domingo, 12 de mayo de 2013

NI 50 INSPECTORES PARA 65 MIL GIROS MERCANTILES


En uno de esos lugares, The Palace Club, mataron a Malcolm Shabazz, nieto del activista negro Malcom X. El tugurio, sin salidas de emergencia, tenía múltiples denuncias, como lo publicó MILENIO el 7 de julio de 2011.


México • El antro The Palace Club está en el número 32 de Eje Central. Es el lugar donde la madrugada del pasado jueves presuntamente fue asesinado Malcolm Latif Shabazz, de 29 años, nieto del mítico activista negro Malcom X. El centro nocturno ya había sido denunciado, debido a una serie de irregularidades, por los propietarios de una escuela de baile, ubicada en el mismo edificio, en la gestión del anterior delegado en Cuauhtémoc, Agustín Torres.

El encargado de la escuela, Rodolfo Rodríguez García, quien en 2011 tenía 83 años, se había quejado incluso en las comisiones de derechos humanos capitalina y nacional, así como en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, pues recibió amenazas del dueño del “burdel”, como lo denominó en aquella ocasión, pero de nada sirvió; en la delegación Cuauhtémoc, a la que recurrió cinco veces, un funcionario le repitió una frase que duró grabada en su memoria:

—El sol sale para todos.

La Comisión de Derechos Humanos local, mientras tanto, le respondió que el problema no era de su competencia, “en virtud de tratarse de un asunto entre particulares”.

***
Brotaron en forma repentina alrededor del Monumento a la Revolución, donde expenden comida y bebidas alcohólicas; pero son cervezas lo que más se consume en esos locales —algunos con nombres de taquerías—, sobre todo entre la joven clientela, que asiste desde temprano, como también pasa en otras zonas del Distrito Federal.

La Cuauhtémoc es una de las principales demarcaciones en la que más prolifera ese tipo de negocios; y para ejemplificar la magnitud del fenómeno, las propias autoridades delegacionales aseguran que tan solo en dos colonias, Roma y Condesa, se concentra una cantidad más grande que en dos entidades de la República.

Algunos de estos establecimientos, con mesas sobre las banquetas, tienen como clientes habituales a estudiantes de escuelas preparatorias vecinas y de instituciones de educación superior aledañas. Desde la mañana se atiborran.

Los jóvenes conviven en esos lugares, ya sea antes o después de salir de clases, durante el mediodía y por la tarde, pero a nadie de ellos, como se observa, se les pide credencial de elector, pues los dependientes dan por hecho que son adultos.

Esos negocios, a decir de información oficial, forman parte de un número que va de los 60 a 65 mil giros mercantiles con características similares en la delegación Cuauhtémoc, cuya demarcación, de 531 mil residentes y más cinco millones de población ‘flotante’, apenas cuenta con poco menos de 50 inspectores para verificar esa cantidad de establecimientos.

***

La vigilancia se lleva a cabo entre autoridades de Cuauhtémoc y el Instituto de Verificación Administrativa, informa Eduardo Lima Gómez, director Jurídico y de Gobierno de esa delegación, quien precisa que, según el anterior censo, eran 35 mil establecimientos, pero un nuevo conteo calcula un número mucho mayor.

“Dentro de éstos, desde luego, encontramos tiendas, bares, restaurantes y centros nocturnos”, precisa el funcionario, quien dice que, nada más para dar una dimensión del fenómeno, solo en el corredor Roma-Condesa, el número de restaurantes y bares es superior a los establecidos en los estados de Nuevo León y Jalisco.

La delegación Cuauhtémoc tiene que revisar más establecimientos que dichas entidades, pero tiene poco menos de 50 inspectores. “Esto no es ninguna justificación”, aclara el funcionario, “nada más valdría la pena poner contexto al gran número de establecimientos que nos enfrentamos”.

—¿Y los del Monumento a la Revolución?

—En el caso de los que encontramos ahí y las calles aledañas, como Insurgentes y Sadi Carnot, ya hemos entrado en verificaciones; al menos en cinco lugares que estaban generando problemas, en cuatro de ellos se determinó la clausura. La mayoría, después de un procedimiento, subsanan las irregularidades y vuelven a abrir. Es una labor constante de que estén en orden. No hay una omisión porque tenemos acreditada la existencia de procedimientos en ese lugar.

—Hay escuelas alrededor —se le comenta.

—Está la Universidad del Valle de México…

—Una del INBA, una preparatoria particular…

—Claro, claro. Es un tema sensible. Sí hemos estado realizando acciones de control. La ley de establecimientos mercantiles señala que se debe procurar que esos establecimientos donde se vende bebida alcohólica estén a un rango mayor a los 300 metros de los lugares donde se encuentre una institución de educación básica que, dentro de las reformas constitucionales, pudiera ser hasta la preparatoria. En caso de la universidad no aplica porque la mayoría de ellos son mayores de edad.

—También hay una prepa particular.

—Tendremos que revisar si lo tenemos en el rango de los 300 metros. Pero de que se ha actuado, se ha actuado. Si supiera cuántos verificadores tenemos adscritos: ni 50.

—¿Y por qué tan poquitos?

—Muchas veces las cuestiones presupuestales nos rebasan. Qué más quisiéramos nosotros: tener muchísimo más personal, pero la verdad es que la propia capacidad del gobierno no nos ha permitido tener un grado mayor de personal.

—Lo que aquí sorprende es que los jóvenes están desde muy temprano en las cantinas. Sorprende mucho.

—Por la noche es cuando hay quejas; en la mañana, la regulación no es tan estricta. Hay una cuenta de twitter del delegado. Al día de hoy, el cien por ciento de las quejas vecinales, se lo puedo asegurar, se han resuelto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario