En
menos de un mes, Jalisco ha sido escenario de emboscadas y enfrentamientos
entre elementos de la policía federal y estatal contra supuestos integrantes
del cártel Jalisco Nueva Generación, que han dejado 31 muertos entre los que se
encuentran policías, delincuentes y civiles.
Mientas
la Fiscalía General de Jalisco califica a estos enfrentamientos como una
“acción reactiva de la delincuencia organizada” por la muerte de Heriberto
Acevedo Cárdenas El Gringo, uno de los líderes de Nueva Generación, para el
académico Guillermo Zepeda Lecuona representan un desafio de ese cártel hacia
las autoridades para manifestar fuerza y poder hacia el estado.
“Es
un desafío que tiene que perseguirse, buscar que no quede impune y darle más
golpes para desarticular la capacidad de violencia y de operación del cártel
Jalisco Nueva Generación”, comentó el académico del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
El
cártel que ahora controla Jalisco, se conformó con la salida de algunos
miembros del cártel del Pacífico; en la lucha por la zona del bajío, la célula
enfrentó a Los Caballeros Templarios y a los Zetas, organizaciones criminales
que poco a poco han sido desarticuladas por el gobierno federal, explica
Zepeda.
Las
acciones del crimen organizado iniciaron el 19 de marzo en el municipio de
Ocotlán, Jalisco, una emboscada dejó cinco integrantes de la gendarmería
federal, tres delincuentes y tres civiles muertos. Días después, el 23 de
marzo, Heriberto Acevedo, fue abatido por policías municipales en el pueblo de
Zacoalco de Torres.
Tras
la muerte de El Gringo, se registraron una serie de acciones reactivas por
parte de la cédula delictiva, como el atentado al Comisionado de Seguridad del
estado, Alejandro Solorio Aréchiga, del que salió ileso y la muerte de 15
policías emboscados en la carretera Mascota-Palmas.
Además,
el director de la policía municipal de Zoacalco de Torres ─misma localidad en la que muriera El
Gringo─, Miguel Ángel Caicedo Vargas, fue
asesinado por integrantes del Cártel, el
cuerpo presentaba signos de tortura y una cartulina con amenazas.
Zepeda
explica que las células locales amedrentan “a los que intentan adueñarse del
territorio e incluso (proliferan) una cauda de delitos alrededor del trasiego
de la droga; ya no solamente se pasa la droga, sino también se extorsiona a los
comerciantes, se vincula con giros negros para el lavado de dinero, se
secuestra” y se cometen robos.
El
especialista explica que esta es la dinámica de Jalisco Nueva Generación, hacer
que los enfrentamientos pasen sean “calle por calle” para la obtención de
alguna plaza; de esta manera, cuando atrapan a un integrante de la
organización, otros miembros reaccionan ante el hecho.
El
cártel de Jalisco Nueva Generación controla el narcomenudeo de las zonas de
Guadalajara y Puerto Vallarta, áreas con mayor productividad económica del
estado, detala a CNNMéxico el académico.
PATRULLAJES ¿ESTRATEGIA FALLIDA?
En
cuanto a la estrategia de seguridad que se monta en el estado, en la cual los
elementos policiacos hacen una serie de patrullajes en las localidades, el
académico aseguró que su presencia es necesaria, sin embargo, esto debe
acompañarse por actos de inteligencia e investigación para desarticular a los
criminales.
“Que
el Ejército o la policía patrulle como (estrategia) al combate al crimen
organizado no es efectivo, no es como si los bomberos salieran a buscar
incendios.
“La
presencia (de las patrullas y policías) es buena porque lo requiere la
población” mencionó Zepeda. En ese contexto, las emboscadas que sufrieron las
fuerzas locales y federales se dieron a raíz de un patrullaje por diferentes
zonas.
Además,
agregó que los policías deben de estar “documentando y analizando la
información” durante los patrullajes para crear una red de inteligencia.
Las
autoridades locales fortalecer la inteligencia policial para atacar con mayor
precisión y con “mira aguda” a los líderes del crimen organizado, recomienda
Guillermo Zepeda.
(CNNMexico.com)
(RIODOCE/ REDACCION/ 9 ABRIL, 2015)