sábado, 8 de octubre de 2011

LOS PARAMILITARES EN MEXICO: PORQUE MIENTE CALDERON?



Un estado de terror que sólo puede culminar en una dictadura formal para destruir cuanta fuerza organizada surja del pueblo.


Guadalupe Lizárraga

El paramilitarismo en México no es un asunto nuevo ni desconocido. Tampoco es un tabú o un secreto gubernamental del que tengamos ambiguas referencias. Es un hecho conocido en la vida pública del país que ha operado contra el pueblo, con el fin de exterminar cualquier raíz insurgente, paralizar a las masas o controlar las comunidades indígenas para expropiar sus tierras. Nada hay de improvisado en una situación que deja varias decenas de cadáveres amontonados cada determinado tiempo.

Los ejércitos en Centroamérica, en los años ochenta, optaban por la técnica de las masacres cuando no veían ya otra opción de recuperar el control de las masas. El comandante en jefe era la oligarquía política, en subordinación a las directrices de la inteligencia estadounidense. Y las bandas paramilitares eran entrenadas por los ejércitos centroamericanos para matar a sus propios pueblos, de manera fría y metódica, como política de seguridad contra movimientos insurgentes.

Hoy no es muy diferente, salvo que en México hay que agregar el componente del narcotráfico. Un facto que desvía con éxito las investigaciones sobre homicidios múltiples y masacres, cada vez perpetradas con mayor frecuencia y cinismo en el sexenio de Felipe Calderón. Su desgobierno y falta de poder estratégico para mantener apaciguada a los miembros de quienes formaban la voraz coalición dominante, ha sido el marco de estos crímenes en que la mayoría de las víctimas eran personas inocentes. Esta violencia específica ha resultado funcional para reprimir y aterrar al país y mantener a las masas paralizadas con la presencia de los militares en las calles, especialmente en las zonas en disputa.

El efecto del terror, por ejemplo, en la masacre del Casino Royale, parecería haber sido cuidadosamente estudiado. Los hechos fueron de tal modo que provocaron un desplazamiento violento de las personas al grado de multiplicar el número de víctimas. Muchos muertos y heridos fueron por aplastamiento y asfixia. Y llama la atención que en esos momentos de pánico, ni los soldados se hicieron presentes ni protección civil llegó a tiempo para ayudar a quienes podrían haber sido salvados. De acuerdo a testimonios, se tardaron dos horas en empezar a abrir los boquetes de las paredes, cuando la unidad más cercana de protección civil estaba a 14 minutos de distancia (8,2 kilómetros aprox.) y las unidades de los bomberos que llegaron no traían escaleras para bajar a la gente de los niveles superiores del edificio en llamas.

Otro de los casos más recientes es el de la masacre de Veracruz, donde encontraron menores de edad sin antecedentes delictivos entre las víctimas. Fueron golpeados y asfixiados, y tirados los cuerpos sobre una calle principal del puerto. La Procuraduría General de la República (PGR) da la versión del “ajuste de cuentas” del narcomenudeo. Otro grupo de supuestos paramilitares, llamados los Matazetas, se atribuye la ejecución masiva de esas 35 personas acusadas de ser presuntos narcotraficantes, entre los que se encontraban 23 hombres y 12 mujeres, entre éstos dos niños. La madre de uno de los menores, gritaba inconsolable que a su hijo se lo habían llevado policías del Estado de Veracruz y que el adolescente estaba por entrar a la escuela. Pese a las versiones encontradas, Calderón optó por la misma estrategia que ha venido siguiendo, “reforzar la seguridad con el ejército en la calles”.

Lo mismo ha sucedido en el puerto de Acapulco, donde las decapitaciones y el carneo humano tirado en las calles forma parte de las tácticas de guerra entre cárteles. Acapulco es otro territorio en disputa entre tres supuestos grupos de narcotraficantes, entre éstos, La familia que se enfrenta contra el Cártel de Sinaloa; o en Ciudad Juárez, donde el cártel La línea (el cártel de ex policías del Estado de Chihuahua y federales) apoyaba al Chapo Guzmán y ahora pelean su autonomía reclutando ex militares (a quienes se refieren como Zetas) para fortalecer su cártel. En Michoacán, es otro territorio donde las extorsiones a los pequeños y medianos empresarios por grupos armados ha generalizado el pánico entre la población, en un momento electoral clave en que Luis María Calderón, hermana del presidente, aprovecha del miedo ciudadano para que no sólo se acepte su presencia en el gobierno, sino que además se acepte el de las fuerzas militares.

El presidente Calderón, por otra parte, no sólo enfrenta los grupos de narcotraficantes rivales al cártel del favorecido Joaquín Chapo Guzmán, del cártel de Sinaloa, sino también enfrenta los grupos paramilitares de seguridad de los gobernadores, grupos de choque que rivalizan contra el Chapo. El poder de cada gobernador se ha potenciado al grado de desafiar con éxito las órdenes tradicionales del presidente de la República en turno. Hoy, cada mandatario estatal puede pactar con cierta libertad y garantía con los cárteles y grupos de sicarios reclutados como fuerzas de seguridad. El entrenamiento de estos grupos, proviene de jerarcas militares escindidos del ejército, judiciales retirados y en campos de entrenamiento paramilitar privados en Estados Unidos, como el que dentro de poco tiempo operará en Nomirage-Ocotillo, California, a cinco millas de la frontera bajacaliforniana.

Los narcoparamilitares

La política de seguridad nacional, desde Carlos Salinas de Gortari, había consistido en controlar los cárteles de drogas de las diferentes regiones del país, sembrar el territorio con retenes militares, y entrenar paramilitares que actuaran en operativos estratégicos en el combate contra el narcotráfico. Los zetas fueron, en 1992, un grupo paramilitar entrenado por militares israelíes con estos propósitos para el combate por la frontera de Tamaulipas. Ésta es la información ya conocida y difundida por los medios de comunicación. Pero se olvida generalmente que en esta región, en tiempos del capo mayor del cártel del Golfo, Juan García Ábrego, los lazos directos llegaban a Raúl Salinas de Gortari.

El cruce de la heroína de Tamaulipas hacia Estados Unidos era el principal objetivo, aunque el cártel del Golfo operaba también con cocaína, marihuana, goma de opio y pastillas psicotrópicas, según investigaciones periodísticas publicadas en ese tiempo por medios como El Financiero, La Crisis o editoriales independientes. Si seguimos la información, podemos confirmar que Raúl Salinas tampoco desatendió a los capos de Chihuahua, Coahuila ni Nuevo León. El secretario general de la Interpol, Raymond Kendall, en una de sus declaraciones a la prensa internacional dijo que Estados Unidos alcanzaba cifras de 35, 200 millones de dólares ese año por el tráfico ilegal de drogas que entraban por México. Lo declaró en la sede francesa, Lyon: “Entran por México dos tercios de cocaína, el 20% de la heroína y hasta el 40% de la marihuana que se consume en Estados Unidos”.

En 1991, EEUU prohíbe el tráfico ilegal de estupefacientes fuera de su territorio, y Carlos Salinas de Gortari acuerda el combate al narcotráfico con George Bush padre, quien estaba en medio de la guerra contra Irak. En 1992, se crea el grupo paramilitar de los zetas. Pese al fortalecimiento del combate al narcotráfico y las ayudas económicas de EEUU a México, contrariamente el mercado creció de manera exponencial, sobre todo por el noreste mexicano, con el hermano Raúl, convirtiéndose en la frontera más codiciada por los otros cárteles con operaciones multinacionales. Y la llamada Familia feliz, integrada en ese entonces por José Córdoba Montoya, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y Justo Ceja, los hombres clave de Carlos Salinas de Gortari, nunca fueron llamados a cuentas por lavado de dinero, asesinatos ni masacres, aún cuando había indicios suficientes como para ser sujetos de investigación. Los paramilitares se habían convertido en narcoparamilitares y los políticos en narcopolíticos.

Para el periodista e investigador exiliado, Miguel Eduardo Valle, “la institución gubernamental más importante para las empresas criminales multinacionales no es la Procuraduría General de la República, sino la Secretaría de Comunicaciones y Transportes…Sin la complicidad de la SCT, las empresas criminales del narcotráfico enfrentarían graves problemas de operación. Y la persecución se facilitaría en extremo.” Emilio Gamboa Patrón fungía como secretario de esa institución en tiempos de Salinas.

Los grupos de sicarios de la región llamados “narcosatánicos”, por la forma tan violenta con que protegían las bodegas, el tránsito terrestre y a sus capos fueron señalados como si tuvieran un entrenamiento especial para matar de esa manera. Sin embargo, no se difundía mayor información al respecto. Hoy, podría especularse que varias de las masacres y asesinatos que habrían cometido en esos años, quedaron en las fosas comunes con cientos de esqueletos recientemente encontrados.

Los paramilitares del PRI

Con ex presidente Ernesto Zedillo, en 1997, el ejército mexicano tuvo sus fisuras. Los entrenados del grupo de los zetas se incorporaron de lleno a las actividades del narcotráfico. Las organizaciones criminales de las otras regiones norteñas empezaron a rivalizar en fuerza y a disputarse sanguinariamente las plazas, entre éstas, la codiciada Tamaulipas. Pero no sólo el norte se fragmentaba. El sur, después del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y del Ejército Popular Revolucionario (EPR), no dejaba de ser un constante dolor de cabeza para Zedillo. Fue en ese contexto cuando ocurrió la masacre del 22 de diciembre de 1997. Grupos paramilitares, armados, financiados y entrenados por miembros de las fuerzas armadas mexicanas y del Partido Revolucionario Institucional, como parte de un plan de contrainsurgencia, asesinaron a 45 hombres, mujeres y niños de la villa de Acteal, en el estado de Chiapas. México estaba completamente en shock por el hecho tan abominable. El blanco no fueron las organizaciones revolucionarias. Fueron los indígenas inermes, mujeres y niños, con el deliberado propósito de paralizar toda lucha en el futuro por el terror. Las espeluznantes escenas de caos y carnicería volvieron a hacer necesaria la presencia del ejército mexicano, ahora en las calles chiapanecas.

Recientemente, días después de que Felipe Calderón negara la presencia de paramilitares en el país, Estados Unidos desclasificó varios documentos con este hecho:

“El secretario de la Defensa Nacional puso en activo cinco mil soldados en Chiapas, después de la masacre de indígenas tzotziles. Estas fuerzas federales han sido puestas en alerta por el posible levantamiento de la población.

El secretario de la Defensa Nacional ha puesto a las militares en máxima alerta, después de la masacre de 45 indígenas tzotziles por grupos paramilitares apoyados por el Partido Revolucionario Institucional. Los asesinatos ocurrieron en el pueblo de Acteal, aproximadamente, a unos 23 kilómetros al norte de san Cristóbal de las Casas.

De acuerdo a las fuentes de información, las unidades militares federales no respondieron cuando los residentes locales pidieron su intervención porque estaban asesinando a los indígenas tzotziles. Se reportó que el tiroteo duró unas cinco horas, después de que autoridades locales y federales reaccionaran al incidente. En meses recientes, el grupo revolucionario indígena anti-zapatista ha destruido propiedades, asaltado y asesinado a varios indígenas totztiles y a simpatizantes del movimiento zapatista. Por dos meses, el gobierno de México en conjunto con las autoridades de Chiapas han intentado negociar un acuerdo de paz con las fuerzas paramilitares sin éxito”.

Después de las masacres del norte o del sur, por paramilitares narcotraficantes o anti-revolucionarios, los militares han estado puntualmente en las calles de México. La industria del combate ha sido tan fructuosa en utilidades y recuperación de poder, como lo ha sido el propio mercado ilegal, desde Salinas de Gortari hasta Calderón. Con cada masacre de paramilitares, no sólo se intensifica la represión, sino también se justifica. Un estado de terror que sólo puede culminar en una dictadura formal para destruir cuanta fuerza organizada surja del pueblo.

URGENTE: ASESINAN A COMUNERO DE OSTULA

Pedro Leyva de 34 años de edad fue cobardemente asesinado por paramilitares que operan en la región al servicio de los grupos de la delincuencia organizada

Campaña Alto a la Guerra Contra Ostula

“Tenemos que luchar, venga lo que se venga, pase lo que pase, contra quien sea. Una lucha no es fácil, es desgastante, tanto económica, física y emocionalmente. Nos quieren meter miedo con sus armas, con sus aparatos de poder. Pero ya no hay que tenerles miedo, tenemos que luchar sin miedo, por nuestra tierra, por nuestra libertad, por nuestra dignidad”

Pedro Leyva, Santa María Ostula,

06 de Julio de 2011.

Hoy aproximadamente a las 9 p.m. en el poblado de Xayakalan, Santa María Ostula, municipio de Aquila Michoacán, el compañero comunero Pedro Leyva de 34 años de edad, quién era miembro de La Comisión por la Defensa de los Bienes Comunales, de la Guardia Comunal de Santa María Ostula y representante de Santa María Ostula ante el Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, fue cobardemente asesinado por paramilitares que operan en la región al servicio de los grupos de la delincuencia organizada quedesde el 29 de junio de 2009 persiguen, asesinan y desaparecen a integrantes de la comunidad y de las comunidades vecinas con total impunidad.

A pesar de que en septiembre del año 2010 la comunidad obtuvo de laComisión Interamericana de Derechos Humanos Medidas Cautelarespara algunos de sus miembros, la violencia y las agresiones en contra de los miembros de la comunidad continúan ante los ojos cómplices de los gobiernos federal, estatal y local.

Hacemos un llamado a tod@s los miembros de la Sociedad Civil para que difundan esta terrible situación por los medios a su alcance, así como ha estar atentos ante nuevas agresiones en contra de los compañeros de la comunidad.
Además del asesinato del compañero Pedro Leyva, han sido asesinados o secuestrados-desaparecidos los siguientes indígenas nahuas de Santa María Ostula:

Asesinados:

Fecha del Asesinato Víctima

26 de julio de 2008

Diego Ramírez Domíngue

z (profesor y comunero)

15 de agosto de 2009

Simón Pineda Verdía (comunero)

15 de agosto de 2009

Simón Pineda, hijo(comunero)

11 de septiembre de 2009

Quintín Regis Valdez (comunero)

15 de septiembre de 2009 Erick

Nemesio Domínguez (comunero)

18 de septiembre de 2009

Froylán Medina Álvarez

18 de septiembre de 2009

Demetrio Olivero Álvarez

17 de julio de 2010

Humberto Santos Valladares (comunero)

27 de julio de 2010

Venancio Ramírez Cirino (comunero)

27 de julio de 2010

Manuel Flores Álvarez (comunero)

27 de julio de 2010

Miguel Ángel Flores Álvarez (comunero)

3 de agosto de 2010

José Martínez Ramos (comunero)

10 de diciembre de 2010

Horacio Martínez Ramos (comunero)

1 de enero de 2011

Ernesto Nicolás López (comunero)

1 de enero de 2011

Pedro Nazario Domínguez (comunero)

1 de febero de 2011

Pedro Guzmán (comunero)

20 de marzo de 2011

Isidro Mora Domínguez

20 de marzo de 2011

Feliciano Cirino Domínguez

2 de mayo de 2011

Fortino Verdía Gómez

(quemado y después asesinado)

2 de mayo de 2011

Jonathan Verdía Gómez

(quemado y después asesinado)

13 de Mayo de 2011

Francisco Verdía Macías

(comunero y director de la escuela primaria de Ostula)

13 de Mayo de 2011

Ambrosio Verdía Macías

(comuner profesor de la escuela primaria de Ostula)

28 de mayo de 2011

Nicolás de la Cruz

(comunero, PRIMER COMANDANTE DEL TERCER GRUPO PERTENECIENTE A LA GUARDIA COMUNAL QUE RECUPERÓ XAYAKALAN EL 29 DE JUNIO DE 2009)

28 de mayo de 2011

Nicolás de la Cruz, hijo (comunero)

29 de mayo de 2011

Juan Faustino Nemesio (comunero, PRIMER COMANDANTE DEL SEGUNDO GRUPO PERTENECIENTE A LA GUARDIA COMUNAL QUE RECUPERÓ XAYAKALAN EL 29 DE JUNIO DE 2009)

Secuestrados-desaparecidos:

Fecha Víctima

23 de Febrero de 2010

Gerardo Vera Orcino

23 de Febrero de 2010

Javier Martínez Robles

20 de Abril de 2010

Francisco de Asís Manuel

(presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Ostula)

26 de junio de 2010

Máximo Magno Valladares

(representante de encargatura El Potrero)

8 de Abril de 2011

Enrique Domínguez Macías

(17 años de edad)


Además de lo anterior el 20 de febrero de 2011 un comando intentó asesinar al comunero Semeí Verdía, quien es miembro de la Comisión Comunal de Diálogo para la Problemática Agraria de la Comunidad y actualmente se encuentra fuera de Ostula.



Campaña Alto a la Guerra Contra Ostula.

5 de Octubre de 2011

LUCHA DE CLASES EN CHICAGO: "NOSOTROS SOMOS EL 1%"



Los operarios de la Bolsa de Chicago cuelgan un cartel en sus ventanas con el lema: "We are the 1%", en referencia al 1% de la población que acapara la mayor tajada de los recursos y contra los que protestan los manifestantes en EEUU.




Una imagen vale más que mil palabras. ¿Quién decía que la lucha de clases había muerto?

Los operarios de la Bolsa de Chicago cuelgan un cartel en sus ventanas con el lema: "We are the 1%", en referencia al 1% de la población que acapara la mayor tajada de los recursos y contra los que protestan los manifestantes.

Pinchar sobre imagen a la derecha para ver mejor la provocación de estos terroristas financieros.

Ojalá algún día, ese cachondeo y esas ganas de tocar las narices a los manifestantes, se convierta en justicia social, y los que han colgado esos carteles, paguen por todo el daño que han causado, y seguirán causando al mundo.

Ojalá algún día, los manifestantes de "Occupy Chicago" sean quienes se puedan mofar de la suerte de estos gansteres financieros, estos mafiosos capitalistas, una vez acaben en la cárcel o, mejor aún, en un campo de trabajo de sol a sol, pagando a la comunidad con su esfuerzo todo el dinero que han robado durante décadas del esfuerzo de los demás.

Ya verían cuantas ganas de reir y de cachondearse de la desgracia ajena, les iban a quedar...

ESTADOS UNIDOS: TODOS CONTRA WALL STREET

Los sindicatos están entrando en las protestas de "Ocupa Wall Street", una creciente alianza entre la izquierda y el movimiento de los trabajadores que puede llevar la lucha a una nueva etapa.
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Traducción de Orlando Sepúlveda
El movimiento sindical está poniendo su peso detrás de Ocupa Wall Street--y la patronal toma nota de la mayor alianza entre la izquierda y el movimiento laboral desde las protestas contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Seattle en 1999.

Los sindicatos--"los agitadores con más experiencia de la ciudad", como Crain's New York Business l puso--planearon un rally el 5 de octubre en Foley Square, cerca de City Hall, luego marcharon a Wall Street.

La entrada de los principales sindicatos a la lucha en Wall Street--de las gigantes filiales neoyorquinas del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), a los sindicatos nacionales Acereros Unidos (USW, en inglés) y Unión Nacional de Enfermeras (NNU, en inglés)--apunta a la posibilidad de que el movimiento Ocupa profundice sus raíces sociales. Varias luchas en curso--como la lucha contra las ejecuciones hipotecarias, contra empleadores rompe-sindicatos, o por construir un movimiento demandando trabajo para todos -se re-energizarán a partir de esta movilización.

Los dirigentes sindicales que tomaron la decisión de apoyar la protesta en Wall Street no sólo respondieron al llamado a la solidaridad con el movimiento Ocupa. Por muy importante que esto es, ellos además reflejan la ira de sus propios miembros de base por la pérdida de empleos, los recortes salariales y las reducciones en el gasto social--mientras la economía sigue empeorando, las corporaciones estadounidenses amasan ganancias récor, y el súper rico se enriquece aún más.

Esa ira es lo que está impulsando Ocupa Wall Street, que comenzó hace menos de tres semanas con cientos de, en su mayoría, jóvenes activistas que decidieron aglomerarse en el distrito financiero de Manhattan y acampar en Zuccotti Park--rebautizado Plaza de la Libertad, en honor de la ocupación de la Plaza Tahrir (Liberación) en Egipto--en Lower Manhattan.

La acción ha capturado la imaginación y simpatía de una gran cantidad de personas hartas de todos los diferentes aspectos de un sistema dirigido por el 1 por ciento de los súper-ricos, simbolizados por los banqueros y los especuladores financieros de Wall Street. En Plaza de la Libertad, Nueva York, las protestas y el debate político, veinticuatro horas del día, siguen creciendo, mientras activistas en otras ciudades han organizado sus propias acciones Ocupa.

En suma, Ocupa Wall Street se ha convertido en un faro para todo el descontento acumulado en EE.UU.


El espíritu de lucha desplegado en Manhattan no salió de la nada. Estuvo además detrás de la sublevación en Wisconsin, el invierno pasado, contra ley antisindical del gobernador republicano Scott Walker, y ha podido ser visto en muchas otros lugares desde entonces: animando piquetes de huelga en Verizon en agosto, en los bloqueos de carga esquirol por los trabajadores portuarios la Costa Oeste, desafiando una orden judicial con los maestros en huelga de Tacoma, Washington, y más. Hay un nuevo aire de militancia, incluso entre los trabajadores organizados.

La atmósfera de rebeldía, sin duda, influyó en la junta directiva del Local 100 de los Trabajadores del Transporte de Nueva York para decidir apoyar Ocupa Wall Street--el primer sindicato importante en hacerlo.


El Local 100 representa a unos 30.000 trabajadores de los autobuses y el metro, y tiene una historia de lucha, teniendo que soportar duras sanciones y multas por librar una huelga ilegal de tres días en diciembre del 2005.

Hoy en día, los líderes del Local 100 hablan de Ocupa Wall Street como una lucha de hermana. El presidente del sindicato, John Samuelson, explicó en una entrevista televisada por Countdown:

Creo que en gran medida, los manifestantes en Wall Street están cantando la misma canción, y lidiando la misma batalla, que nuestro sindicato ha luchado durante los últimos 18 meses...

Hay desesperación, creo, entre el pueblo y las familias obreras en este país, que la gente en el gobierno simplemente no entiende. Hay un montón de millonarios en el Congreso que no tienen ni idea--una gran cantidad de millonarios en la legislatura estatal, para el caso--que no tienen idea de lo que es tener que alimentar a los niños o pagar la matrícula o pagar una hipoteca. Hay un montón de gente en el gobierno que está fuera de toque.

Estas protestas, por un lado, han puesto de relieve la disparidad de riqueza en Estados Unidos que se ha desarrollado durante las últimas décadas. Creo que uno de los grandes beneficios del movimiento sindical entrando en esta lucha es traer es la capacidad de articular ese mensaje... en nombre de las familias obreras, ya sea sindicalizada o no.

La participación del movimiento laboral en Ocupa no se limita a la ciudad de Nueva York. Los miembros de base de los Maestros Unidos de Los Ángeles (UTLA, por sus siglas en inglés) se unieron a una organización comunitaria y al grupo Ocupa Los Ángeles para protestar un banco local.


En Bay Area, los miembros de SEIU Local 1021 llegaron a Ocupa San Francisco durante los primeros esfuerzos del movimiento ahí. En Chicago, la dirección del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, en inglés) mostró su apoyo a Ocupa Chicago, los activistas de Ocupa, a su vez, votaron a favor de apoyar un rally planeado con anterioridad para 10 de octubre, iniciado por los maestros y la SEIU.

Todas estas iniciativas son muy importantes para los sindicatos americanos, que, con algunas notables excepciones, tienen más de 50 años tratando de evitar el activismo izquierdista radical. Desde el inicio de la Guerra Fría, hasta después de la caída de la URSS, el anticomunismo aquí y en el extranjero fue central a la política del movimiento laboral estadounidense.

Este enfoque se había desvanecido para la década de 1990, y sindicatos en apuros tentativamente buscaron aliados en la izquierda, como los activistas del medio ambiente, en la lucha contra la globalización. Fue la alianza "Teamsters y Tortugas" que se formó en las protestas de 1999 contra la OMC en Seattle, reuniendo a decenas de miles de sindicalistas de base.

Desafortunadamente, la recién nacida coalición se derrumbó bajo la marea conservadora luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Casi todos los sindicatos importantes se alinearon en apoyo de la guerra de EE.UU. contra Afganistán, y algunos dirigentes sindicales pidieron la reactivación de la "asociación" entre trabajadores y empleadores (política sindical del era de la Guerra Fría) para ayudar en "guerra contra el terror".

Sin embargo, el respaldo al esfuerzo bélico dio peor que nada al movimiento sindical. La patronal siguió machacando a los sindicatos, eliminando los empleos en la manufactura y recortando los salarios--incluso durante los años de crecimiento económico en la década de 2000. Esto dejó a la clase obrera americana aún más vulnerables cuando comenzó la recesión a finales de 2007.

La respuesta de los sindicatos fue invertir dinero y recursos en la elección de Barack Obama en 2008, con la esperanza de que él liderara la batalla por una ley pro-sindical y aplicara políticas económicas para crear puestos de trabajo. Pero Obama, por supuesto, hicieron a los banqueros su prioridad.

Ciertamente, los líderes sindicales volverán a presionar a sus miembros para organizar a favor de Obama en las elecciones de 2012--esta vez no sobre la base de la esperanza de cambio, sino del miedo por la alternativa republicana.

Pero el apoyo sindical al movimiento Ocupa abre el camino para un más amplio activismo político dentro del movimiento obrero. La declaración del presidente de USW, Leo Gerard, puede ser usada en los sindicatos estadounidenses como la base para una resolución de apoyo al movimiento Ocupa:

El sindicato Acereros Unidos se solidariza con y apoya firmemente Ocupa Wall Street. Los valientes hombres y mujeres, muchos de ellos jóvenes sin empleo, que se han manifestado todo el día durante casi dos semanas en Nueva York están hablando por los muchos en nuestro mundo. Estamos hartos de la codicia de las empresas, la corrupción y la arrogancia que han infligido dolor a tantos, por tanto tiempo.

El movimiento laboral también puede ayudar al movimiento a enfocarse a ganar victorias concretas. Por ejemplo, las enfermeras del NNU--que también dedicaron recursos para la marcha laboral de 5 de octubre hacia Ocupa Wall Street--han estado organizando "Main Street" (una calle cualquiera en cualquier ciudad. N del T), una campaña que demanda un impuesto sobre las transacciones financieras.

El apoyo sindical al movimiento Ocupa significa, sin embargo, algo más que recursos adicionales o grandes números en las marchas y manifestaciones. La participación de los sindicatos en la lucha crea el potencial de usar el poder social de los trabajadores para ganar importantes luchas inmediatas, así como la batalla a largo plazo por un tipo diferente de sociedad.

Considere la experiencia de las protestas laborales en el Capitolio estatal en Madison, Wisconsin. Fue un enfermazo masivo de los maestros en Madison--y luego en todo el estado--lo que transformó una sentada, en su mayoría, estudiantil en una completa ocupación del Capitolio, organizada por trabajadores y estudiantes por igual.


Los líderes sindicales, en última instancia, recularon de usar el poder económico de los trabajadores para ganar esa pelea, concentrándose más bien en un esfuerzo por destituir los legisladores republicanos. Pero el potencial para ampliar la batalla estuvo cuando la huelga general seriamente se discutió entre los activistas sindicales.

El movimiento Ocupa ofrece una oportunidad similar para revivir y crear vínculos críticos entre el movimiento obrero y la izquierda--con el fin de tomar acción. Existe el potencial para movilizarse por conflictos importantes, como salvar los trabajos de 716 auxiliares de educación afectando en gran medida barrios pobres Negro y Latinos en Nueva York.


El movimiento puede proporcionar un punto focal para militantes sindicales que pueden sentirse aislados en su sindicato o lugar de trabajo, y puede ayudar a revivir redes de activistas de base dentro y entre los sindicatos.

Para el casi 90 por ciento de los trabajadores sin sindicato, el movimiento Ocupa puede dar el impulso necesario para organizar sus propios centros de trabajo. Y todos los activistas sociales--sean miembros de sindicato o no--pueden desempeñar un papel crucial en construir el apoyo para el movimiento sindical en los enfrentamientos contractuales que se ciernen, como el de los maestros en Chicago y Los Ángeles, o los trabajadores de autobuses y metro de Nueva York.

En un momento en que la crisis económica, una vez más, tiene a los empresarios y políticos al borde del pánico, es importante para el movimiento de proyectar su propia visión de una sociedad basada en las necesidades humanas en vez del provecho económico. Los activistas necesitan discutir y debatir sus prioridades y estrategias a nivel local.

Pero también debe enfocarse en el gran prospecto-la reactivación de un movimiento obrero capaz de defender los intereses de todos los desposeídos, en su lucha contra el 1 por ciento.