jueves, 4 de abril de 2013

LLAMAN RIBEREÑOS “OPORTUNISTAS” A EMPRESARIOS PESQUEROS



Águeda Barojas Ontiveros
Como oportunistas calificaron los pescadores ribereños de Guaymas a empresarios pesqueros que hoy que ven la mesa servida quieren ingresar a la pesquería de la aguamala.

Como se informó en su momento a través de elportaldelanoticia.com, los empresarios pesqueros pretenden instalar en altamar barcos nodrizas para la recepción de la aguamala.

Por lo anterior y a uno días de iniciar la captura de la especie, los pescadores ribereños enviaron a  Mario Aguilar Sánchez,  Titular de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, un documento en el que le piden no autorizar la operación de eso barcos.
En el documento firmado por representante de varia cooperativas pesqueras los ribereños aseguran que los empresarios ahora se quieren quedar con la mejor tajada del pastel.

“Esos que de manera reciente pretenden incorporarse a la actividad de la aguamala, no han batallado ni se han entregado de la misma forma que la mayor parte de las cooperativas ribereñas, quienes nos hemos esforzado por cumplir con las aportaciones del 5% de nuestros ingresos por venta de esa especie durante las fases de la autorización de los permisos de pesca de fomento (ellos nunca pagaron esto, porque se les pretende otorgar directamente permisos comerciales sin haber pasado por la fase de fomento)”, establecieron.

Hoy que ya está la mesa servida,  estos oportunistas intentan ingresar a una actividad que no les ha costado, ni económicamente, ni la misma entrega ni esfuerzo, pero pretenden utilizar embarcaciones mayores a manera de nodrizas para captar la mayor tajada del pastel de la producción de aguamala disponible.

Los ribereños aseguraron al comisionado de Pesca que esta situación les preocupa mucho toda vez que serán una competencia desleal.

“Si esto que está fuera de la norma ocurre no será posible controlar la entrega de producción por parte de las embarcaciones menores; es decir, mar adentro, las embarcaciones nodriza podrían recibir la producción de aguamala, no solamente de quien contratara dichas embarcaciones nodriza, sino de todo aquel que se acercara a venderles, acción conocida como guaterismo y en la que todos estarían violando flagrantemente las disposiciones legales en vigor.

Por supuesto que esto significa un incremento soterrado del esfuerzo pesquero, toda vez que la embarcación mayor, con o sin permiso para la captura de aguamala, posibilita la entrega sin control de la producción de las embarcaciones menores, en una mecánica que comprende un proceso de llenado de la panga, subida al barco, otra llenada, subida al barco y así hasta el cansancio; a ello debemos agregar en esta consideración, que tanto embarcaciones menores como el barco nodriza están directamente encima de la “mancha” de aguamala, sirviéndose con la cuchara grande y convirtiéndose en instrumento de mayor acopio que seguramente le ganará el mandado a los pescadores ribereños, que solo quedarán con la frustración de las migajas que les dejen los “gandallas” de la película.

Independientemente de las afectaciones a los legítimos derechos de los pescadores ribereños, y bajo las premisas de un análisis en términos de las normas aplicables, consideramos inviable la presunta autorización de embarcaciones nodriza en la captura de aguamala por las siguientes razones:

El artículo 3º de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, en su fracción XXVII, claramente define como pesca al “acto de extraer, capturar o recolectar, por cualquier método o procedimiento, especies biológicas o elementos biogénicos, cuyo medio de vida total, parcial o temporal, sea el agua;”.

En tal virtud, las embarcaciones nodriza estarían literalmente recolectando los ejemplares de la medusa conocida como “bola de cañón”, a través de un procedimiento que media la utilización de las embarcaciones menores, sus tripulantes y las artes de pesca de éstos; por lo tanto, de manera indubitable, clara y contundentemente, estarían realizando jurídicamente un “acto de pesca”.

Ahora bien, si alguien pretende realizar actos de pesca con objeto de obtener una renta por tal actividad, y en concordancia con lo estipulado en la fracción XXVIII del citado artículo 3º de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, dichos actos caerían en la tipificación de “pesca comercial”, mismos actos que la propia Ley en su artículo 41, expresamente señala que para ser autorizados requieren de un permiso.

Sin embargo, en pleno apego a lo expuesto en el artículo 32 de la multicitada Ley, en…“la resolución de solicitudes de concesiones y permisos para la realización de actividades pesqueras y acuícolas”…, la Carta Nacional Pesquera tiene un carácter vinculante para la autoridad administradora de los recursos.

Pues bien, resulta  que dicho instrumento señala con absoluta claridad en el apartado correspondiente a la Unidad de Pesca de la especie “bola de cañón”(página 37 del Diario Oficial de la Federación, publicada el 24 de agosto de 2012), que dicha unidad estará conformada por…”embarcación menor con motor fuera de borda, con eslora menor a 10 m. con tres pescadores a bordo”…, agregando la red de cuchara como el arte de pesca; en ningún momento se expresa que formarán parte de la “Unidad de pesca” las embarcaciones nodriza.

Y por si lo anterior no fuera suficiente, en la misma Carta Nacional Pesquera, en el apartado correspondiente a las Medidas de manejo, puntualmente se expresa que… “Se recomienda un control de esfuerzo a través de permisos de pesca comercial, que autorice la operación de embarcaciones menores únicamente en Sonora”.

Por tanto, la pretendida autorización de embarcaciones nodriza, además de improcedente, seguramente significará sembrar un total desorden al complicado panorama de la producción pesquera, por lo que estamos confiados, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca a su muy digno cargo, habrá de tomar cartas en el asunto y no permitirá bajo ningún concepto la presunta autorización a la que hacemos referencia, so pena de sumarse al caos y la ilegalidad, en detrimento de los permisionarios y cooperativas autorizadas.

Como es de Usted sobradamente conocido, la situación del pescador ribereño es de las más difíciles que nos ha tocado sortear en Sonora, por los bajos precios y la escasa producción de camarón, aunado a la ausencia de calamar desde hace varios años y la escasa producción de jaiba y otras especies.

Esta situación propicia un caldo de cultivo para un estallido social en el sector pesquero ribereño, mismo que no deseamos en lo absoluto. Por ello, responsabilizamos desde ahora a quienes pretenden utilizar barcos nodriza, con la presunta complicidad de algunas autoridades, por el potencial conflicto social que se genere con tal acción reprobable.

Por si esto fuera poco, a lo expuesto líneas atrás habrá que sumar el comportamiento depredador de la flota sardinera, misma que está afectando, además de especies no autorizadas para ellos, a las poblaciones de aguamala que son la esperanza del pescador ribereños por estos días.

Por ello nos preocupa que, a la de por sí ya complicada situación que enfrenta el pescador ribereño, se le agregue el desorden y la ilegalidad con la pretendida autorización de las embarcaciones nodriza.

Finalmente, agradecemos a Usted nuevamente y de manera anticipada por la atención que se sirva otorgar a la presente, y permítanos reiterarle nuestro reconocimiento y apoyo a su gestión, quedando atentos a su amable respuesta ante lo aquí expuesto, dice el documento que enviaron  al funcionario federal.

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Águeda Barojas Ontiveros/ Miércoles, 03 de Abril de 2013 20:15)

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