lunes, 18 de febrero de 2013

EL FALLIDO CRIMEN DE "LOS BEBOS" EN LA PAZ, BCS



Atacan a tiros a sobrinos del ex alcalde paceño Víctor Manuel Castro Cosío

Las víctimas de la balacera del 11 de febrero, de nombres Ramón Antonio Castro Castro “El Perro” y Carlos Alejandro Castro Castro “El Bebo”, cuentan con antecedentes penales por delitos del fuero común

Investigaciones ZETA
En el intento de asesinato de los sobrinos del ex alcalde de La Paz y ex diputado federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Víctor Manuel Castro Cosío, ocurrido el 11 de febrero en La Paz, los investigadores de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur, resaltaron cuatro hechos:

1.- El intento de homicidio tiene el sello del crimen organizado; fue utilizada una pistola 9 mm para uso exclusivo de los cuerpos policiacos y de las fuerzas armadas.

2.- No se trata de profesionales, las víctimas lograron escapar de manera rápida, y sin contratiempo, en medio de una persecución por 15 cuadras. Finalmente, los presuntos responsables de la agresión abortaron la operación cuando fue activado el Código Rojo.

3.- En su intento por consumar el homicidio los pistoleros dispararon en algunas de ocasiones para amedrentar a sus víctimas y obligarlos a detener la marcha de su vehículo; una de las balas impactó el cristal trasero de la unidad automotriz.

4.-Reconocieron que la fuga de los presuntos responsables de la balacera,  quienes utilizaron dos vehículos en la operación, puso en evidencia la poca capacidad de reacción y la descoordinación de los cuerpos policiacos.

La del lunes fue una balacera inédita en la historia reciente, porque –según el dictamen de la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), y en base a cartuchos encontrados— los pistoleros hicieron disparos a un costado de una escuela y de un centro de salud, donde en ese momento, había muchas personas en la escena, fue levantada una ojiva de bala calibre 9 mm la cual entró por uno de los ventanales de la unidad médica.

Las víctimas de esta agresión, Ramón Antonio Castro Castro “El Perro” y Carlos Alejandro Castro Castro “El Bebo”, cuentan con antecedentes penales por delitos del fuero común. Según expedientes de la PGJE, “El Perro” fue detenido el 19 de enero del 2009, acusado del delito de robo. “El Bebo” fue capturado el 4 de enero del 2010 por el robo de un rifle R-15, propiedad de la Policía Ministerial del Estado.

El 21 de octubre del 2011, Carlos Alejandro Castro Castro fue absuelto por el crimen del joven abogado Jonathan Hernández Ascencio, ocurrido el 4 de marzo del 2010 en el bar “Las Micheladas” de La Paz.

Las primeras indagatorias de este crimen fallido, bajo el número de averiguación previa LPZ/53/AMP3/2013, apuntan a un ajuste de cuentas perpetrado particularmente en contra de Ramón Antonio Castro Castro “El Perro”, por las siguientes hipótesis que se siguen en las primeras líneas de investigación:

1.- La víctima descubrió el plan para levantarlo, y en su intento de huir, sobrevino la agresión armada en su contra y la de su hermano.

2.- La víctima –según algunas líneas de investigación— está relacionada con células del crimen organizado que durante los últimos meses fueron ejecutados, particularmente con Zeferino Félix Beltrán y Jorge Luis Arellano Cárdenas, asesinados el 10 de mayo y el 10 de octubre del 2012 en el restaurante “El Bismarkcito” y en la carretera de La Paz a Los Planes, respectivamente.

Los investigadores de la PGJE  expusieron que el de Ramón Antonio Castro Castro “El Perro”, es un caso de la ola de levantones que durante los últimos meses se han registrado principalmente en La Paz, y donde el crimen organizado –según su versión— “pareciera estar alineando a los narcomenudistas.

El alineamiento –de acuerdo a investigadores– comenzó después de la ejecución del ex jefe de la plaza de La Paz, Héctor Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” o “El H”, ocurrida el 15 de agosto del 2012 en el rancho “Cuatro Corrales” de la comunidad de San Luis Gonzaga en Comondú.

Perpetrado el crimen, comenzaron a registrarse levantones.

La lista se detalla a continuación.

1.- El 10 de septiembre del 2012 fue levantado Héctor Manuel Diarte Aguilar “El Cleto”, cerca de las 4:15 de la tarde por cinco sujetos armados con tres rifles de asalto y dos pistolas en el patio de su casa de las calles Villa Camila y Villa Natalia en la colonia Villas del Encanto de La Paz. Al momento del levantón, vestía playera roja, pantalón de mezclilla color azul marino y tenis blancos con franjas azules.

2.- El 24 de diciembre del 2012 fue levantado Inguin Joel Bautista Hamburgo “El Hamburgo”, cuando circulaba a bordo de un vehículo de color verde, marca Toyota, tipo Corolla y año 1993. La unidad apareció –cuatro días después— completamente calcinada en el kilómetro 160 del tramo carretero de La Paz a El Triunfo. Al momento del levantón, vestía pantalón de mezclilla de color azul, camisa tipo polo de color verde con figuras y tenis color blanco. El caso quedó registrado bajo el número de averiguación previa LPZ/804/AMP5/2012.

3.- El 11 de enero pasado fue levantado Omar Cabrera Valencia “El Chino”, cuando fue citado por un narcomenudista a la tienda “Ley” de la colonia Miramar de La Paz; había recibido amenazas telefónicas. Al momento de ser levantado, vestía pantalón de mezclilla de color azul marino, camisa color guinda marca Hollister, tenis blancos y gorra negra. El caso quedó registrado bajo el número de averiguación previa LPZ/024/AMP7/2013.

4.- El 10 de febrero pasado fueron levantados Roberto Daniel López Losa “El Pájaro”, José “El Choche” y Facio “El Niño”, cerca de las 7:45 de la noche, cuando circulaban sobre las calles de Oaxaca y Josefa Ortiz de Domínguez de La Paz. Los tres fueron interceptados por un vehículo color gris, marca Toyota, línea Cambry y modelo 1990 y dos de los tres sujetos fueron subidos a la fuerza.

Según un parte informativo de la Policía Municipal de La Paz, “El Pájaro” fue el único que intentó escapar cuando fueron interceptados, pero en la corretiza fue atropellado por la unidad, en la cual iban cuatro personas a bordo. Herido e inmóvil quedó tendido en el piso hasta que llegó la Cruz Roja y fue trasladado al Hospital General “Juan María de Salvatierra”.

Los otros dos “El Choche” y “El Niño”, fueron entonces levantados y aparecieron hasta un día después brutalmente torturados e incluso con heridas de navaja en algunas partes de su cuerpo.

Los agredidos se negaron a interponer denuncia penal contra los presuntos responsables y tampoco quisieron hablar de lo sucedido, por lo que solo quedó registrado en calidad de “reporte”, sin embargo, según datos de investigadores de la PGJE, los tres agredidos forman parte de una red de narcomedudistas que opera en La Paz, cuyos integrantes están plenamente identificados.

A excepción de “El Pájaro”, “El Choche” y “El Niño”, al cierre de esta edición el resto de los plagiados no habían aparecido. Igualmente, autoridades federales y militares elaboraban el nuevo mapa delictivo, donde pretendían ubicar al nuevo jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz y responsable material de la ola de levantones que registrados desde septiembre del 2012 a la fecha.

Según un abogado consultado por ZETA, especializado en delincuencia organizada, expuso que el levantón no es otra cosa que la consumación de los delitos de privación ilegal de la libertad y secuestro, porque “independietemente quién sea la víctima, se está privado de la libertad a una persona, utilizando la violencia fisica y moral”.

El abogado dijo que los artículos 276 y  279 del Codigo Penal del Estado de Baja California Sur, establecen claramente que  comenten dichos delitos, quienes “ilegalmente priven de su libertad a otro por un termino inferior a tres días y obtengan cualquier prestación indebida, no necesariamente económica”.

La mayoría de los levantones –según expedientes— aparecen clasificados como el delito de “desaparición de persona”, no obstante, de que la figura delictiva ni siquiera aparece en el Codigo Penal vigente del estado, por lo que el delito –de acuerdo al abogado especialista— “debería ser, en primer término, el de privación ilegal de la libertad y después secuestro”.

— ¿Por qué clasificar los levantones como desaparción de personas?, preguntó ZETA al abogado especializado en delincuencia organizada.

“Lo que pasa es que es clasificada así para desinflar los números oficiales, es decir, para que no figuren los delitos de privación de la libertad y secuestro en el índice delictivo. La verdad es que nadie puede privarte de tu libertad, al menos que sea la policia y con orden de aprehensión, y mucho menos puede privarte para matarte”.

El abogado dijo que cuando se registra un levantón, es porque hay orden del crimen organizado de ajustar cuentas y termina en un crimen que comunmente no se investiga. “Y no porque no haya delito, sino porque los levantados casi en la mayoría de los casos no aparecen, porque los cuerpos son enterrados o deshechos con ácido, como pasaba en la epoca de ‘El Pozolero’ en Tijuana, aunque en algunos casos, sí aparecen torturados y ejecutados”, comentó.

La balacera

A plena luz del día, y cuando la mayoría de alumnos de la Escuela Secundaria Técnica No.1, mejor conocida como ETI, estaban afuera del plantel esperando la llegada de sus padres, el disparo de un arma de fuego llamó su atención.

A lo lejos, y desde la calle Isabel la Católica, observaron cómo un automóvil de color entre blanco y hueso y tipo Honda, aceleraba por la calle Melitón Albañez (por la parte posterior de la secundaria) y detrás de él, una camioneta pick up de color rojo tipo Ram y un automóvil color gris tipo Bora.

De la camioneta, completamente polarizada –relató uno de los alumnos a ZETA— una mano salía y disparaba con una pistola contra los tripulantes de la unidad automotriz. Los alumnos supieron entonces que se trataba de una balacera, por lo que algunos comenzaron a correr y otros se tiraron al suelo.

Desde el piso, uno de los estudiantes observó que el automóvil dobló a la izquierda y bajó rápidamente por la calle 5 de mayo en dirección al malecón costero. En eso escuchó dos detonaciones más y vio los vehículos acelerar hasta pasarse un semáforo en rojo, y dejar el área de la escuela.

Según testigos, la unidad en persecución caminó ocho cuadras más y dobló a la derecha para seguir sobre la calle Altamirano. En ese trayecto, una bala quebró una ventana del Centro de Salud, localizado en las calles 5 de mayo y Altamirano, y donde algunos enfermos aguardaban su turno.

El vehículo avanzó cuatro cuadras más, y giró a la izquierda, y una cuadra después, giró a la derecha y se metió en sentido contrario, donde detuvo su marcha  y –según agentes de la Policía Estatal Preventiva— “se bajaron dos personas corriendo” y se introdujeron a una vivienda que resultó ser la del amigo de “El Bebo”, Emilio González Rubio, y uno de los presuntos implicados del caso Jonathan recientemente absuelto y liberado de prisión.

Hasta ese lugar, llegaron decenas de agentes de la Policía Municipal, Ministerial, Estatal y de las Fuerzas Armadas, y quienes al perder el tiempo en la revisión de la unidad perseguida, permitieron la fuga de los presuntos responsables de la balacera.

Según testigos, la camioneta Ram, ya no dobló por la calle Altamirano, sino pasó de largo rumbo al Centro, en tanto, el vehículo Bora, dobló por la Altamirano y volvió a doblar en la primera cuadra, hasta que ambos se hicieron ojo de hormiga.

Los agresores lograron darse a la fuga, en medio de decenas de patrullas que salieron en su búsqueda.

Los antecedentes

Carlos Alejandro Castro Castro “El Bebo” fue llevado a rendir su declaración sobre los hechos que conmovieron a la sociedad paceña, derivado de que es la primera vez que se registra una persecución de alto riesgo, y donde se expuso la vida de jóvenes estudiantes, peatones, automovilistas y pacientes del centro de salud que estaban en el sitio, cuando sobrevino la balacera.

En la averiguación previa LPZ/53/AMP3/2013, y en su calidad de víctima, “El Bebo”, de entrada cambió la versión y dijo “haber andado solo”, cuando sobrevino la agresión armada.

No obstante, los agentes de la Policía Estatal Preventiva, observaron cuando se bajaron dos personas corriendo y cuya versión fue corroborada por los propios vecinos del lugar.

En la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común de la PGJE, Carlos Alejandro no quiso cooperar y dijo desconocer quiénes lo persiguieron y por qué. Contrariamente, solicitó protección la cual le fue concedida por el riesgo inminente de volver a ser objeto de una nueva agresión.

En su declaración preparatoria, quedó asentado que cuando fue agredido “venía de dejar a su novia”, y de su hermano, dijo no saber nada.

Sin embargo, hoy se sabe –y según investigadores de la Policía Ministerial— el intento de “El Bebo” de excluir a su hermano “El Perro” de estos hechos, es porque está relacionado con algunas averiguaciones previas por el delito de robo y asalto, así como también en una ejecución.

Lo señalan –según la averiguacion de la PGJE— de haber participado en la doble ejecución registrada el 12 de mayo del 2012 en la colonia “Olas Altas”, al sur de La Paz, y donde perdieran la vida el ex agente de la Policía Ministerial Ismael Barrios Romero y su sobrino Luis Davis Castejón Barrios “El 8” o “El Pollo”.

Los dos habían sido levantados por un comando armado por la mañana del 13 de mayo –según versión de Teresa Romero Rangel, madre del ex policía— a bordo de un vehículo rojo y cuyos cuerpos fueron encontrados horas más tarde en un lote baldío del Parque Industrial.

Los dos tenían huellas de tortura y el tiro de gracia en la nuca. Por este crimen, únicamente fue detenido Hugo Alberto Gutiérrez Garciglia “El Tortas”, cuando el 22 de mayo del 2012, escandalizaba en la vía pública con una pistola 9 mm, y la cual salió positiva en la prueba de balística, es decir, fue el arma homicida utilizada en la doble ejecución. Empero, el resto de los cómplices siguen libres y sin ser detenidos.

(ZETA Baja California Sur/ Investigaciones ZETA /febrero 18, 2013)

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