Con
saldo de más de 17,000 muertos y pegándole a los 1,500 secuestros –el
más alto en la historia-- en lo que va del sexenio de Enrique Peña
Nieto, los resultados del retorno del PRI a Los Pinos no parecen nada
halagüeños y en el balance tenemos la existencia de un Estado débil.
Frente
a las altas expectativas que su gobierno levantó se quedó corto en
lograr la deseada justicia y seguridad al mismo tiempo, que eran sus
principales tareas. Y si antes, en el calderonismo debido al poder que
acumuló Genaro García Luna su secretario de Seguridad Pública Federal y
Marisela Morales titular de la PGR la policía controlaba al poder
político, ahora la política está por encima de la policía, pues durante
la administración del PAN la estrategia de seguridad se basaba en pura
represión y actualmente se empezó a darle importancia a la prevención y
uno de los principales retos de Peña Nieto es implementar el sistema de
justicia penal oral y adversarial, según sostiene Samuel González Ruiz,
extitular de la SIEDO.
El momento mexicano
Con
muchos fierros en la lumbre aún está por verse si fue buena la
estrategia de la triada gobernante formada por Enrique Peña Nieto,
Miguel Angel Osorio Chong y Luis Videgaray, cuando tenemos un país con
graves problemas y debilidades estructurales y se decía que México no
crecía y no avanzaba porque no se hacían las reformas estructurales
correctas, por lo cual el gobierno elevó las expectativas y ofreció
mejorar las instituciones, el sistema de impartición de justicia,
generar inversiones, etc. en un momento en el que la nación se ahogaba
en una herencia de violencia, falta de institucionalidad, carencia de
crecimiento, de competencia, de productividad y de eficacia.
Frente
a tales retos, hay un desencanto creciente en la operación y
administración del gobierno, pues según el analista Jorge Castañeda, se
toman las decisiones muy lento y en forma centralizada, al estar
concentradas en el Presidente, el Secretario de Hacienda o en la Oficina
de la Presidencia, en algo que empieza a llamarse el estilo personal de
gobernar de Peña Nieto.
Al
cierre del año se verá si es mediocre el desempeño, pues a como se ve,
todo pende de la reforma energética, la cual según el discurso oficial,
habrá de poner las bases para el desarrollo, lo que está en duda cuando
en el país los gobiernos locales se debaten en graves problemas y ante
el debilitamiento del Estado empiezan a surgir los grupos de autodefensa
por doquier y en La Cholla en Hermosillo debido al vandalismo que nadie
para, los vecinos están pensando formar su propia guardia comunitaria,
ese tipo de autogestión para proveerse seguridad que la tribu yaqui
practica desde tiempos inmemoriales y que se conoce como guardia
tradicional.
Si
para estas alturas, el Pacto por México afirman los observadores, ya
cumplió como “encuentro de concordia” sus objetivos, pues las reformas
que requerían mayoría calificada en el Congreso ya salieron y restan
algunas que no las requieren, la reforma energética traerá consigo el
fin de esa alianza de las cúpulas partidistas, pues dicho instrumento no
habrá de resistir las elecciones de los liderazgos en el PAN y el PRD.
Aunque
a Peña aún le faltan las reformas de seguridad y la económica, el saldo
de las reformas ya aprobada se dará a mediano y largo plazo, y en el
caso de la educativa sus resultados se van a ver hasta varias
generaciones después. Otras reformas como la fiscal cuya meta es llevar
dinero al gobierno que irritó por impopular a importantes sectores
sociales verá resultados el año entrante, la de telecomunicaciones que
habrá de impactar en la competencia, la financiera y la de
transparencia son fundamentales y algunas de ellas están a la espera de
las leyes secundarias, mientras la madre de todas las reformas, es decir
la energética, quedó asociada a la política, la cual ha sido muy
negociada y el PAN metió mucha presión para sacarla adelante en la
búsqueda de restarle poder al presidente y ponerle minas al PRI y en
ella han incluido temas como la reelección de alcaldes y diputados, las
candidaturas independientes, la creación de un Consejo Nacional de
Elecciones para sustituir al IFE y desaparecer a los Consejos Estatales,
entre otras, algunas cuestionadas por falta de ética o porque entrañan
en el fondo beneficios personales o la búsqueda de control de las
dirigencias partidistas sobre sus bancadas y la militancia. La laboral
no trajo consigo la lluvia de empleos que los reformistas de todos los
colores prometieron.
En ese contexto en que el “mexican moment” no anda nada bien el segundo año de gobierno de Peña iniciará con bajas expectativas.
Las maniobras de Los Chuchos
El
anuncio de Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional el PRD y Chucho
mayor de la Nueva Izquierda –esa, que en Guaymas, con la facción de
Margarito Santiago, Oliver Flores Bareño, Eva Languré y otros, antes
identificada como “Los Diablos”, se ha mostrado muy colaboracionista con
los gobiernos del PAN a grado tal de haber apoyado en 2012 la fracasada
candidatura de Manuel Aguilar y que actualmente beben de la ubre del
Nuevo Sonora, mientras la del profe José Guzmán y Clemente Rodríguez,
se mantiene atrincherada en el partido y entre ambas tribus chuchas se
pronostica un agarrón por la presidencia local— de salirse del Pacto por
México, luego de haber aprobado sin recato reformas regresivas como la
educativa, llama la atención por el cinismo desplegado por El
Tragabalas, quien acusa al PAN y al PRI de “arreglos tras bambalinas”
para sacar las reformas energética y política, sin posibilidad de llevar
el referéndum propuesto para la consulta respecto de la primera a falta
de normas secundarias y con el disimulo de Beltrones.
Sumados
desde su inicio al instrumento legitimador del nuevo gobierno al margen
de las Cámaras, en lo interno buscaron modificar las normas perredistas
para permitir la reelección de dirigentes, so pretexto de que el líder
moral del solazteca Cuauhtémoc Cárdenas, volviera a ocupar la
presidencia nacional. Sin embargo la intentona tiene jiribilla, tal como
lo desmenuzó Martín Velez de la Rocha en su columna publicada en el
portal de Oscar Castro Dossier Político cabeceada “Gambito Cárdenas” en
donde anota: “Los Chuchos perredistas, que
suelen ser muy chuchos, en estos días están aventándose lo que pudiera
considerarse una jugada de gambito, al ofrecer la presidencia del PRD a
Cuauhtémoc Cárdenas. Saben que temporalmente sacrificarían la
presidencia del partido que forma parte del patrimonio chucho; pero a
cambio de ello obtendrían ganancias futuras nada despreciables. Veamos.
Primero
lo primero, al reformar los estatutos para permitir la reelección de
quienes ya fueron presidentes del partido, los chuchos no sólo le abren
la puerta a Cárdenas: se la abren ellos mismos. Con el prestigio que aún
le queda a Cárdenas pretenden abrir el cerrojo de los estatutos; pero
una vez abierto, atrás vienen los gandallas: Chucho Ortega, Chucho
Zambrano, Cucho Acosta; Chucho Navarrete puede esperar, al cabo él puede
seguir cantando rancheras.
Segundo
lo segundo. En las próximas elecciones federales los Chuchos de
Beltrones no competirán contra el PRI o el PAN. Competirán contra
MORENA, la fuerza político electoral de López Obrador, que para
entonces, si el IFE de Beltrones no dispone otra cosa, tendrá registro
de partido político. Competirán PRD y Morena por el electorado que
normalmente vota izquierda, que de manera inercial, en muchos casos, ha
seguido votando PRD. Muchos ya no lo harán así, pues frente al
desprestigio de los chuchos se alzará la opción electoral
lopezobradorista, cuyo arrastre social no ha dejado de sentirse.
Al
tanto de su desprestigio, los Chuchos ofrecen la presidencia del PRD a
Cárdenas. Así, podrán sacrificar temporalmente la presidencia del
partido que les pertenece; pero el prestigio que le queda a Cárdenas
servirá para librar de mejor manera la batalla electoral venidera,
contra López Obrador.
En
el ajedrez político electoral actual, Cuauhtémoc Cárdenas entra en
funciones como peón sacrificable. Sería el Cid Campeador chucho, contra
los moros pejistas. Con independencia de si el propio Cuauhtémoc
Cárdenas acepta o no el movimiento de gambito chucho, éstos, los
Chuchos, pasearán a su Cid hasta el 2015, no sobre Babieca, sino sobre
el cada vez más famélico rocinante perredista”.
Hasta ahí el análisis de Martín.
Golpeteo político
En
un extraño impasse entraron los sonados casos de José Sánchez Carrasco,
el jornalero muerto a las puertas del Semeson, lo que puso en evidencia
a los servicios médicos de ese nosocomio y el suicidio en las celdas de
arraigo de la PEI de María de los Angeles Llamas Coronado, conocida en
vida como La China, a la espera de los resultados de la exhumación
ordenada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Ambas
tragedias en su momento sirvieron para alimentar señalamientos en
contra del gobierno del Nuevo Sonora y para de paso cuestionar el
desempeño de instituciones como la Secretaría de Salud estatal y la
Procuraduría de Carlos Navarro Sugich.
En
el de la privación ilegal de la libertad y embichada a Omar Núñez
Caravantes, se rumora la injerencia de funcionarios municipales y se
habla de que en el adiós al Chapo Gaxiola –cuyo vacío no ha podido
llenar ningún allegado al germano-- por rumbos de Potam estuvieron
presentes el propio alcalde Otto Claussen Iberri, el comisario de la
policía municipal Francisco Vidaurrázaga Soto El Colorado y el jefe de
tránsito Javier Velderraín Paredes. Dicen que la despedida hubo de todo,
emotividad, lágrimas al por mayor y los mejores deseos de volver
pronto por sus fueros una vez que se enfríe la cosa. ¡Ni dios lo
quiera!
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna la Viña del Señor/ Jueves, 05 de Diciembre de 2013 12:07)