viernes, 30 de diciembre de 2011

HACKEA ANONYMOUS PAGINA DEL GOBIERNO DE MAZATLAN, SINALOA

Desde las 9:00 horas, a través Twitter, el usuario @IberoAnon, quien forma parte del colectivo de hackers, anunció que el sitio mazatlan.gob.mx había sido intervenido
 
Francisco Cuamea / Liliana Zamora
MAZATLÁN._ El grupo cibernético Anonymous hackeó la mañana de ayer la página del Gobierno de Mazatlán, de la que extrajo información como nombres de usuarios y contraseñas de funcionarios para ingresar a la red interna del Ayuntamiento, aunque al parecer, se trata de una base de datos del trienio pasado.

Desde las 9:00 horas, a través Twitter, el usuario @IberoAnon, quien forma parte del colectivo de hackers, anunció que el sitio mazatlan.gob.mx había sido intervenido.

"Gobierno de Mazatlán hacked by Sector 404" y "Gobierno de Mazatlán hacked by data dump", anunció. Al acceder al vínculo que compartía Anoniberoamérica apareció una base de datos con la dirección de la red interna del Gobierno mazatleco y otra más con la dirección del administrador del sitio web.

La información incluía la clave y el nombre de usuario para ingresar a la intranet del Ayuntamiento, así como el nombre del funcionario o dirección, entre otros datos.

Sin embargo, al parecer, se trataba de datos del trienio anterior. Al sitio al que dirigía, aunque dentro de la red del Ayuntamiento, estaba vacío. Otras claves no funcionaban. El director de Informática, Sigfrido Montes López, recordó que hace unas tres semanas hubo un intento de hackear el portal oficial del Ayuntamiento; se lograron filtrar a través de un sitio que aún se mantiene en la página web y que fue programado en la administración pasada.

"Solamente dejan presencia, pero no pasó a más. Además no nos afecta porque la información es pública",

LUCHA CALLEJERA EXTREMA

Lucha callejera extrema

"Deporte extremo basado en la confianza, la simpatía y el respeto humano", dicen sus protagonistas.Más allá del entretenimiento que ofrecen las arenas y la televisión, en los barrios conurbados del Estado de México se mantiene la práctica ilegal de la lucha libre hardcore, sangrienta, sin reglamento y sin límites.

"Deporte extremo basado en la confianza, la simpatía y el respeto humano", dicen sus protagonistas. Foto: Especial
 
“Lo que decimos todos los luchadores es: sabemos que vamos a subir… Quién sabe si bajemos”, es la cita que utiliza el informante por teléfono, extraída de un reportaje sobre el luchador Súper Comando. Son palabras reales cuando se habla de lucha libre, pero más aún cuando se habla de lucha libre extrema, mejor conocida como hardcore, tanto más cuando ésta se practica en la calle.
EXTREME WRESTLING
En México la lucha libre extrema comienza en las fronteras de Tijuana y Monterrey, buscando imitar la lucha independiente estadunidense conocida como Backyard Wrestling (BYW) y Combat Zone Wrestling (CZW). El BYW se caracteriza por aficionados que, sin formación profesional, improvisan sus peleas en patios, cocheras, bodegas o callejones. Por esa época empieza también en el país de forma pequeña y clandestina la CZW, fundada en Nueva Jersey por John Zandig y formada como empresa desde 1999 con grabaciones, venta y distribución de dvd. La CZW destaca por sus peleas dentro de una jaula, donde gana quien al final del round, generalmente sin límite de tiempo, sigue consciente o, incluso, vivo. En el ring se usan alambre de púas, escaleras, mesas, tachuelas, tubos de luz y fuego; en Estados Unidos permiten que los espectadores lleven consigo algún objeto que formará parte del set de armas de los luchadores, como sierras eléctricas, podadoras, serruchos, martillos, engrapadoras, etcétera.
MEXICAN HARDCORE
En México estas luchas existe al amparo de tres membretes: Nueva Generación Extrema (NGX), Desastre Total Ultraviolento (DTU), sin duda la más popular y, por último, la llamada Xtreme Wrestling. La cuarta, Underground Xtrem Wrestling (UXW), no es oficialmente reconocida y permanece en la clandestinidad. Esas organizaciones hacen las peleas en casas, bodegas, estacionamientos, patios traseros o en la calle, aunque en ocasiones se desarrollan, por ejemplo, en la arena Aragón de Ecatepec o en la arena López Mateos, en Tlalnepantla, Estado de México; allí se filman, distribuyen y venden copias de las peleas de mano en mano o por ventas piratas afuera de las arenas Coliseo y México.

Pero, contrariamente a lo que ocurre al otro lado de la frontera, allí no hay peleadores aficionados. En su mayoría tienen licencia y suelen utilizar castigos de poder y técnicas vistosas de la lucha libre clásica: lances, llaveo y contrallaveo. Mientras que en Estados Unidos el cuadrilátero es de cuatro metros cuadrados para aumentar la impresión de corpulencia del luchador, en México es de seis por seis.

“El plus de la lucha, el hardcore, es la implementación de armas y la sangre. En ocasiones el camerino huele a rastro después de las peleas”, relata el entrevistado, perteneciente a la UXW. Me dice asimismo que el promotor es un luchador de nombre El Chilorcas, quien maneja a “los porros”, el equipo garantía del show, integrado por Big Memo, Ángel o Demonio y El perico.


Enfrentamiento de lucha <i>hardcore</i>  No sabe cuántas peleas se han llevado a cabo pues no hay registros ni historiales, ni un seguimiento rutinario de los horarios ni los días para las peleas, que se promocionan de boca en boca o por medio de internet. Todo surge “por amor al trancazo”, remata entre risas. El costo: la renta de un estacionamiento o una arena que oscila entre los 10 mil y 12 mil pesos, la renta del ring y el pago a los peleadores, más el costo de las licencias y los sobornos a las comisiones interdisciplinarias, a las cuales se les paga por su silencio, al igual que a los policías que “a veces se quedan a ver”.
EXTREME BACKYARD EN EL JARDÍN DE NIÑOS
Un cuadrilátero iluminado al final de la calle es rodeado por 30 o 40 personas en la colonia Prados de Aragón, de Ecatepec. En su mayoría son jóvenes de entre 20 y 35 años. Un maniquí, un catre y un lado del cuadrilátero van abrazados con alambre de púas; hay una cruz de David hecha con lámparas y zurcida a las cuerdas con cinta aislante. Chatarra, botes de aluminio, charolas de fierro y demás artículos yacen sobre el entarimado.

No hay médicos, ambulancias, camillas ni botiquín. Nadie sabe a qué distancia queda el hospital más cercano.

Desde las cinco de la tarde hasta pasadas las 11 de la noche el público espera la estelar. Tres luchadores técnicos y tres rudos pisan el ring, aunque no parece haber diferencia. Una sola caída sin límite de tiempo, y sin réferi. Los luchadores se confían a un contrato ético no escrito: lastimar pero no lesionar. Los lances desde la tercera cuerda al concreto se ven al menos un par de veces. Todos dicen ser buenos amigos, aunque se ciñan a la máxima callejera: “Prefiero que lloren en su casa y no en la mía”.

Parte del contrato virtual es confiar en que el otro peleador está en perfectas condiciones de salud para ser abierto por la frente con un alambre oxidado, el mismo con el que tu compañero de equipo fue abierto instantes previos. Es un deporte extremo basado en la confianza, la simpatía y el respeto humano.

Un par de luchadores usan máscaras vistosas, aunque mostrar la cara vestido con mezclilla, playera holgada y pelo largo predomina, muy al estilo de la WWE. Los trajes coloridos son sustituidos por símbolos o logotipos y tenis de uso común. No hay preámbulo para la exhibición hecha para festejar el cumpleaños de un promotor dueño de un jardín de niños, que mantiene sus puertas abiertas para que los luchadores lo utilicen de camerino y de baño público. Luego de la pelea será utilizado como ducha y de bar: los adornos infantiles, la pequeña alberca y las pinturas de Winnie pooh y Tinkerbell conviven con la sangre, el dolor del final de la pelea, las bebidas y el humo de tabaco.

Uno de los luchadores muestra sus heridas después del espectáculo. Foto: Especial
PELEA
Lámparas rotas en el cuerpo del oponente, golpes con el maniquí, botes y piezas de plástico grueso. Desde los primeros instantes hay playeras rotas, máscaras que se tornan rojas; la pelea es dominada por el que menos sangre derrame. Uno siente dolor ajeno. La adrenalina cancela la obligación moral.

Los movimientos de los seis peleadores son tan intensos que es difícil concentrarse en los detalles: debes verlo rápido, sin parpadear. Muestran poca técnica de lucha libre; prefieren las armas o aventarse sobre un catre repleto de púas para dejar que un objeto oxidado abra su frente.

Más lámparas rotas. El personal de abajo del cuadrilátero las saca de una caja una tras otra. El ring y todo lo que lo rodea está repleto de vidrios pequeños. Se clavan en el cuerpo de los luchadores. No hay ganancia, no hay patrocinador ni modelos entre caída y caída.

No hay presentador, ambulantaje ni personas beneficiadas por la exhibición; importa la diversión, el placer de subirse a luchar al ritmo del Sick and Destroy que suena en un par de bocinas. Antes de la pelea se escuchaban cumbias y salsas: el público participa bailando.

También hay niños. Suben al ring instalado a unos metros de su casa mientras está vacío. Sus padres los incitan a “luchar”, a aventarse contra el primo o el vecino desde la tercera cuerda, a que derroten a los adultos mientras la mamá golpea la caja contando los tres segundos, para luego subirle las manos y declararlo ganador.

Dos sillas sostienen una tercera acostada en el centro. El único enmascarado, pelo largo y tatuajes en los brazos, es azotado de espaldas contra la arquitectura provisional. También contra el piso. Se retuerce como si tuviera un ataque epiléptico. Hay un breve silencio. Se soba la espalda: todo es parte del espectáculo. Le truenan una lámpara más como recordatorio de que no puede espantarnos así, que esto es serio. Un momento después lo levantan del cabello y lo suben al ring. La lucha concluye.
EL SHOW DEBE CONTINUAR
Uno de los luchadores muestra sus heridas después del espectáculo.
Los seis peleadores se alzan las manos. Señalan al valiente, al que soportó más: su rostro es irreconocible. Bajan del ring como amigos de nueva cuenta. Hay tres ganadores claros, pero no hay vencidos. Se les ofrece alcohol, cigarrillos, una palmada y un “bien hecho” mientras las escobas limpian los vidrios y un par de personas desmantelan el ring a la luz del farol. Los peleadores son asediados por un par de chicos que exigen foto con su favorito. Tardan un tiempo en cambiarse de ropa y curarse las heridas. En el jardín de niños la fiesta continúa.

Cristopher Garnica

DE INDOCUMENTADO A NEUROCIRUJANO

Alfredo a los 19 años en la gasolinería paterna. La historia de un inmigrante mexicano cuyo esfuerzo, talento e inteligencia lo han convertido en un reconocido médico hoy dedicado a la búsqueda de la cura del cáncer.

Alfredo a los 19 años en la gasolinería paterna. Foto: Especial

A los cinco años, Alfredo Quiñones Hinojosa trabajaba en la gasolinería de su padre; a los 19, con 65 dólares en el bolsillo y sin hablar inglés, saltó ilegalmente la valla entre México y Estados Unidos (EU) y comenzó a trabajar en los campos de California; a los 34 se graduó cum laude en Medicina por la Universidad de Harvard, y hoy, a los 43, es neurocirujano e investigador en el hospital Johns Hopkins de Baltimore, uno de los más prestigiosos de EU.

Al preguntar por el despacho 111 del edificio Phipps, la recepcionista lo identifica de inmediato: “Sí, el del Dr. Q”. Son las 11 de la mañana y está comiendo un sándwich mientras revisa correos electrónicos: “Aproveché el ratito mientras llegabas”. Desde las siete de la mañana está en el hospital, y no se irá antes de las 10 de la noche. Realiza dos o tres cirugías al día y visita hasta 30 pacientes de clínica. A esto se suma la investigación en el laboratorio. “En la hora que ha estado contigo, le han llegado 70 emails”, me contará después uno de los miembros de su equipo.

La primera impresión es la de un hombre afable, de risa fácil y sonora. Viste chaqueta americana, tejanos y botas de estilo mexicano. Cuando habla, salta del español al inglés y gesticula con las mismas manos con las que antes recogió tomates y ahora maneja el bisturí y el microscopio.

En su despacho, empapelado de títulos y diplomas, guarda recuerdos de sus pacientes. “Fíjate, este dibujo me lo mandó una paciente que lleva seis años batallando contra un tumor cerebral”. En varios rincones hay apilados ejemplares de Becoming Dr. Q (Convirtiéndome en el Doctor Q), su recién publicada autobiografía, que dedica a su hermana Maricela, quien murió siendo un bebé cuando él tenía sólo tres años.

“Viví una vida muy feliz. Nací en una familia pobre, humilde, pero feliz”. Porque Quiñones nació en Palaco, a las afueras de Mexicali. El mayor de cinco hermanos, era un niño travieso de imaginación desbordante, pero siempre un estudiante aplicado. Soñaba con ser astronauta:

 “Desde pequeñito yo tenía una inquietud, una necesidad, una sed de explorar el mundo”. Su abuelo paterno, Tata Juan, lo llevaba a pasear por la montaña obligándole siempre a seguir los caminos más largos y escarpados. “La lección de no escoger el camino fácil, de buscar el camino que nunca se ha caminado, abrir una nueva vereda, se ha mantenido conmigo y continuará por el resto de mi vida. Yo nunca escojo el camino fácil”.

SALTAR LA VALLA
Quiñones estudió para ser maestro de escuela. Cuando se graduó, la crisis económica que vivía México en los años ochenta lo llevó a seguir el camino de la emigración que ya habían emprendido algunos de sus tíos y primos. “A los 14 o 15 años yo ya estaba inquieto por la situación económica del país, por tanta pobreza, porque la brecha de clases aumentara. A pesar de que México es un país hermoso, yo no estaba contento. Me daba cuenta de que en mi casa estábamos hambrientos; no del hambre de salir adelante, estoy hablando de que no teníamos nada que comer. Mucha gente piensa que vine a EU porque tuve una opción: vine porque tuve una necesidad. Mandar dinero a mis padres para comer, así de sencillo”.
El primero de enero de 1987, un día antes de su aniversario 19, saltó la valla que separa Mexicali y Calexico para recoger tomates, brócoli y algodón en el Valle de San Joaquín (California). “Mover las líneas de riego era peor de lo que había oído. Cualquiera que llevara botas o zapatos se hundía hasta la rodilla en el barro y quedaba atrapado. Podía ir el doble de rápido si iba descalzo, aunque seguía hundiéndome en el barro hasta las rodillas y mis pies pronto estaban llenos de arañazos, congelados y sangrientos”, recuerda en su autobiografía. Empezó a acudir a la escuela nocturna para aprender inglés mientras trabajaba en el puerto de Stockton (California) y como soldador en la compañía de ferrocarril. “Esos años de trabajo me ayudan a identificarme con las personas humildes en este país. Mis pacientes que vienen de raíces humildes saben que yo no soy una persona diferente a ellos”, asegura.


Alfredo Quiñones, de traje al centro, con sus compañeros y alumnos del hospital Johns Hopkins.
Alfredo Quiñones, de traje al centro, con sus compañeros y alumnos del hospital Johns Hopkins. Foto: Johns Hopkins
RUMBO A HARVARD
La decisión de estudiar inglés cambió su destino. Animado por sus profesores, cinco años después de haber llegado a EU consiguió una beca para entrar a la Universidad de Berkeley, donde se graduó en Psicología y comenzó a interesarse por la neurobiología. Hasta su último año en esa universidad no tuvo claro que quería estudiar Medicina.

La influencia de su familia volvió a ser determinante; su abuela había sido curandera y matrona en Mexicali. “Había aprendido, entonces sin saberlo, de Nana María, su dedicación al cien por cien en el cuidado de sus pacientes. Si yo tenía el mismo don para curar, no lo sabía. Pero conocía que la felicidad por ayudar a otros era parte de mi carácter, adquirido a través de mi ADN”, escribe en el libro.

Quiñones consiguió ser admitido en todas las facultades de Medicina a las cuales aplicó. Se decidió por Harvard. A pesar de contar con un expediente brillante, en algunos momentos su confianza flaqueó, y fue fundamental el apoyo y la ayuda económica que le brindaron profesores dedicados a reclutar a candidatos de minorías raciales.

“Estas universidades me dieron la oportunidad a pesar de que tengo un acento. Fue una combinación de buenas notas, esfuerzo, dedicación y de mucha gente que dijo: ‘Este joven va a tener un futuro brillante en este país’. Pero en aquel entonces la situación política y económica era diferente.

Cuando yo entré a Berkeley existían las cuotas para que los jóvenes de raíces hispanas pudieran entrar. Eso ha cambiado mucho. No vamos a poder continuar en este país, sacarlo adelante, si no hacemos una reforma comprensiva de la inmigración. Pero lo que yo le digo a la gente es que, primero que nada, como hispanos en este país tenemos que estudiar, tenemos que mejorar”.

En 1997, 10 años después de haber llegado al país, consiguió la nacionalidad estadunidense. “Hoy sería imposible”, reconoce. “En los años ochenta Ronald Reagan y el país abrieron sus puertas.

 Dijeron: ‘Vamos a hacer una amnistía para aquellos que han estado más de 10 años trabajando y les vamos a dar una tarjeta verde”.

Me pongo a pensar en por qué no podemos hacer una reforma conveniente no sólo para emigrantes, sino también para el país. Pero la situación política ha sido tan difícil que ahora nos enfocamos en el odio y en tratar de culpar a los inmigrantes por todos los problemas que tenemos.

Lo mejor que yo puedo hacer es seguir haciendo mi neurocirugía, mi investigación, para ser un modelo a imitar, para así poder ayudar a que nuestro gobierno diga:

‘Bueno, si tenemos este grupo de estudiantes hispanos que lo están haciendo muy bien, por qué no ayudarles’. Es una responsabilidad mutua, no nada más es una responsabilidad del país, sino también de nosotros como emigrantes”.
PROFESOR DE NEUROCIRUGÍA
Quiñones recuerda en su libro las palabras de uno de los profesores que le empujó a intentar entrar en una universidad de la Ivy League: “Alfredo, esto no es sólo por ti. Allí donde vayas estarás creando oportunidades para otros. Si recuerdas esto, te sorprenderá lo lejos que puedas llegar”.

El doctor asegura que sigue sintiendo ese peso. “Definitivamente siento todos los días que tengo una responsabilidad enorme. Yo pienso que con una gran educación y oportunidades nace una gran responsabilidad. No toda la gente toma esto en serio; ése es un problema que tenemos como inmigrantes en este país: que cuando empezamos a salir adelante nos olvidamos de que hay gente detrás de nosotros que necesita ayuda.

El neurobiólogo especialista en cáncer en el célebre hospital de Baltimore, Maryland.El verano pasado estuve en México, llevé a mi equipo para hacer cirugía a gente humilde, porque uno de mis mejores amigos, mi mentor, me invitó. Me dijo: “Estás creciendo mucho, haciéndote famoso como neurocirujano, pero tienes que regresar a tus raíces; que nunca se te olvide de dónde vienes”.
El neurobiólogo especialista en cáncer en el célebre hospital de Baltimore, Maryland. Foto: Keith Weller
INVESTIGACIÓN PIONERA EN TUMORES CEREBRALES
El Dr. Q dirige el laboratorio de células madre en tumores cerebrales. En la puerta, junto al cartel con su nombre, hay dibujado un muñeco con sombrero mexicano. Allí trabajan 25 estudiantes de pregrado, maestría y doctorado y residentes de neurocirugía de México, España, Bélgica, Tanzania, China, India, Egipto, Perú y EU.

Al doctor Quiñones le entusiasma la investigación. “En nuestro laboratorio, el quirófano es una extensión. Hago a los pacientes parte de la historia. Cuando entran al quirófano, en vez de tirar su tejido lo mandamos al laboratorio. Para poder estudiar esos tejidos he tenido que pedir muchas becas para mis estudiantes; un laboratorio como el mío cuesta cerca de un millón al año”.

Pero sus resultados les han valido conseguir financiación federal. “Cuando el tejido llega al laboratorio, intentamos entender cuál es el origen del mal, si existen células madre en esos tumores y si esas células madre empiezan migrar y a moverse del centro de ese tumor. Uno quita ese tumor, pero ya las células se han movido y han migrado.

Y esa es la razón por la cual no lo podemos curar, porque quitamos lo que podemos quitar, pero yo pienso que las células madre, esa es nuestra hipótesis, han migrado y no sabemos cómo identificarlas. Estamos investigando el origen de estas células. El reto más grande que tengo cada día es tratar de dar a mis pacientes la esperanza de que podemos encontrar una cura contra el cáncer”.

Beatriz Barral

"VI EL CARRO VOLAR A LA ALTURA DEL EDIFICIO"

Alberto Ponce de León/ El Diario de El Paso
“Vi cuando el carro se elevó como a la altura del edificio”, dijo David Maese, de 22 años de edad, quien fue testigo del accidente fatal del miércoles por la madrugada. “Dio como cinco o seis vueltas en el aire. Subió como unos 20 pies; como a la altura del edificio, y luego cayó al lado del árbol”.

Afirmó que poco antes de las 2:30 de la madrugada le llamó la atención que un vehículo marca Mustang circulaba de Sur a Norte por la calle Mesa a exceso de velocidad. Como si el conductor fuera “jugando carreras”.

Minutos más tarde, pero de Norte a Sur, un segundo automóvil al que describió como un Mitsubishi Evil, avanzaba “fácilmente a más de cien millas por hora” por el carril central a la altura del Bulevar Executive.

“No sé si quiso frenar, o se le tronaron las llantas, pero vi chispas. Donde pegó, que es una entrada, se derrapó, y el carro se volteó”, dijo. “Fue cuando explotó. Una explosión tremenda. Yo iba del otro lado, en el carro de mi hermana, por Subway, y se sintió la explosión. Todo pasó en menos de un segundo”.

Maese, quien labora en el negocio familiar Il Canto Bar, mencionó que al momento de aproximarse al vehículo, se percató de que una joven, seguramente ya sin vida, se encontraba tendida en el pavimento de la calle Mesa.

“Una muchacha estaba tirada en el carril de en medio de la Mesa. Se le veían huesos saliendo del pecho. Se veía muerta. Un brazo de la chava lo encontraron encima del carro, con la chamarra puesta”, agregó.

Explicó que en el lugar en donde comenzaba a arder el automóvil se encontraba el conductor afuera de éste, tocándose uno de los brazos y sólo gritando: “somos cuatro”.

Junto al vehículo estaban “unas cinco o seis personas”, entre ellas un supuesto oficial de la Policía de El Paso, descrito por el testigo como de anglosajón y con una estatura superior a los 6 pies, quien indicaba debía de acercarse.

Sin acatar la orden, dos héroes urbanos sacaron del automóvil a uno de los aún sobrevivientes, identificado como Nefi Armendáriz de 20 años de edad.

“Y ellos lo sacaron pero el policía les decía que mantuvieran distancia. Pero ellos le gritaban ‘está vivo’. Y él decía que se fueran todos, pero de todos modos lo sacaron. Luego, explotó dos veces más. El tanque y el cofre; yo creo que el motor. El chavo que sacaron se quedó tirado de 30 a 40 minutos”, añadió.

Más tarde, ya cuando llegaron los bomberos, dijo el testigo, vio cuando algunos de ellos rodearon a alguien, posiblemente a la otra sobreviviente, a cierta distancia del lugar en donde terminó el vehículo.

“Nefi estaba totalmente inconciente. Si no fuera por los que lo sacaron se hubiera quemado y muerto. Pero el policía no ayudó para nada”, agregó.

Esmeralda Armendáriz, hermana mayor de Nefi, dijo estar muy agradecida con las personas que sacaron a su hermano del automóvil.

“Quiero decirles que si por favor se pueden comunicar conmigo y mi familia, y que sepan que estamos muy, muy agradecidos. Nunca en la vida nos vamos a olvidar de eso”, afirmó. “Queremos platicar con ellos y darles las gracias de lo que hicieron. Si no fuera por ellos él ahorita no estaría aquí”.

Dijo que el 30 por ciento del cuerpo de su hermano Nefi tiene quemaduras de segundo y tercer grado. Pero que conforme han pasado los días internado en el Hospital Thomason, los doctores les han elevado las expectativas de vida.

“Mi hermano ahorita acaba de salir de cirugía y sigue en condición crítica. Tiene la pelvis del lado izquierda quebrada; le pusieron clavos para juntarla. Tiene un pulmón perforado y creo que unas costillas fracturadas. Pero el doctor nos dio más esperanzas de que su recuperación va a ser muy larga pero ya mejor. Se ve el sol ya”, agregó con la voz quebrada.

Los dos jóvenes mujeres murieron a consecuencia de las lesiones recibidas en un accidente vehicular ocurrido el miércoles por la madrugada en el Oeste de El Paso.

Según informes de la Policía, las jóvenes fallecidas fueron identificadas como Idaly Reyes de 19 años y Kim Araujo de 23 años de edad.

Stacey Reyes de 18 años y Nefi Armendáriz de 20 se encontraban anoche en el Hospital Thomason de El Paso en condiciones graves, se informó.

Los hechos sucedieron el miércoles a las 2:23 de la madrugada cuando el conductor de un vehículo Mitsubishi Lancer 2005, que circulaba rumbo al sur, perdió el control del volante estrellándose contra una barda de piedra, informó la Policía.

Por la velocidad que llevaba, el automóvil cayó detrás de la barda, en una especie de dique, y luego chocó contra un árbol y un edificio de oficinas ubicado en la calle Norte Mesa número 4171. Por el impacto, el vehículo ardió en llamas y los pasajeros que quedaron atrapados resultaron con quemaduras.

AFECTA MARIGUANA SINTETICA A EJERCITO DE EU


Associated PressSan Diego– Los soldados estadounidenses están utilizando cada vez más una mezcla de hierbas llamada "Spice" que imita el efecto de la mariguana y puede provocar alucinaciones que duran días.

Alarmadas, las autoridades del ejército lanzaron un agresivo programa de inspección que este año ha llevado a investigar a más de mil 100 presuntos consumidores.

La llamada mariguana "sintética" se ha vuelto popular a nivel nacional en años recientes.

Hace dos años sólo 29 militares de la Naval fueron investigados por el consumo de Spice. Este año la cifra alcanza los 700. Los que son encontrados culpables de haber utilizado Spice son expulsados.

La Fuerza Aérea ha sancionado a 497 soldados de aviación, en comparación con los 380 del año pasado.

La Armada no realiza investigaciones de Spice pero informa que ha atendido médicamente a 119 militares.

Autoridades del ejército enfatizan que se cree que ninguno se hallaba bajo los efectos de la droga mientras estaba en servicio.

SE FUGAN UN SECUESTRADOR Y DOS HOMICIDAS DEL PENAL DE PUENTE GRANDE, JALISCO

Autoridades informaron que se percataron de que no estaban los tres sujetos tras el pase de lista la tarde de ayer.

La Jornada en línea
México, DF. Tres reos: un secuestrador y dos homicidas que se encontraban en el Centro de Readaptación Social de Puente Grande, Jalisco, se fugaron la tarde de ayer.

Autoridades de la Comisaría General de Prevención y Reinserción Social (Cogpres) informaron que la fuga se reportó la víspera tras el pase de lista, a las 19:25 horas.

Indicaron que del lugar desapareció Jesús Gerardo Dávila Cevallos, quien ingresó al penal en marzo de 2005 y purgaba una pena de 25 años de cárcel por secuestro y extorsión.

Además de Mario Márquez Baz, quien también se hace llamar Luis Eduardo Baz Núñez y Juan Mario Baltasar Márquez. El hombre purgaba dos sentencias: una de 27 años siete meses por homicidio calificado y otra de 10 años seis meses por robo calificado. Otro de los reos es Ricardo Venegas Anaya o Hugo Lozano Anaya, recluido en diciembre de 2004 con una sentencia de 26 años y siete meses por homicidio calificado.

Los presos estaban asignados a la celda 37 del dormitorio número cinco del centro penal.

Autoridades realizan un operativo tanto dentro como afuera del penal para dar con el paradero de los tres sujetos.

PRESIDENCIA ORDENA GASTO DE LAS SECRETARIAS; SHCP, COMPLICE: LEGISLADORES

Dispondrá Los Pinos de 180 mil millones de pesos el próximo año: legisladora Esthela Damián.

Roberto Garduño
México, DF. La poca flexibilidad y el endurecimiento en la fiscalización de los recursos asignados por sus respectivos congresos a los presidentes de Estados Unidos, Brasil y Costa Rica, así como el caso de la casa real española, contrastan radicalmente con México, donde el presidente utiliza de forma “omnipotente y discrecional” el gasto público.
 
Los perredistas Esthela Damián Peralta, presidenta de la Comisión de Vigilancia en la Cámara de Diputados, y Mauricio Toledo, secretario de la Comisión de Hacienda, coincidieron en que el presidente mexicano “a nadie le rinde cuentas ni hay quien le fiscalice los recursos para aplicar un castigo en caso de opacidad”.

En fechas recientes se documentaron actos de corrupción y desvío de recursos públicos en la casa real de España. La respuesta del parlamento español fue la aplicación de medidas restrictivas y de vigilancia en el manejo de los recursos.
Mientras en Estados Unidos y Brasil la política aprobada por su congresos obedece a la transparencia y el control del gasto, en México se prevé para el año próximo que el gobierno de Felipe Calderón, por conducto de la Oficina de la Presidencia, dispondrá de 180 mil millones de pesos –desviados del gasto de las dependencias– para destinarlo a actividades electorales, advierte la diputada Damián Peralta.

“Las facultades discrecionales que posee la Secretaría de Hacienda deben ser frenadas. A todas las secretarías se les asignan recursos adicionales por 10 por ciento de su presupuesto original, y a cada petición que hace la Presidencia de la República Hacienda autoriza la transferencia de recursos de las dependencias a Los Pinos. Hasta ahora ningún secretario se ha opuesto a una sola petición, ¡y eso es grave, porque no hay pesos ni contrapesos para limitar el gasto exorbitante y extraordinario de la Oficina de la Presidencia!”

–¿Se advierte el riesgo del desvío de recursos de Los Pinos a las campañas del PAN?

–Sí, si no se hace una vigilancia correcta y ordenada del gasto, y hasta ahora no tenemos memoria de que la Secretaría de la Función Pública hubiese entregado algún resultado de la fiscalización del gasto del presidente Felipe Calderón.

–¿Cuál es la mecánica de esas transferencias?

–A pesar de que la Cámara de Diputados autoriza los montos del gasto, en términos reales la Secretaría de Hacienda no los otorga y juega con ellos, haciendo aparecer que esos recursos se convierten en subejercicios de las dependencias, que no se gastaron, cuando en términos reales no los entregó. Prefieren que aparezca como un error de subejercicio para asignar los recursos a otras áreas. Por eso se tiene que regular esa facultad extraordinaria de Hacienda, que es grave para el país. De manera discrecional las dependencias quitan, compensan y ponen; a nadie le rinden cuentas de nada, y eso es de las cosas mas delicadas en el manejo de los recursos públicos en el gabinete presidencial.

–¿Cómo frenar eso?

–Existe el marco jurídico, pero en mi opinión es inoportuno, porque la cuenta pública nos llega con 14 meses de desfase, cuando el gasto está consumado, y la institución que fiscaliza en tiempo real es la Secretaría de la Función Pública, pero ella nunca toca ni con el pétalo de una rosa a la Presidencia de la República.

–¿Se perpetúa la opacidad en el manejo de los recursos público desde la Presidencia?

–Hay un ejercicio omnipotente del jefe del Ejecutivo en términos de su propia fiscalización y en términos de las facultades de la Secretaría de la Función Pública. No existen condiciones ni mecanismos que nos permitan detener ese gasto de la oficina del presidente, y la Secretaría de Hacienda jamás va a limitar ni a regatearle el uso de los recursos.

“En México no hay fiscalización en tiempo real; no hemos tenido ni un documento del propio órgano interno de fiscalización de la Presidencia de la República donde se nos diga cómo gastan, ni conozco algún informe de la SFP donde nos diga cuántas auditorías ha realizado en un año.

“Sigue habiendo derroche de recursos públicos con la justificación de tener mayores campañas de difusión, de tener mayor personal, de tener mejores condiciones físicas”.

Por su parte, Mauricio Toledo adujo que la Secretaría de Hacienda asigna discrecionalmente  “cuanto recurso le solicita la Presidencia, sea para comunicación social, o para lo que (Felipe) Calderón ponga o disponga.

“En año de elecciones estos ejercicios del gasto son una tentación para asignar mayor cantidad de dinero a las campañas del PAN, y esto mantiene una correlación con los altos costos que paga el gobierno federal en torno a su lucha contra el crimen organizado, sin importar que esto sea de forma brutal y discrecional”.

DEMANDA CIVIL CONTRA ZEDILLO, BASADA EN CONCLUSION DE LA FISCAL'IA SOBRE ACTEAL, CHIAPAS

Fernando Camacho Servín 
 La demanda civil presentada en Estados Unidos contra el ex presidente Ernesto Zedillo, por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en la masacre de Acteal, se basa en un documento de la fiscalía especializada que investigó el tema, en el cual se concluyó que el entonces jefe del Poder Ejecutivo y otros altos funcionarios son responsables por el crimen, aspecto que no ha sido suficientemente destacado por la prensa ni por los sectores que demandan justicia.

Así lo afirmó el analista político Gilberto López y Rivas, quien consideró que esta acción, aun si sólo buscara una indemnización económica, puede servir de precedente para impulsar la demanda contra Felipe Calderón ante la Corte Penal Internacional.

Como se informó en estas páginas (La Jornada, 20 de septiembre, y 20 y 22 de diciembre de 2011), un grupo de familiares de víctimas de la matanza –presuntamente escindidos del colectivo Las Abejas– interpuso de forma anónima el 16 de septiembre una demanda civil contra Zedillo ante una corte de distrito del estado de Connecticut, Estados Unidos, donde reside hoy el ex mandatario.

En el documento, presentado por el bufete de abogados Rafferty, Kobert, Tenenholtz, Bounds & Hess, con sede en Miami, se afirma que Zedillo tenía “responsabilidad de mando” en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas, por ordenar, participar y conspirar en la ejecución de la masacre, y su posterior encubrimiento.

Las Abejas, por su parte, desmintieron que hubieran interpuesto la demanda, “porque para nosotros sólo busca el olvido y la burla a la memoria y dignidad de nuestros hermanos y hermanas masacradas. Estas personas quieren vender la sangre de nuestros muertos, porque la demanda sólo es de carácter civil, no penal” (acteal.blogspot.com).

Al respecto, López y Rivas indicó que buscar una reparación económica “es inadmisible para Las Abejas, y están en lo cierto, porque ninguna cantidad, por estratosférica que sea, puede pagar la vida de 45 personas”, pero al mismo tiempo subrayó la importancia y el valor de la investigación que hizo en su momento la fiscalía especializada en el tema.

“Al margen de si es ético pedir dinero, el hecho es que un ex presidente está siendo llevado a tribunales, y nada menos que por crímenes de guerra y de lesa humanidad. No es asunto menor, y puede crear un precedente para la demanda que interpusimos 23 mil personas contra Felipe Calderón en La Haya”, dijo.

Por otro lado, subrayó que las conclusiones de la fiscalía sobre Acteal, dadas a conocer en octubre de este año, especifican “con toda claridad” que Zedillo y otros altos funcionarios, entre ellos el entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet; el ex procurador general de la República, Jorge Madrazo, y el ex gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz Ferro conspiraron para encubrir su responsabilidad en la masacre.

“Ahí hay pruebas contundentes, incluido un documento de la Secretaría de la Defensa Nacional que habla sobre la necesidad de crear bandas paramilitares, y ni la prensa ni los grupos que buscan justicia le han dado la dimensión exacta al informe, y no habría que menospreciarlo por una posición sectaria, enfatizó López y Rivas. Lamentó que las fiscalías de este tipo puedan ser desaparecidas por el gobierno con la mano en la cintura sin que nadie haga nada”, y descalificó las versiones de que Carlos Salinas o Felipe Calderón estarían detrás de la demanda.

Edgar Cortez, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, consideró que habría que ser cauto frente a la identidad y las intenciones del grupo de demandantes, quienes posiblemente busquen nada más una indemnización pecuniaria, y no acceso a la justicia integral.

Asimismo, aseveró que la queja permite ver que, pese a la gravedad de lo ocurrido en Acteal, las instituciones oficiales siguen mostrando incapacidad para realizar una investigación imparcial y objetiva que lleve a la cárcel a los responsables, y esa impunidad ha sido alimento de nuevos agravios.

MILITARIZAN LA CARRETERA 15, MEXICO-NOGALES EN EL TRAMO ESTACION DON-GUAMUCHIL

 Luis Fernando Nájera
El subprocurador regional de Justicia en Los Mochis, Louis Alberto Jauss López afirmó que la carretera internacional México 15, en el tramo límites del Estado-Guamúchil se ha militarizado, durante el operativo de seguridad por fin de año. La presencia del Ejército en el tramo carretero

Los Mochis-Límite del Estado y de la Marina en el Mochis-Guamúchil, prácticamente han detenido los robos con violencia y el transitar sin problemas ahora es el común denominador, aunque aceptó que en ocasiones surgen incidentes que pudieran considerarse como provocaciones o hechos fortuitos.

Dijo que conforme se acerque el Año Nuevo, la presencia policial en la carretera aumentará. La llegada de las fuerzas federales impondrá mayor agilidad a la seguridad pública, tareas a las que se ha sumado la Policía Municipal, el grupo elite de la Policía Ministrial, la Policía Federal de proximidad social y ahora los militares y el personal naval.

Consideró que es la suma de esfuerzos, lo que aumentará la percepción ciudadana de mayor seguridad.

Las evaluaciones de hechos delictivos han demostrado una baja importante en delitos de alta incidencia como los robos en todas las modalidades y de alto impacto, como los homicidios y secuestros.