiza el levantamiento de un cadáver localizado en el interior de un cuarto deshabitado en un terreno baldío, en posición sedente, con las extremidades inferiores hacia delante y recargadas en una puerta, atada con una piola al cuello con punto de apoyo a una armella de la puerta, asimismo con las manos maniatadas con la misma piola y los ojos vendados con una franela roja. El cierre y el botón del pantalón desabrochados, sin el zapato izquierdo, presentando un surco en el cuello.

Referencias: se logra establecer la identidad de la hoy occisa, derivado de una denuncia realizada por desaparición de persona en el perímetro de Neza (…) era originaria de Oaxaca, tenía un mes viviendo con ellos y estaba trabajando como auxiliar de secretaria en un taller de herrería, con razón social “Soldadura Especializada” (…) les había comentado que saliendo de trabajar iba a visitar a sus familiares, por lo que todavía llegó a ese domicilio y marcó por teléfono a su prima para indicarle que se dirigía a su casa (…) Ya no regresó, buscándola con familiares y amigos (…) entran en el área del Servicio Médico Forense del Centro de Justicia de Chimalhuacán y la reconocen plenamente sin temor a equivocarse.

Indicios asociativos: el predio era propiedad de la señora (…) mismo que cuidaba (…) Al pasar frente al predio se percata de que la puerta estaba entreabierta y se asoma, observando que estaba una persona sentada y cuando se acerca ve que es una mujer, la cual tenía un lazo atado en el cuello y una franela roja en los ojos.

Determinación: asfixia mecánica por estrangulamiento. No está violada, presentaba ciclo menstrual.



Foto: Eduardo Loza, SinEmbargo

***
Ya tumbé a un juez en Texcoco y a varios agentes del Ministerio Público. Les busco y les busco y les termino encontrando. Al juez me lo chingué porque le entró al despojo de una señora que había comprado su terrenito.

Y ahorita traigo otro entre ojos, porque soltó al abusador de una niña. Aquí la vida de una mujer vale mucho menos que la de un hombre. Cuando matan a una mujer ni caso hacen.

Por mi trabajo he ido a Cuba, a Estados Unidos, Guatemala y El Salvador para hablar de los derechos humanos de las mujeres. Me han atendido en la Comisión Interamericana de Mujeres.

La justicia cuesta.

Le pido y les pido a los procuradores que volteen a ver a Chimalhuacán, pero la justicia cuesta y aquí no hay dinero.

¿Qué haya un agente del Ministerio Público honesto? Mmmmm. Pues a lo mejor uno y quizá uno que otro policía judicial, porque luego te encuentras alguno con un coche de veras rascuache, pero un  juez decente… de los jueces no lo puedo asegurar.

Aquí arriba hay un hombre feo de la cara y más feo del corazón, uno que es de una familia con dinero.

Ese mandó  a que le tiraran dos jarras de agua hirviendo a una mujer y le quemaron todo el lado izquierdo de su cuerpo. Le quemaron el antebrazo hasta llegar al hueso y murió. Le dio 800 mil pesos al juez y está libre y hasta fue candidato a la Presidencia Municipal de Chimalhuacán por el PRD.

A la mamá de la difunta, que hace quesadillas en el mercado, van los de la familia de ese hombre y le gritan que le dieron dinero al juez.

Y por eso la señora ya dejó de pedir justicia para su hija y eso que los hombres se rinden más rápido. En estos más de 25 años que tengo dedicada a defender a las mujeres nada ha mejorado. ¿Qué va a mejorar? Yo veo a las autoridades más corruptas cada vez.

Yo me agarré a un policía de la oreja y le dije: ¡A ver, cabrón, cuánto cuesta la justicia! Y me dijo, riéndose el pendejo aunque bien que me tienen miedo, cuánto por soltar un asesino: 70 mil pesos. Y a un violador: 25 mil pesos. Y a un ratero con violencia: 15 mil pesos.



Foto: Eduardo Loza, SinEmbargo

***
A las mujeres, desde niñas les compran la muñeca, el platito, la tacita, las enseñan a quedarse calladitas y así crecen. Desde niñas son maltratadas en su casa y a la mujer maltratada la atontan, la vuelven mensa. Luego las violan y ellas tratan denunciar.

—¡Hey, te toca la violada! —se gritan los del Ministerio Público cuando una de ellas llega.

—¡Mira cómo vienes vestida, es que no te das tu lugar! —les dicen y les hacen repetir lo que les hizo el violador. Y ponerse como las puso el violador.

El judicial le habla golpeado y ella se espanta y ya no regresa o no declaran como se debe, porque ahí hay mucha morbosidad. Las revisan hombres, las hacen pasar toda clase de humillaciones. Gozan, gozan con  el dolor.

De eso se valen para que ya no sigan dando lata.

Yo las defiendo y voy y ahí me planto hasta que me atienden.

Me da rabia. Yo les digo: levante la cabeza, niña, que la gente diga lo que sea. De mí han dicho hasta que le quito el marido a las mujeres y que soy la puta de todos, hasta del perro.

Y si vamos a morir, vamos a morir. *


(SIN EMBARGO.MX/ Humberto Padgett /julio 31, 2015 - 21:29h)

EN TANHUATO NO HUBO HOSTILIDADES; FUE UNA MASACRE “SILENCIADA” (1 DE 3)



El 22 de mayo pasado, en el Rancho El Sol, situado en Tanhuato, Michoacán, y en un área limítrofe con Jalisco, un enfrentamiento entre federales y un supuesto “grupo armado”, como plantearon las autoridades federales, dejó un saldo de 42 hombres muertos, tres más detenidos y un policía federal caído. El tiroteo se dio en el marco de la llamada “Operación Jalisco” y luego de que, según la versión oficial, los propios pobladores de la zona denunciaron extorsiones, invasiones de predios, secuestros y asesinatos presuntamente realizados por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Monte Alejandro Rubido García, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), explicó entonces que el enfrentamiento se prolongó por tres horas, pues los presuntos delincuentes comenzaron a atacar “con intensidad” e incluso se pidió apoyo tanto terrestre como aéreo.

Sin embargo, cuando las familias de los muertos, la mayoría originarios de Ocotlán, Jalisco, comenzaron a recoger los cuerpos en el Semefo de Morelia, dieron cuenta de que los cadáveres presentaban huellas de tortura: estaban mutilados, destrozados, calcinados e incluso algunos tenían el tiro de gracia, dicen… Algunos de ellos ni siquiera sabían portar armas, eran hijos y esposos de familias pobres que fueron a ese rancho a trabajar.

Las madres y padres, hermanas y hermanos, que vieron las primeras fotografías de los muertos en redes sociales, corroboraron en los cuerpos de sus familiares muertos una violencia extrema que, aseguran, responde no a un enfrentamiento, como dijeron las autoridades, sino a una masacre. Sin embargo, ninguna autoridad, ni siquiera la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ha hecho caso a sus reclamos por esclarecer el hecho y “limpiar” el nombre de los muchachos.

Ellos califican ese hecho como una “matanza” y señalan al Gobierno federal como responsable de un exceso que derivó en la muerte de personas inocentes.

ESTAS SON SUS HISTORIAS…



María Villa Reyes, abuela de Héctor de Jesús Arana Hernández, “El Ticua”. Foto: Sanjuana Martínez

Ocotlán, Jalisco, 3 de agosto (SinEmbargo).– El 10 de julio, María Villa Reyes se levantó temprano, compró un kilo de frijol y 20 pesos de tortillas. Ese día, su nieto Héctor de Jesús Arana Hernández cumplía 20 años de edad. Coció lo frijoles y luego los guisó con manteca de puerco, reunió a sus hijas, nietos y amigos y se dirigió al cementerio.

Con música, flores, globos y llanto, Doña María, de 60 años, celebró el cumpleaños de su nieto al que crió desde pequeño como un hijo. “El Ticua”, como le decían, estudió hasta primero de primaria, apenas sabía leer y escribir. La pobreza extrema lo marcó desde el primer día. No tuvo muchas opciones. Era lavacoches, albañil, pero sobre todo jardinero.

Un día le dijeron que cerca, en el Rancho El Sol, ubicado en el kilómetro 370 de la autopista México-Guadalajara, entre Tanhuato y Ecuandureo, Michoacán, necesitaban trabajadores. La propiedad de 102 hectáreas, requería mantenimiento y un par de contratistas andaban buscando todo tipo de mano de obra en esta zona. Algunos de sus amigos, también se animaron a irse. Él no se lo pensó dos veces. La precariedad económica en la que vivía su abuela, sus tías y su propia madre y hermanastros, le hizo decidirse rápidamente.

–Nos vemos pronto, mamá Mary–, le dijo a su abuela y le pidió un favor: “Écheme la bendición”. Luego, le dio un beso de despedida.

Esa fue la última vez que lo vio sonriendo.

Durante dos meses le llamó continuamente por teléfono, hasta que el 22 de mayo su hija pequeña le dio la peor noticia de su vida: “Ha habido una matanza en el Rancho El Sol y dicen que hay muchos muertos”. Doña Mary soltó un grito desgarrador desde lo más profundo de su ser.

Las imágenes empezaron a aparecer en la televisión y la Internet. Su hija, la madre de Héctor de Jesús, le mostró una fotografía que dio la vuelta al mundo: su nieto, ensangrentado, sin camiseta, sin dientes frontales, con los brazos rotos, estaba muerto.

Las huellas de tortura que se apreciaban a simple vista en la fotografía fueron confirmadas luego en el Servicio Médico Forense de Morelia donde, según cuenta la madre del joven, había 42 cuerpos semidesnudos que fueron colocados en el suelo, sobre una capa de aserrín, sin refrigeración y sólo con unos bloques de hielo alrededor para “provocar”.

“Ya vienen por sus criminales”, les dijo un policía, compañero del comando que había participado en el supuesto enfrentamiento que según el Comisionado General de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, había sucedido durante tres horas.

Los cuerpos no tenían identidad y aún después de ser identificados por sus familiares no eran señalados por su nombre. Sólo eran un número. Y según el Gobierno federal, los 42 no merecían más, porque supuestamente eran “sicarios” del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). “Sicarios” que ahora están muertos y no podrán contradecir la versión oficial: “Los tenían como unos animales, tirados en el suelo lleno de sangre. Para ellos, no eran personas con derechos, eran sólo números. Mi hijo estaba todo golpeado, sus brazos quebrados por la tortura, sin dientes. No tenía camiseta, ni zapatos. Vi a otros muchachos desnudos que les faltaban los testículos, otros sin ojos, quemados, con el tiro de gracia… Eso no fue un enfrentamiento. Fue una masacre”.

Los familiares esperaron tres días para recibir los cuerpos. Fueron interrogados por varias autoridades. Nunca recibieron atención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que abrió un expediente y ha guardado celosamente los resultados; ni mucho menos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que antes ni después hizo acto de presencia.

Todos recibieron actas de defunción con datos similares. El enfrentamiento fue oficialmente a las 8 de la mañana, mientras la mayoría de los certificados  firmados por la doctora Verónica Sánchez Sosa, con cédula profesional 3149211, señalan que murieron a las 7 de la mañana del 22 de mayo por “hemorragia profusa” debido a la “penetración de proyectil de arma de fuego” en distintas partes del cuerpo. Ningún familiar de los fallecidos recibió los resultados de las necropsias que supuestamente les practicaron a todos por ley.

Los ataúdes empezaron a llegar como una macabra procesión a este pueblo, en cuyo cinturón de miseria, están ubicadas las colonias Infonavit Cinco, San Juan, Mascota, Cartolandia, Cantaranas, Riveras, Ferrocarril, Lázaro Cárdenas… Durante dos días, una docena de sepultureros, de los dos panteones, vivieron una jornada extenuante: enterraron a 40 hombres, la mayoría de ellos jóvenes, incluso a un menor de 17 años.

Hoy 10 de julio, Doña María ha vuelto a este cementerio porque su nieto cumpliría 20 años. La foto publicada en los medios no sirve para recordarlo, ella prefiere una imagen donde está sonriendo, otra donde se le ve feliz con su novia celebrando el amor y una más que uso para los recuerdos que entregó en la misa con la imagen de San Judas Tadeo.

Los corridos se escuchan en la grabadora. Los muchachos gritan de tristeza. Ella no habla. Saca su vasija con frijoles y hace tacos sin parar. Todos comen, todos lloran.


María Elena Robles Loza, quien crió a “Drako” dedicado a la lucha libre. Foto: Sanjuana Martínez

“LIMPIAR” SUS NOMBRES

A doña María le brilla con el sol su cabello negro azabache. Camina por la calle Libra de la colonia Infonavit Número Cinco y se detiene en una esquina donde los vecinos han colocado un improvisado altar para honrar la memoria de los 42 que han sido bautizados como los “Guerreros de Ocotlán”.

Once de ellos vivían en esta colonia. Fotos, flores, mantas, plegarias, vírgenes, globos, moños negros, santos y un Cristo en la cruz, enmarcan el lugar que además cuenta con una urna para recibir cooperación a fin de conseguir construirles una especie de capilla. Aquí les rezan el rosario, aunque en estos días, en la iglesia San Pedro, el sacerdote Juan Pablo López Ramos les ofrece misas gregorianas ininterrumpidas durante 30 días del mes de julio.

María Elena Robles Loza, de 55 años, tuvo la iniciativa de montar el altar urbano: “Yo tomé este pedazo para hacer el altar, si me meten al bote, pues que me metan. Yo pensaba ponerle aquí como un arquito y vidrio”.

Martín Felipe García Pineda, “Drako”, otro de los jóvenes abatidos, se dedicaba a la lucha libres era y es como su hijo: “Empezamos a pensar en todos ellos, una hija mía pidió prestado y allí les pusimos las primeras veladoras, flores y aquí era una navidad, cerraron las calles y esta era una calle completamente llena de sus amigos… aquí les hicimos su novenario a todos”. El último día del novenario, las vecinas hicieron dos mil tamales con atole y convivieron con la música ranchera que les gustaba a los muchachos.

Ocotlán es la capital del mueble. Hay más de 150 talleres y fabricas, pero los salarios oscilan entre 600 y 800 pesos a la semana: “Me imagino que les ofrecen un cinco más y para salir adelante ellos buscan la forma… yo no sé, mis respetos para ellos, y yo los quiero a todos los quise mucho. Son los Guerreros de la Cinco”.

Comenta que algunos sobrevivientes de los hechos que lograron huir les han contado una versión muy distinta a la oficial: “Dicen que los agarraron dormidos, primero los atropellaron y ya después que los hincaron, que les dieron el tiro de gracia. Fíjese, “Drako”, estaba abajo de una palmera cuando lo entregaron, estaba todo quemado con el brazo casi desprendido, quemaron a seis arriba de una camioneta, dicen que les echaron ácido y otros dicen que con un lanzallamas”, dice al señalar que a “Drako” lo reconocieron sólo por un tatuaje.

Añade: “Fíjese el ‘Ticua’ apenas el viernes cumplió 20 años. Le sacaron  su ojo casi salido y luego toda esta carne de aquí caída, su brazo todo así quebrado, sin dientes, todos sus dientes quebrados ¿Eso qué quiere decir? La tortura. No traía ni una bala, ni un solo balazo traía el muchacho. Lo mataron a pura tortura… a otros como que les dieron aquí y les volaron todo el pedazo de cara”.

Y sigue hablando: “Hay matones a sueldo y les dan una segunda oportunidad. ¿Por qué a ellos no les dieron una segunda oportunidad? Ya los agarraron, ya los tienen, vamos a llevarlos presos, si algo debían… pero con vida. Tanta cosa que les hicieron… A los tres que quedaron vivos ya los llevaban y les decían: ‘Los agarramos como pollitos, hijos de su…’, así les dijeron. ¿Cómo ve? Esas son ejecuciones ¿Enfrentamiento? De este lado eran 50, de ellos, 100… ¿Por qué cayeron mas de este lado que del otro que eran más muchos?, del otro lado no hubo nada de bajas”, dice al señalar que una parte de jóvenes abatidos tenían balazos en la espalda porque les aplicaron la “ley fuga”.

Sobre los policías federales que participaron en el operativo, insiste: “Ellos no son dueños de la vida de los muchachos, el único dueño es Dios. Si los habían agarrado su deber y obligación como gobierno, era meterlos presos, nada más, no tenían por qué ejecutarlos”.

El altar es visitado por los familiares. Y una mujer, la interrumpe: “A mi hermano le dieron tiro de gracia. Los cobardes, son unos cobardes. ¿Qué merecen esos policías? Lo mismo que ellos hicieron. Yo estoy pidiendo justicia para todos”.

Su hermano Rafael Esqueda Valle tenía 35 años, sus hermanas han venido a visitar el altar, viajan en moto, una de ellas con un bebé en brazos: “Fueron muy crueles, los torturaron y luego los ejecutaron. Si hubiera sido un enfrentamiento no hubieran matado a 42 y supuestamente un solo policía”, dice Claudia, al criticar que los cadáveres no estuvieran en un cuarto refrigerado: “El gobierno quería entregar los cuerpos descompuestos para que no viéramos lo que les hicieron. Mi hermano tenía el tiro de gracia. ¿Cómo no lo íbamos a ver?”.

Rafael era vendedor de churros. Tenía esposa y dos hijas. Un vecino, le comentó sobre las oportunidades de trabajo para el mantenimiento del rancho “El Sol”: “Él se fue ilusionado a trabajar, porque aquí ya no salía para la comida con los churros… los torturaron, fue una masacre. Muchas familias no están de acuerdo que haya pasado esto. Son crímenes”.

Dice que esto, fue muy diferente al enfrentamiento entre la Policía Federal y supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación que se registró el pasado 19 de marzo en este mismo pueblo, con saldo de cinco federales, cuatro civiles y dos sicarios muertos: “Eso sí fue un enfrentamiento, pero en este caso no, fue una masacre”.

Indignada pide que se investigue a los policías federales que “torturaron y ejecutaron a los 42”.

“Aquí la justicia vale para pura fregada, como dicen. Todo está vendido”, dice mientras acaricia la foto de su hermano que en la imagen usa sombrero ranchero y está sonriendo.
Y ambas refutan la versión del gobierno de que los 42 eran sicarios del CJNG. Entre los familiares de los fallecidos reconocen que tal vez el dueño del rancho o el patrón, estaban relacionados con ese grupo criminal, e incluso, alguno de los abatidos, pero aclaran que la mayoría de los muchachos eran trabajadores, la mayoría muy pobres. Por eso, ambas exigen “limpiar sus nombres”.

El altar a los 42, fue colocado justo atrás de la zona de tolerancia, muy activa durante la noche. A pesar de los giros negros y la inseguridad, coinciden en señalar que los jóvenes eran los guardianes del barrio y cuidaban las calles para evitar robos.


Claudia, hermana de Rafael Esqueda Valle, quien vendía churros y fue a trabajar al Rancho El Sol. Foto: Sanjuana Martínez






Doña Josefina González, abuela de Carlos “El Chino” García González y Daniel “El Cache” Galván González. Foto: Sanjuana Martínez


GUERREROS DE OCOTLÁN

Hoy, como todos los días desde el 25 de mayo, Angélica Moreno Mejía de 36 años, ha ido colocando las fotos, luego las veladoras y las oraciones que recuerdan a cada uno de los 42 muertos en Tanhuato. Junto a María Elena decidieron construir con cemento el altar.

Y coloca una veladora frente a la foto de su sobrino, Mario Alberto Valencia, alías “El Pelón” quien fue militar y tenía 22 años: “Ellos fueron a limpiar el rancho de zacate, a muchos los llevaron como albañiles, jardineros, carpinteros, plomeros, electricistas… otros eran policías o militares como mi sobrino, pero no hay trabajo, muchos no sabían en lo que andaban”.

Los padres de Juan Enrique Romero Caudillo han venido a traerle flores y globos, porque hoy 14 de julio es su cumpleaños y han colocado una manta con su foto y la imagen de San Judas Tadeo.

“Aquí les traen sus refrescos, jugos, su vino, su tequila, su cerveza. Y aquí es bien aceptado. Mucha gente viene, los vienen a ver les traen sus botellitas, su agua, sus dulces. Aquí todo se deja”.

–¿Cómo ve que les hagan un monumento? ¿Por qué?

–Yo siento que es porque dice el gobierno que fueron delincuentes, yo siento que vale mucho más la vida de esos muchachos. Vamos a decir una cosa. Ellos cuidaban a Ocotlán… me imagino que un delincuente no cuida, al contrario, protegen”.

Añade: “Sí me duelen los muchachos, estaban chicos, eran mis amigos, era como me dolían más como los hicieron. Queremos justicia para ellos, aunque fueran delincuentes, no es justo de matarlos así… Muchos los entregaron selladas las cajas, sin dejarlos que sus familiares los vean… Pero unos las abrieron y les vieron la cara quemada, los quemaron, les mocharon los cuerpos, sus partes… No es justo los torturaron bien feo, les enterraron varillas en el estómago. Está mal eso que hicieron con ellos, es una salvajada. Esperemos en Dios, porque Diosito no se queda con nada y vamos a esperar la mano de él… Les decimos ‘Los Guerreros’, porque siempre pelearon. Para nosotros van a ser ‘Guerreros de Ocotlán’. Vamos a seguir defendiendo a los muchachos”.

Al caer el sol, Angélica va recogiendo las fotos y todos los objetos colocados a su alrededor durante el día por sus familiares y amigos. A la mañana siguiente, los vuelve a colocar. Y así, todos los días, está decidida a seguir montando el altar, hasta que consigan dinero para cerrar la construcción  con cemento y vidrios.

La policía pasa constantemente por el lugar. Desde que sucedió el operativo en el rancho “El Sol” la vigilancia del lugar se ha identificado y los vecinos se quejan de detenciones arbitrarias y de robos de celulares y efectivos por parte de los uniformados.

Los jóvenes siguen en esta esquina como punto de reunión. La mayoría de ellos desempleados, sin posibilidad de ingresar a la universidad. No hay parques, tampoco centros deportivos.

Por la calle Violeta, los moños negros en las puertas identifican los hogares enlutados. Josefina, mejor conocida como Doña Pina, atiende una pequeña tienda de dulces. Tiene la mirada triste y está en pleno duelo por la pérdida de dos nietos: Carlos “El Chino” García González y Daniel “El Cache” Galván González, de 24 y 21 años, respectivamente.

Les ha puesto un altar con San Judas Tadeo y sus fotografías. Todos los días les enciende una veladora y les reza un rosario. Ella los crió como hijos, aunque son de Claudia González, su hija mayor. Extraña sus voces, su presencia, sus abrazos. Llora.

“Anoche no pude dormir, pensando cosas. Se me revela como los torturaron, como sufrieron. Su mamá, Claudia también está muy mal, yo le doy mucho valor porque está en depresión. Yo le digo: ‘No le des tantas vuelta. Nosotros vamos a buscar justicia’. ¿Cómo se va a quedar así esto que hicieron? Fueron crímenes, que paguen los policías asesinos, que los metan a la cárcel. Cuando hay un enfrentamiento mueren de un lado y del otro. Aquí fue masacre”.

Hasta aquí llegó el cortejo fúnebre para entregarle los dos ataúdes. Los veló en esta casa. Durante 12 horas llegaron decenas de amigos y familiares. Las cajas venían selladas: “Fue para que no viéramos lo que les hicieron. Pero algunos abrimos las cajas. Estaban muy destrozados. Uno tenía un tiro de gracia y el otro en la espalda. La esposa de uno de ellos lo reconoció por los dientes porque la cara la tenía reventada y no pudo ver el tatuaje que tenía en la mano. Hubo madres que los conocieron por el pelo, otros por los dientes, porque había muchachos quemados, sabe Dios si los quemaron vivos o muertos. Me dijeron que los agarraron dormidos como a las siete de la mañana”.

Indignada añade: “Todos en Ocotlán estamos enojados. ¿Por qué si fue el gobierno, les dejaron hacer eso a la Policía Federal? ¿Por qué no los detuvieron y los metieron presos?”.

Su hija Sandra González interviene: “Se supone que esa gente está preparada, pero lo que hicieron es propio de delincuentes, torturar y ejecutar a estos muchachos, unos eran menores de edad, niños. Todos pobres, todos trabajadores. Mis sobrinos hablaron diciendo que iban a venir y de repente ya no entraron las llamadas, como que les quitaron los celulares y es cuando ya no supimos nada de ellos”.

A veces, Doña Pina habla de ellos en tiempo presente, luego cuenta como era Carlos: “Era muy noble, le gustaba estar entre nosotras, comiendo. Era muy amistoso con toda la gente y Daniel era más serio, más apartado, pero muy cariñoso. Estudiaron la primaria, luego ya no quisieron ir a la secundaria y como somos muy pobres se pusieron a trabajar de obreros, aunque el trabajo se acabó. Aquí no hay mucho empleo, ni nada qué hacer, por eso hay tanto niño echado a perder”.



Héctor de Jesús Arana Hernández, mejor conocido como “El Ticua”. Foto: Twitter


“EL TICUA”, JARDINERO

La imagen de Héctor de Jesús Arana Hernández, mejor conocido como “El Ticua”, difundida luego del operativo en el rancho “El Sol” ubicado entre Tanhuato y Ecuandureo, no se parece a las fotos que su madre tiene colocadas en un improvisado altar.

Pero esa foto publicada en los medios, redes sociales y en videos, la atormenta cada día. Allí aparece con el rostro desfigurado, sin dientes, con un ojo dañado, con los brazos visiblemente quebrados, ensangrentado. Es una imagen recurrente que se le aparece en pesadillas.

Para su madre, María de Sanjuán Hernández Villa, su hijo tiene un rictus de dolor provocado por la tortura: “No tenía dientes, con el ojo salido. Unos que se libraron, que se escaparon y dicen que mi hijo ya la iba a librar, que se subió a una palmera y lo alcanzaron a ver y que una camioneta blindada lo agarró. Fue el gobierno, empezó a agarrar de dos en dos. Los torturaron, los empezaron a golpear, dicen que a uno le cortaron los testículos a un muchachillo los ojos…”.

A diferencia de otros cuerpos que presentaban impactos de bala en la espalda, su hijo tenía el rostro desfigurado y muy dañado su cuerpo: “Con su brazo todo volteado y esta parte desprendida, mi hijo no tenía balazos…” María de Sanjuán se aferra a la imagen de su hijo en vida, muestra la foto:  “Él tenía su cara bonita, su cara afiladita, nomás quedó todo deforme, sin dientes, sus dientes bien salidos, sí lo torturaron. En la parte del pecho se le ve así como quemado. Y dicen que es de lo mismo que lo arrastró la camioneta”.

Y añade: “Fue una matanza. Estaban dormidos en sus habitaciones, están así con ropa, mi hijo no traía ropa, ni zapatos. Lo torturaron. Sabrá Dios qué tanto les harían, desde a que horas empezarían a hacerles eso a los pobres… Que se haga justicia con lo que hicieron con ellos. Yo tenía un video, pero ya no está, en esa imagen se veía bien clarito las placas de los policías que andaban ese día”.

Dice que nunca habló con funcionarios de la CNDH ni la CEAV, que ninguna de las dos instituciones de atención a víctimas les hizo caso: “Aquí no ha venido. Supuestamente andan diciendo que quitaran los moños de las casas, que porque iban a venir a investigar a los familiares. Dije yo, pues de tontos vienen”.

Indignada insiste en que su hijo andaba trabajando en el rancho: “Él era noble, no era grosero con la gente, era muy tranquilo. Trabajaba en un vivero y ya después de allí se salió… luego ya no supe, porque él estaba con mi mamá. Tenía como tres meses que no lo veía”.

Tiene cinco hijos más de diferentes padres y se lamenta el poco respeto que le han dado a su dolor: “La gente dice que bueno que murieron así porque eso se merecían. Yo digo que no, tampoco eso está bien. Hayan lo que hayan sido no merecían eso. Si ya los tenían rodeados para qué, pues mejor llevárselos. Si no querían que estuvieran en malos pasos pues encarcelarlos, para qué hacerles eso…. La gente me dice ni lo quería para que lloras. Pero la gente qué sabe. No se crió conmigo, pero pues sí me duele”.

María de Sanjuán llora y sigue llorando, intenta encontrar consuelo, pero no logra comprender la razón por la cuál un operativo gubernamental de seguridad terminó con la “ejecución” de 42 jóvenes.

El general Enrique Galindo, Comisionado de la Policía Federal, ha insistido en señalar que se trato de un enfrentamiento con integrantes del crimen organizado y no una ejecución: “Definitivamente no tenemos ninguna aproximación a lo que haya sucedido en Tlatlaya. Aquí hubo un enfrentamiento demostrado… no hay ninguna ejecución después del enfrentamiento”.

Pero los testimonios de los familiares que revisaron los cadáveres de los jóvenes señalan otra cosa. Todos coinciden en afirmar que se trató de una masacre y explican que los cuerpos tenían huellas de tortura. Para la abuela que crió a Héctor de Jesús Arana Hernández “El Ticua” fue definitivamente una “carnicería”.

Vive en extrema pobreza en una casa de renta en la colonia San Juan. La ropa y las cosas de su nieto siguen intactas. Abre los cajones y saca un cobertor que tiene en una bolsa guardado, camisetas, tenis, fotos y otros objetos. Llora. Dice que no los quiere reglar porque son de él. Y muestra su altar.

Cada día le coloca un vaso de agua frente a su fotografía, un vaso que, dice, a veces se cae solo y que aparece con menos agua: “Siento su presencia, yo se que él no ha descansado y espera justicia”.

“Mi nieto estaba bien martirizado con sus brazos bien torturados, su boca sin dientes y su ojo brotado. Estaba sin camisa, con su puro pantalón, descalzo y como quemado uno de sus brazos”, dice sin poder continuar por el llanto. Se repone y continúa.

“Me enseñaron un periódico donde salía su foto. Trabajaba en el vivero, fue a trabajar en el rancho para arreglar el jardín. Él era muy bueno. Trabajó desde muy chiquillo, todos lo querían bien mucho”.

Comenta que en el cementerio un vigilante les dijo que se escuchaban gritos, llantos de los muchachos y que por favor les hicieran misas para buscar su descanso.

“Enfrentamiento no fue, qué casualidad que todos muertos, 42 personas y todos al igual como mi nieto, todos martirizados, todos torturados, aunque lo digan así, esto fue una masacre”.


Foto del “El Ticua” y algunos recuerdos, tenía entonces 19 años. Foto: Sanjuana Martínez



María de Sanjuán Hernández Villa, madre de Héctor de Jesús Arana Hernández, “El Ticua”. Foto: Sanjuana Martínez


(SIN EMBARGO.MX/ Sanjuana Martínez /agosto 3, 2015 - 00:00h)